El director de la empresa valenciana V2C, Víctor Sanchis, explica las características del coche eléctrico y destaca qué factores pueden frenar su desarrollo tecnológico
Víctor Sanchis Valero es licenciado en ingeniería industrial por la Universidad Politécnica de Valencia y director general de la empresa valenciana V2C, dedicada a la fabricación de puntos de carga para coches eléctricos. Durante su carrera académica y profesional, ha sido galardonado con numerosos premios, entre los que destacan el Premio Final de Carrera al Mejor Expediente en Ingeniería Industrial, el Premio Start Up UPV o el Premio EmprenJove en la categoría Medio Ambiente. En 2013, sus iniciativas resultaron ganadoras del proyecto europeo Low Carbon Incubator en el Programa Climate Kic de la Comisión Europea. En el marco actual, la búsqueda de un desarrollo tecnológico más sostenible y circunstancias como la reciente y controvertida subida de precios en el carburante impulsan a la sociedad a buscar, más que nunca, alternativas que sustituyan a los tradicionales coches de combustión. Una de las opciones que se presenta, y en la que Sanchis desarrolla su emprendimiento, es el vehículo de funcionamiento eléctrico.
¿Qué novedades presenta el coche eléctrico frente al coche de combustión?
Tanto el coche eléctrico como el de combustión resuelven el mismo problema, el de la movilidad. La única diferencia entre ambos tipos de vehículo es su motor: el coche de combustión, como su propio nombre indica, posee un motor de combustión interna para poner el coche en movimiento; en cambio, el vehículo eléctrico funciona con una batería que almacena energía eléctrica.
La gran ventaja del coche eléctrico reside en su eficiencia, es decir, en la relación entre la energía obtenida (movimiento) y la energía consumida (combustible). Mientras que el motor de combustión sólo puede alcanzar un 33% de eficiencia, un motor eléctrico puede llegar al 98%. Traduciendo estos números al vehículo completo, teniendo en cuenta los aspectos mecánicos y de carrocería, la eficiencia de un coche de combustión ronda el 27%, mientras que la del coche eléctrico se sitúa en un 88%, aproximadamente. En los coches de combustión se pierde más de un 70% de la energía que introducimos en forma de carburante.
Actualmente, ¿es el coche eléctrico un sustituto real del vehículo de carburante tradicional o presenta alguna desventaja considerable?
El coche eléctrico presenta dos problemas. El primero es su coste. Los fabricantes venden el vehículo eléctrico a un precio mucho mayor que el coche de combustión, cuando debería ser más barato. Fabricar un motor de combustión es realmente complicado y tiene muchos detalles técnicos a tener en cuenta. En cambio, el motor eléctrico es mucho más sencillo de fabricar. Los coches eléctricos se venden más caros porque son novedad.
El segundo problema es la velocidad de carga de un vehículo eléctrico. Las baterías eléctricas tienen una velocidad máxima de recarga que no se puede sobrepasar, de lo contrario, la batería se quemaría e incluso podría explotar. Si compramos un vehículo eléctrico debemos cambiar nuestra mentalidad: la batería no se puede recargar como en un coche de combustión, con el que llegamos a una gasolinera, esperamos 5 minutos y nos vamos. La carga rápida siempre será dañina para la batería. El coche eléctrico es para cargarlo en casa, preferiblemente durante toda la noche.
¿Es en este punto dónde entra en juego el coche híbrido?
El coche híbrido se consolida como una transición entre el coche de combustión y el eléctrico. Sin embargo, te diría que el coche híbrido es lo peor de los dos mundos. No tienes los beneficios del vehículo 100% eléctrico ni las ventajas del coche de combustión. Además, un coche híbrido tiene los dos tipos de motor, y esto también ocasiona que tenga más problemas mecánicos.
Además, existe un problema que la gente suele desconocer: la caducidad del carburante. El usuario de un coche híbrido circula, la mayor parte del tiempo, en modo eléctrico porque la batería, aunque sea pequeña, lo permite. Sin embargo, el carburante que lleva el coche híbrido, cuyo objetivo es ser usado cuando se agota la batería eléctrica, tiene caducidad. No puede estar en el depósito por tiempo indefinido. Los coches híbridos a veces ‘te obligan’ a tener que gastar el carburante, porque si no tienes que extraerlo.
