Científicos del IDiBE estudian el potencial de las estrategias alternativas basadas en nanomateriales y fitoquímicos para tratar las infecciones por resistencias a antibióticos

Investigadores del Instituto de Investigación Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE) publican una revisión sobre el potencial de la nanotecnología combinada con compuestos vegetales para combatir a las bacterias resistentes a los antibióticos tradicionales. La inversión en este campo será fundamental para afrontar la futura pandemia por resistencias a antibióticos.

La siguiente pandemia está cada vez más cerca. Esta vez, tendrá como protagonistas a las bacterias. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha catalogado la resistencia a antibióticos como una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Los estudios estadísticos sobre salud pública confirman la tendencia ascendente de muertes por esta causa a nivel global.

Cultivo de Staphylococcus aureus visto a través de microscopio electrónico. Fuente: Wikipedia.

Las cifras con alarmantes. Según el reconocido Informe O’Neill, publicado en 2016 por el Instituto Nacional de Salud de Reino Unido, habrá más muertes por infecciones bacterianas que por cáncer para el año 2050, con 10 millones de fallecidos por esta causa. Asimismo, la revista The Lancet ha cifrado en 1,27 millones de muertes por infecciones multirresistentes durante el 2019, reforzando así la previsión realizada por el Informe O’Neill.

Mientras tanto, centros de investigación como el IDiBE poseen su propia línea de estudio sobre antimicrobianos combatir esta pandemia. Se encuentran dentro del Grupo de Investigación de Diseño y Desarrollo de Moléculas Bioactivas.

Dentro de este grupo, el Dr. Enrique Barrajón Catalán ha sido uno de los autores de un artículo que recoge los esfuerzos que se han realizado hasta la fecha para aunar nanotecnología y fitoquímicos, es decir, sustancias químicas de origen vegetal con un prometedor potencial antimicrobiano.

Esta revisión exhaustiva resalta el enorme desconocimiento a día de hoy sobre la variedad y potencial de la mayoría de las moléculas bioactivas vegetales, como los polifenoles o los flavonoides. Estas sustancias con probada capacidad antibacteriana precisan que su actividad sea potenciada encapsulándolas en el interior de nanofibras y nanopartículas.

Abstract gráfico de la revisión realizada por el IDiBE. Fuente: artículo publicado.

Así, los nanomateriales permiten salvar las limitaciones farmacocinéticas y la baja disponibilidad de fitoquímicos como la curcumina, proveyéndola de una mayor estabilidad y convirtiéndose así en un binomio con grandes posibilidades para el tratamiento de infecciones bacterianas.

La revisión destaca el quitosano, un polímero de origen natural para crear nanopartículas, con alta biocompatibilidad, biodegradable y con capacidad de ser originado por «síntesis verde» (un proceso de fabricación que minimiza la cantidad de residuos derivados y el peligro para el medioambiente).

Sin embargo, la bibliografía sobre los fitoquímicos como agentes antimicrobianos es todavía escasa. La combinación de nanotecnología y fitoquímicos promete resultados positivos, aunque es preciso «seguir investigando sobre sus mecanismos de acción, evaluar la seguridad y toxicidad de estos binomios y continuar hacia la etapa de estudios in vivo», señalan en las conclusiones de la revisión del IDiBE. A este respecto, el grupo posee otra línea de investigación de nuevos fitoquímicos para el tratamiento de infecciones multirresistentes, con varios extractos vegetales prometedores para la creación de nuevos antibióticos y patentes de diferentes combinaciones sinérgicas.

Fotografía de la familia de las jaras, una de las especies de arbustos en estudio. Fuente: Ecología Verde.

Asimismo, el grupo de Barrajón trabaja con arbustos del género Cistus, comúnmente conocidos como cistáceas o jaras. El grupo se ha especializado en la extracción, caracterización y optimización de los compuestos bioactivos de estas jaras para luego someterlos a estudios de actividad antimicrobiana. Esta investigación se ha realizado en colaboración con los servicios de microbiología del Hospital de Alicante y el Hospital de Elche, probando que estos fitocompuestos funcionan óptimamente en infecciones por Staphylococcus aureus resistente a meticilina, una de las bacterias más problemáticas actualmente.

Esta revisión se ha realizado en paralelo a dos tesis doctorales sobre el diseño de nanoestructuras con la mayor capacidad de encapsulación posible y la selección de los fitoquímicos idóneos con actividad antimicrobiana.

