Doctor Valero-Rodríguez, biólogo marino e investigador: «Los mayores impactos humanos se ven en los ecosistemas costeros porque es donde vive gran parte de la población mundial»

El investigador reivindica el papel de las algas y plantas marinas, porque sin ellas eventos como grandes tormentas arrasarían las playas

El doctor Valero-Rodríguez haciendo trabajo de campo en una zona costera. Foto: Aistė Klimašauskaitė 

Las vacaciones de Semana Santa están al caer, por lo que las zonas de costa pronto estarán llenas de bañistas y turistas. Sobre todo en la cuenca mediterránea, que suele ofrecer sol y buenas temperaturas en estas fechas. De la provincia de Alicante, concretamente de Crevillente, es originario Juan Manuel Valero Rodríguez, biólogo marino que lleva más de 10 años estudiando el impacto de diversas actividades y procesos en costa. Ha trabajado en España, Australia y Noruega, ahondando en los efectos de la presencia humana en ecosistemas locales y tiene varias publicaciones centradas en algas, piscifactorías y otros animales del litoral.

En términos de ecología, se habla mucho de “impacto”. ¿Podría definir que se considera impacto costero?

Un impacto es cualquier acción que afecta de modo negativo al conjunto ecosistémico de un lugar. En este caso concreto en costa.

¿Qué tipo de acciones o actividades generan impacto en las costas?

Algunos ejemplos incluyen las actividades de pesca, con el asociado consumo de combustible y contaminación, o el impacto turístico en la línea litoral por las aglomeraciones.

Esto conlleva, por ejemplo, un incremento de la actividad de plantas de tratamiento de agua que expulsan sus residuos en un sumidero a cierta distancia de la línea de costa, la cual, dependiendo de las mareas, puede verse afectada igualmente.

Ha mencionado el impacto turístico por aglomeración de personas. En breve las playas se llenarán de bañistas por vacaciones de Semana Santa. ¿Hay un efecto visible de esto en la costa o hay que llevar muestras al laboratorio para ver su impacto?

Ambos. En el primer caso, si hay una línea de costa congestionada y hay animales que necesitan de cierto aislamiento para su desarrollo, genera un impacto visible. Hay tortugas, en costas tropicales, que necesitan la playa totalmente desierta para anidar, para poner sus huevos. Pero se irán si hay turistas bañándose.

En el mar Mediterráneo, tenemos disminución de especies asociadas a la presencia humana. Por ejemplo, algunos bivalvos en playas del Pinet y otras playas de la región alicantina.

Los bivalvos, ¿son almejas?

Almejas, sí. “Chapinitas” que se llaman en el Levante. Tengo testimonios directos, de familiares. Mi padre solía veranear ahí muchas veces y las había en abundancia. Ahora casi no se encuentran o las hay en muy pequeña proporción.

Hay un impacto claro por la actividad humana, la aparición de pescadores furtivos, tanto de moluscos como de especies piscícolas… Los impactos de los que hablamos también pueden verse reflejados ahí.

Además, hay otras actividades asociadas a línea de costa como el establecimiento de acuarios. El ejemplo más famoso es el de Mónaco. Un técnico, limpiando los tanques del acuario, acabó vertiendo al mar el alga Caulerpa taxifolia. Esta alga no es autóctona y ha ido desplazando a las demás, invadiendo el Mediterráneo. En la actualidad ya ha ocupado más de 190 km de costa.

Respecto a las algas, en su investigación actual, está analizando la relación entre las poblaciones de algas y el cambio climático. ¿Por qué son importantes las algas?

Las poblaciones algales de costa, algunas de ríos también, son en principio el primer eslabón de lo que sería la cadena trófica marina. Es decir, si no tenemos algas en las que puedan vivir especies de peces, moluscos o artrópodos, es imposible que esas especies cumplan su función en la cadena trófica y puedan alimentar especies de interés humano, por ejemplo, salmones, merluza, etcétera.

Si no tenemos una biodiversidad saludable en las zonas de costa, por asociación todas las especies se verán afectadas y en última instancia repercutirá en el ser humano.

¿Y qué papel juega en esto el cambio climático?

