El recientemente propuesto como vocal del Consejo de Seguridad Nuclear apostó por el gas natural junto con las renovables como alternativa viable
08/03/2019 – Guadalajara
Enmarcada en la duodécima edición de los Jueves de la Ciencia que organiza el Centro Asociado de la UNED en Guadalajara, Francisco Castejón Maraña impartió ayer por la tarde una charla sobre el presente de la energía nuclear en España. El director del la Unidad de Teoría de Fusión del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y activista antinuclear de Ecologistas en Acción explicó que las centrales españolas, envejecidas y ya amortizadas, no son eficientes y suponen un gran coste para el erario. Afirmó que la energía eólica y las de régimen especial ya cubren la mayor parte de la demanda energética española y que ésta podría sostenerse aunque cerrase el parque nuclear si empleara el gas natural, que está infrautilizado.
Bajo el título “El desmantelamiento del parque nuclear español”, Francisco Castejón Maraña explicó los principales retos a los que se enfrenta el país en lo que respecta a las centrales existentes, los recursos (materiales y económicos) de los que dependen y los residuos que generan. Y lo hizo al tiempo que otras dos noticias relacionadas estaban de actualidad. Por un lado, las principales empresas eléctricas españolas acababan de acordar el cierre de todas las centrales a partir de 2025. Por otro lado, el ponente acababa de ser propuesto en el Congreso para ser vocal del Consejo de Seguridad Nuclear junto a otros tres nuevos miembros que, cuando sea efectivo el nombramiento, sustituirán a cuatro de los cinco que componen dicha comisión.
Castejón adujo durante toda la ponencia que el parque nuclear español, formado por cinco centrales en activo con un total de siete reactores (Almaraz I y II en Cáceres, Ascó I y II y Vandellós II en Tarragona, Cofrentes en Valencia y Trillo en Guadalajara), está envejecido. Su edad media de vida útil ya alcanza los 33 años, cuando la normativa establece los 40 años como el final de su etapa segura y económicamente rentable. Es por ello que se requieren, según planteó el físico, decisiones firmes inmediatas de planificación de su desmantelamiento y de la gestión de sus residuos.
Sin embargo, también explicó que esto no es sencillo por diversos motivos que alimentan el debate nuclear en España. “Las centrales ya han sido prácticamente amortizadas y esto las hace muy rentables en el mercado eléctrico”, aseveró Castejón, y añadió: “Las empresas de bienes de equipo hacen dinero con las reparaciones periódicas que requieren unas centrales tan antiguas”. En cuanto a la gestión de los residuos radiactivos, la incertidumbre sobre el establecimiento del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca) sigue manteniendo en el aire el destino de los residuos de alta actividad, mientras que el almacén de El Cabril (Córdoba), de residuos de media y baja actividad “ya está al 82% de su capacidad y hay que buscar una alternativa ya”, según palabras del experto. En este punto Castejón se mostró partidario de seguir construyendo Almacenes Temporales Individualizados (ATI) “hasta que se dé con una solución más segura y consensuada”.
«En un verdadero mercado libre no existiría esta energía» – Francisco Castejón Magaña
En el plano económico el físico también aportó argumentos a favor del desmantelamiento. De esta manera indicó que gran parte del coste de la energía nuclear se va a la amortización de las centrales, y además hay que cubrir los costes de la gestión de residuos y del desmantelamiento. Castejón explicó que en España la energía nuclear está subvencionada y que “en un verdadero mercado libre no existiría esta energía”. Según el físico, con los impuestos se paga el coste de transición a la competencia, la gestión de los residuos, el almacenamiento del uranio que importamos y alimenta las centrales y la moratoria nuclear. En total, las centrales nucleares han recibido 21.585 millones de euros en subvenciones mientras que, por su parte, el beneficio total de las empresas eléctricas que las gestionan es de 2.367 millones de euros al año.
Frente al coste de seguir manteniendo esta industria, el ponente destacó el impacto económico y el desarrollo que puede tener sobre la zona y su población el cierre de las centrales nucleares, tanto durante el proceso como después. Para ilustrar esto puso como ejemplo el cierre de Vandellós I, que se inició en 1998 a raíz del gran accidente que sufrió en 1989. Explicó que a raíz de este desmantelamiento se crearon más de 5.000 puestos de trabajo, aumentaron en un 20% el número de empresas instaladas en la zona y se duplicaron las sucursales bancarias en la misma. Cuando ENRESA, la empresa que se encarga de la descontaminación, toma las riendas de la central cerrada, contrata a las personas que ya trabajaban allí y recibe subvenciones. Lo que Castejón echa en falta es que se realicen mejor los Planes de Participación Pública por los que estas áreas desarrollan nuevas fuentes de ingresos y de desarrollo cuando las centrales ya hayan cerrado.
En cuanto al futuro de la industria energética tras el desmantelamiento total del parque nuclear español, Castejón se mostró optimista. Mediante gráficas con datos de los últimos años mostró cómo la energía eólica y el resto de las de régimen especial (hidráulica, solar, biomasa, tratamiento de residuos y cogeneración) ya cubren la mayor parte de la demanda energética en España. “Mañana podríamos paralizar todas las centrales nucleares sin problemas de abastecimiento. Solo habría que emplear más gas natural, que en España está infrautilizado porque es más caro”, aseveró.
Asimismo, afirmó que la energía nuclear “actualmente aporta el 6% de la energía que se consume y su producción está en descenso desde 2010, superada por las renovables”. Para que esta transición energética suceda de manera exitosa, el físico comentó que hay que mantener la demanda sin un aumento de las emisiones, lo cual “implica un despliegue de medidas de ahorro y eficiencia y el despliegue de las renovables”. En el cierre de la ponencia, Castejón quiso resaltar dos de las claves que, a su juicio, mejorarían el futuro de la energía en España: el control al precio de la energía y el fomento del transporte público eléctrico.
El próximo jueves tendrá lugar la última de las conferencias de los Jueves de la Ciencia a cargo del doctor en bioquímica y biología molecular y divulgador científico José Manuel Mulet Salat bajo el título ¿Qué es comer sano?, que es también el de su último libro, sobre las dudas, mitos y engaños en la alimentación.