La revisión mencionada se ha publicado en la revista Polymers.

A Decade On: Challenges in EU Maritime Spatial Planning

A study reveals the difficulties of global coordination amid diverse national strategies and highlights the challenge of balancing ecosystem protection with the blue economy.

Fourteen researchers working from twelve European countries have analysed how twenty-two EU countries have implemented the Maritime Spatial Planning Directive, adopted by the EU in 2014. Although the Directive has helped many member states develop maritime spatial plans, the sheer diversity of them and their approaches gave rise to challenges in the process.

The research, published in Marine Policy, points out that the Directive provides a common framework that allows each country to design plans in line with their own traditions and administrative structures, national and regional. However, this has led to plans with different objectives that are often difficult to reconcile withing the country, at the sea basin level and with non-EU neighbours. As Leila Neimane, one of the authors of the study, indicates: “This diversity [in national approaches] reflects local needs and traditions, while it has also created coordination problems”.

This map shows if a country has one or more maritime spatial plans. Most of the countries have several plans to adapt to their administrative structures and regional traditions. Source: European MSP Platform.

Apart from reviewing those twenty-two countries’ plans, the researchers surveyed EU competent maritime spatial planning authorities, including maritime spatial planners, to find out what the most recent and common challenges are. One of them is how to keep a balance between environmental conservation and the development of the blue economy (the economic activities associated with the ocean, seas, and coastal regions).

Related to this, the researchers highlight the importance of keeping the adaptative approach as the energy crisis and climate change make countries more aware of offshore renewable energies’ capabilities. Researcher Neimane indicates that adaptation “will be very important because we will face new energy and climate-related pressures in the coming years”.

According to her, “equally important is to assess the social and societal benefits and costs”. Although the Directive requires to consider and to balance economic, environmental, and social needs, ensuring fair representation remains a challenge. Moreover, the analysis notices that some concepts like social sustainability and cultural values can be abstract and difficult to translate into planning policies.

Regarding coherence and other recent challenges of maritime spatial planning, the research shows that there are some aspects that might improve the current situation. For example, the availability of full plans in a common language and data sharing would favour participation and learning from other countries’ processes.

Altogether, the study shows that the implementation of the EU Maritime Spatial Planning Directive has helped countries to create and/or further develop plans that are already pointing out what to improve and will be the basis for future adjustments.

You can check each country’s plans at the European Maritime Spatial Plan Platform web page.

Un estudio español propone un tratamiento que podría reducir el daño cerebral por ictus

El estudio sugiere que la inhibición de la enzima AMPK mediante pequeñas vesículas extracelulares podría ofrecer una nueva vía terapéutica contra el ictus isquémico

Alrededor de 120.000 personas sufren un ictus cada año en España y aproximadamente 25.000 mueren a causa de ello, según datos del Ministerio de Sanidad. La incidencia de esta enfermedad es mayor en personas de más de 55 años, por lo que el envejecimiento en curso de la población resultará en un aumento de los casos. No obstante, la edad no es el único factor de riesgo. De hecho, en los últimos años ha habido un aumento del 40% en la incidencia de ictus en adultos jóvenes. Ante esta realidad, el desarrollo de tratamientos que reduzcan sus secuelas tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de millones de personas en el mundo. La investigación realizada por grupos del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago y del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas (Santiago de Compostela) va en esta dirección. Si bien aún está en fase experimental, los resultados son prometedores: los roedores tratados experimentaron una reducción del 70% en el tamaño de su lesión cerebral, lo que supuso una clara mejoría en sus capacidades sensoriales, motoras y neurológicas.

El estudio, publicado recientemente en la revista Metabolism, señala que la clave de esta terapia pionera es la inhibición de la enzima AMPK, una molécula que detecta las necesidades energéticas de las células y regula su metabolismo. El agente inhibidor se administra por medio de pequeñas vesículas extracelulares (sEVs, por sus siglas en inglés) de estructura membranosa y tamaño nanométrico. Estas vesículas actúan como pequeños receptáculos naturales capaces de transportar en su interior variedad de componentes celulares. Esto las convierte en una pieza importante de la comunicación celular y en una herramienta efectiva para la administración dirigida de fármacos o moléculas terapéuticas.  