Ciertos fenómenos atmosféricos, como las olas de calor, se van haciendo más y más comunes. Hay organismos en costa, como algas de litoral, que tienen un sistema termorregulador con límites de tolerancia. Esos límites pueden verse afectados cuando hay una ola de calor y disminuir la capacidad de estos organismos para regularse.

Por ejemplo, no es lo mismo que un alga determinada sufra una hora de calor en un verano, que sufra cinco seguidas con solo dos días de distancia entre ambas. Eso sucede mucho en el sur, en el Mediterráneo, pero vemos como poco a poco va subiendo en latitud. Incluso en Noruega se están viendo ahora efectos en costa.

Las grandes lluvias que hemos podido ver últimamente, por ejemplo la Dana en Valencia del año pasado, ¿afectan este tipo de eventos a los ecosistemas costeros?

Sí, y afecta a muchas actividades humanas asociadas a costa también. Como ejemplo, a nivel ecosistema, si llegan al mar aguas cargadas de sedimentos y otros materiales, aumenta su turbidez, por lo que llegará menos luz al fondo. Por lo tanto, tendremos menor producción tanto de fanerógamas, que son plantas marinas, como de algas, porque ambas usan la fotosíntesis para proveerse de energía.

De las actividades humanas afectadas, tenemos el turismo, por supuesto, pero también hay otras a nivel económico que son bastante importantes para un país. Por ejemplo, la acuicultura. Un fenómeno como un temporal, puede llevar asociado a un movimiento de oleaje bastante alto. Muchas estructuras de las jaulas de acuicultura están diseñadas para soportar un cierto nivel de estrés. Si se llega a ese nivel o se sobrepasa, es probable que estas jaulas acaben con daños y esto puede ocasionar desde roturas de la estructura hasta la pérdida del cultivo.

Playa abarrotada. Foto: Pierre-Laurent Durantin para Pixabay.

En relación con los impactos visibles. Lo primero en que se suelen fijar los bañistas es en las algas sobre la arena de la playa y flotando en la orilla. ¿Podría deberse su presencia al impacto de la actividad humana?

Sí, desde luego. Uno de los efectos más patentes de la actividad humana en la costa es el incremento de nutrientes. Por ejemplo, cuando descargan las plantas de tratamiento de aguas, pueden tener un nivel de nitrógeno y fósforo elevado. Lo cual implica reservas para crecimiento y reproducción de algas, así se generan los llamados blooms o explosiones de crecimiento de este tipo de organismos. Estos fenómenos tienen un efecto nocivo a nivel paisajístico y son un riesgo para la biodiversidad. Cuando un alga concreta crece mucho más rápido que otras, puede llegar a monopolizar el espacio y acaparar la luz solar.

Se sabe que este tipo de impactos van a ir en aumento en un futuro, porque cada vez hay más gente viviendo en línea de costa. De hecho, los mayores impactos humanos se ven en los ecosistemas costeros porque es donde vive gran parte de la población mundial.

No es por desconfiar, pero ¿hay alguna forma de saber si las algas que llegan a la playa están ahí por causa de impacto humano?

Sí. Cuando los nutrientes que las algas utilizan para su crecimiento tienen origen humano, contienen un isótopo que es distinto de los de origen natural, son diferencias a nivel de su composición atómica. Por ejemplo, los isótopos 14 y 15 del nitrógeno. Ciertas herramientas científicas nos ayudan a, si no determinar cuál es la fuente concreta, sí el origen primigenio de las mismas. La literatura científica es amplia al respecto.

Hemos hablado de lo importante que son las algas y el efecto negativo que la actividad humana puede causar en su ecosistema. ¿Dejaremos de oír quejas sobre ellas algún día?

Lo cierto es que es irónico. Normalmente las personas se quejan de la presencia de las algas en playa, cuando son estos mismos organismos los que se aseguran de que su estado sea óptimo. Si no hubiesen algas o plantas en costa después una tormenta lo más probable es que ciertas playas desaparecieran. El arribazón, las algas y fanerógamas (plantas marinas) forman parte de la playa misma, sirven como barreras cuando el oleaje se lleva la propia playa y mantienen su estructura. Hay mucha gente que dice: «¿por qué no limpian la playa?». Bueno, quizá debamos pensar en cómo limpiar lo que se origina por nuestra causa.

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