Sustancias químicas son utilizadas para mantener relaciones sexuales en sesiones durante varias horas
El ‘Chemsex’ es la palabra anglosajona resultante de ‘Chemical and sex’, ‘química y sexo’ y designa el fenómeno socio cultural que utiliza el consumo intencionado de drogas (sustancias variadas), para tener sexo durante sesiones continuas desde horas hasta dos o tres días. En España este tipo de prácticas sexuales también se conoce con el nombre de ‘vicio y morbo’ entre otros como ha explicado el Doctor Cabello del servicio de Medicina Interna-Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz durante la Jornada de enfermedades infecciosas de la SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias) en Madrid.
Imagen de diferentes pastillas // Flickr
El ‘chemsex’ es utilizado principalmente por hombres que tienen sexo con hombres. En nuestro país se toma conciencia de este tipo de prácticas aproximadamente en 2016, a raíz de publicaciones en Reino Unido que dan a conocer este tipo de encuentros, aunque la realidad es que los pacientes llevaban años realizándolas. “Todo lo que sabemos a día de hoy sobre este tipo de prácticas es gracias a ellos, a los pacientes, aunque abordar una anamnesis sobre este tema es muy complejo; es difícil de preguntar y difícil de contestar”, ha explicado el experto.
En cuanto a las drogas utilizadas, el médico ha expuesto que tres son las sustancias principales: mefedrona, metanfetamina y GHB. De forma única o combinada para potenciar sus efectos con otro tipo de drogas como cocaína, speed, ketamina, éxtasis o MDMA entre otras. Existe también una variante de esta práctica, la drogadicción por vía IV, que se conoce como “SLAM”, con el mismo objetivo, tener sexo bajo sus efectos
Todo este tipo de prácticas se ha visto incrementado por el uso de aplicaciones geosociales, puesto que facilita la localización de personas con el mismo objetivo, y por tanto el encuentro en un perímetro cercano, ha explicado el internista.
El riesgo de realizar este tipo de prácticas es elevado; el principal es el derivado del consumo de sustancias; tanto directo con sobredosis, como indirecto con consecuencias a nivel laboral y en su entorno social habitual. El experto ha comentado en la mesa redonda tras la sesión ofrecida: “hay dos perfiles de paciente diferenciados, los que controlan este tipo de prácticas, sin repercutir en su vida diaria, y a los que si les afecta, influyendo en ella y en sus relaciones interpersonales, cuyas prácticas por tanto son descontroladas; aunque para nosotros todas ellas sean de riesgo”.
La práctica sexual bajo los efectos de las drogas hace que se actúe sin percepción de riesgo, y olvidando el peligro que conllevan, por lo que se prescinde de la utilización de métodos de barrera como el preservativo. Esta actitud facilita las ITS (Infecciones de trasmisión sexuales) como sífilis, gonorrea, y VIH entre otras, además del abandono de tratamientos crónicos como la terapia antiretroviral utilizada en el VIH. Los pacientes dejan de medicarse tanto por la sensación de atemporalidad producida por las sustancias consumidas, como de forma intencionada por el mal estar que produce la utilización simultánea de la terapia con las drogas utilizadas en la práctica, síntomas que los mismos pacientes conocen bien.
El experto en enfermedades infecciosas, ha presentado el “USEX STUDY” en el que ha explicado que entre los pacientes con VIH, y otras enfermedades de trasmisión sexual el 30% consumen Chemsex. Otras de las conclusiones son: no asociarse a entorno socioeconómico bajo, sino a una ganancia media de aproximadamente 1000 euros, tener más de veinte parejas sexuales, y afectación de la esfera neurocognitiva, (especialmente los consumidores de SLAM, Drogas vía intravenosa) tienen más dependencia, paranoia, abstinencia e ideas autolíticas…
La urgencia es probablemente un lugar idóneo para detectar VIH no conocido en pacientes con este tipo de prácticas, ha señalado el Doctor Cabello en esta sesión para la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias