Según un estudio de la UMH, el menor papel en el proceso de formación de la agenda política y en la toma de decisiones son las principales razones
Sara Sarrión Palop
La participación política empieza a tomar importancia cuando el quién se torna tan importante como el cuánta gente participa, acto que define la cultura política de cada país. La llamada brecha de género es esa diferencia entre hombres y mujeres reflejada en sus logros o disposición social en los diferentes aspectos de día a día. En este caso se encuentra enfocado hacia la participación, de una manera o otra, en la vida política. Sin embargo, tienden a aparecer los llamados prejuicios de género, pues siempre se le suele otorgar menos importancia a las actividades en las que las mujeres son más activas.
“Tratando de entender la participación política de las mujeres: Un análisis descriptivo a partir de un estudio cuantitativo”, es un estudio llevado a cabo por los autores Irene Belmonte Martín, Isabel Cañadas Osinski, Daniel Lloret Irles y Carlos Rodríguez Fernández, todos ellos investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. La investigación analiza diferentes estudios tanto de nivel nacional como internacional para determinar las posibles causas de la menor presencia en política de la mujer respecto al hombre.
A lo largo del estudio y con los resultados obtenidos se puede determinar que las mujeres son más activas en la política de base y también en la local. Aunque no se observa gran presencia del género femenino en actividades como manifestaciones violentas, sí se manifiestan en otros eventos como actividades de consumo o de boicot por razones étnicas y políticas. El interés de las mujeres en asociaciones tradicionales es bastante bajo, pero en los últimos años ha experimentado una crecida a tener en cuenta. Sin embargo, el mayor interés recae en instituciones de nueva política en auge en estos últimos años como el ecologismo, las ONGs o aquellas destinadas a ayudas humanitarias para los países que lo necesiten.
Los investigadores llevan a cabo un muestreo, donde una parte de la población es representada por 780 personas de la provincia de Alicante de los cuales casi la mitad (46,6%) son mujeres y el resto de porcentaje pertenece a los hombres. Los resultados más relevantes que se obtienen recaen sobre la ideología política y determinan que las mujeres se inclinan un poco más hacia el centro político mientras que los hombres tienen a decantarse por la izquierda. La variable que más destaca es la de ‘votar’ y se analiza de manera separada para garantizar que recibe la importancia que merece. Ambos géneros presentan la misma media: 3,6, donde 1 significa no realizar nunca la acción y 4 hacerlo muy frecuentemente.
En factores como trabajo, dinero, tiempo, poder y salud; el poder arrastra una mayor brecha de género, siendo el que menos la salud
El factor histórico es uno importante a tener en cuenta, pues este es imprescindible si se quiere conocer el camino que las mujeres han tenido que recorrer a lo largo de la historia para llegar a la actualidad. El análisis de participación política en otros países como son Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos revela que las diferencias de participación entre géneros son ínfimas e inconsistentes. La participación femenina es mayor en Francia, mientras que la masculina es mayor en el resto de países mencionados. En el año 1996, la participación electoral sufre un punto de inflexión cuando, por primera vez, la implicación de las mujeres supera a la de los hombres.
Los resultados muestran cómo los hombres tienen mayor presencia en cada una de las formas de participación política. La necesidad de que las mujeres traspasen las barreras sociales y psicológicas y den prioridad a nuevos y diversos espacios vitales resulta de gran importancia en una sociedad donde la lucha por superar esa brecha de género está a la orden del día.