¿Cómo y dónde se carga un coche eléctrico y cuál es su autonomía media?
El coche eléctrico está pensado para hacer una carga nocturna en casa, la cual nos da libertad suficiente para un uso medio del vehículo. En caso de que hagamos un viaje largo, lo podemos cargar en un punto de recarga público. Las redes de carga pública no están tan mantenidas como las gasolineras, pero han evolucionado considerablemente en los últimos tres años. En un trayecto Barcelona – Madrid podrías parar en unos siete sitios de carga rápida (30 – 50 minutos). No creo que vaya a haber un punto de carga cada 50 km, pero en breve habrán muchos más de los que hay ahora, eso seguro.
La autonomía también ha evolucionado mucho. Hace 8 años, los coches eléctricos no superaban los 100 km de autonomía. Actualmente, suelen tener entre 350 – 400 km de autonomía, lo suficiente como para que, en un trayecto largo, solo tengas que cargarlo una vez.
Los precios del carburante suben y bajan constantemente, tendencia que también estamos observando en el coste de la electricidad. Aún así, ¿es más rentable económicamente el coche eléctrico?
Hace unos meses publiqué un artículo que hablaba sobre esto, aunque está un poco desfasado porque los precios han subido mucho, tanto del combustible como de la electricidad. Actualmente, en vía pública, cuesta aproximadamente lo mismo cargar un coche eléctrico que uno de combustión. En cambio, sale más rentable la carga nocturna del coche eléctrico que repostar un coche de combustión. Además, el mercado de futuros pronostica que el precio de la energía eléctrica va a reducirse en los próximos años: el precio de la luz depende del gas y el gas está caro, pero en el momento en el que se reduzca el precio del gas o la electricidad no dependa de este, disminuirá el coste de la luz. Con el uso de energías renovables, se estima que el precio de la luz podría bajar hasta los 50€/MWh (actualmente está en 200€/MWh, aproximadamente). Por el contrario, el petróleo es una fuente limitada y, por tanto, seguirá aumentando su coste.
Los coches eléctricos suponen 0 emisiones, ¿quiere decir esto que no contaminan?
El coche eléctrico por sí mismo no emite ningún tipo de gas ni genera contaminación instantáneamente. Sin embargo, en España la energía eléctrica se produce con una mezcla de fuentes de distinto tipo, llamado mix energético español. Algunas de estas fuentes sí que emiten gases contaminantes (fuentes fósiles, carbón, etc.).
Actualmente, ¿existen medidas incentivadoras para impulsar la venta de vehículos eléctricos?
Existe el Plan MOVES, con el que te dan una cierta cantidad de dinero cuando decides comprar un coche eléctrico. Los trámites son un poco costosos, como cualquier subvención, pero es una medida muy incentivadora. También hay otra subvención, de hasta un 70%, para la instalación del punto de recarga en casa.
La nueva Ley del Cambio Climático aprobada en 2021 pretende poner fin a los coches de combustión para apostar por una movilidad 100% eléctrica en 2040. ¿Ve factible esta medida?
A medida que la tecnología mejore, aumente la autonomía del vehículo eléctrico y bajen los precios, sería factible, e incluso, lo esperable. No obstante, alcanzar una movilidad 100% eléctrica en 2040 dependerá, en gran medida, de las tensiones geopolíticas y de la situación del mercado de materia prima. En Europa no somos partidarios de sacar nada de nuestras minas, siempre esperamos a que todo venga de fuera y aquí es donde adquiere importancia la situación geopolítica mundial. Las tensiones geopolíticas frenan el desarrollo tecnológico porque limitan las conexiones entre países y se detienen las extracciones de suministros. Los coches de combustión usan acero, hierro, en general, materiales más fáciles de obtener, pero las baterías del vehículo eléctrico necesitan neodimio y litio, que son elementos mucho más raros. ¿Va a haber para todos? Lo iremos viendo. Quizá es momento de comenzar a pensar de forma diferente y de abrirnos a la posibilidad de empezar a explotar nuestros propios recursos, con las regulaciones oportunas.