Cabe aclarar que, aunque la estrategia ha demostrado eficacia en modelos animales, aún quedan años de investigación antes de que pueda evaluarse en humanos. Según estimaciones, las pruebas clínicas podrían tardar entre 5 y 8 años en comenzar. Alberto Ouro Villasante, autor principal del estudio, advierte que “es difícil predecir con exactitud los plazos”. Factores como el acceso a financiación, la aprobación regulatoria y los avances tecnológicos “podrían acelerar o ralentizar este proceso”.

La elección de una terapia que pretende regular la enzima AMPK no fue azarosa, se basa en un fenómeno conocido como la “paradoja del fumador”. Se ha observado que quienes fuman pueden tener mejores tasas de recuperación tras un ictus isquémico. Es importante resaltar que esto no significa que fumar sea beneficioso. Por el contrario, el tabaquismo es uno de los factores de riesgo principales de ictus. A través de esta investigación, fue posible demostrar que el efecto neuroprotector del tabaco radica en la nicotina. Los riesgos a la salud asociados a esta substancia hacen que su uso clínico sea inviable. De aquí surge el interés por comprender cuáles son los mecanismos detrás de esta neuroprotección.

Estudios anteriores parecían indicar un vínculo entre la nicotina y la inhibición de la enzima AMPK. Para demostrar esta relación, el equipo administró nicotina y un compuesto activador de la enzima AMPK (AICAR) a roedores. Los efectos neuroprotectores observados gracias a la nicotina desaparecieron. Este resultado confirmó la hipótesis de que la reducción de daño cerebral asociada a la “paradoja del fumador” se debía a la inhibición de la enzima AMPK. Impulsados por emular dicho efecto, evitando los riesgos de la nicotina, este grupo desarrolló esta terapia pionera con sEVs, para la cual ya han solicitado el registro de una patente.

De momento los resultados son alentadores, pero aún quedan muchos desafíos para su aplicación en humanos. Desde garantizar su seguridad, eficacia y escalabilidad hasta evaluar posibles efectos adversos a largo plazo. Uno de los primeros pasos es probar la terapia en modelos más representativos de la población afectada. Mientras que los ensayos preclínicos publicados fueron realizados en animales jóvenes, “la mayoría de los pacientes que sufren un ictus son personas mayores con comorbilidades, lo que puede influir significativamente en la eficacia de cualquier terapia neuroprotectora”, subraya Ouro Villasante. Es por ello que futuros estudios incluirán modelos más representativos.

Evolución humana: la conexión profunda entre composición de la dieta, la edad de destete y sus consecuencias poblacionales en el paleolítico superior

Los descubrimientos realizados en el yacimiento de la cueva de Taforalt, Marruecos, publicados en Nature Ecology & Evolution desafían ideas asentadas sobre la dieta y costumbres de los cazadores-recolectores de la edad de piedra tardía. La mitad de la base nutricional de la dieta era de origen vegetal. También han inferido que la edad de destete era alrededor del año lo cual consideran que puede estar relacionado con esta importancia de los alimentos de origen vegetal en su vida cotidiana.

Yacimiento de Taforalt, Marruecos.
Imagen del yacimiento de la cueva de Taforalt (fuente: Wikimedia licencia CC0-0 1.0)

Investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, han analizado las dentaduras de restos humanos de algo más de 13.000 años de antigüedad encontrados en el yacimiento de la cueva Taforalt, en el norte de Marruecos. La investigación ha posibilitado un mejor entendimiento sobre sus dietas. Esto, a su vez, permite un mejor entendimiento del estilo de vida y las costumbres que en aquel momento seguían los pobladores de esa región. La comparación de los niveles de zinc en los dientes humanos con los de herbívoros y carnívoros locales mostró que los humanos consumían una dieta más rica en plantas que en carne, asemejándose más a los herbívoros.

Con esto no sólo se comprende mejor la realidad cotidiana de estas personas que habitaban la región del norte de África, conocidos como cultura Ibero Mauritana, sino todo el estilo de vida de caza y recolección del paleolítico superior.

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El MUDIC conmemora el Día Internacional de los Museos, el 18 de mayo, en Callosa de Segura.

El Museo Didáctico e Interactivo de Ciencias –MUDIC- de Orihuela conmemoró el Día Internacional de los Museos -DIM- en Callosa de Segura, donde organizó unos talleres sobre jabones, cianotipia, y cúpulas

Con estos tres talleres tan divertidos el MUDIC celebró una nueva edición del Día Internacional de los Museos (DIM). Creado por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) en 1977 y que se conmemora el día 18 de mayo de cada año con el fin de sensibilizar al gran público con respecto al papel de los museos en el desarrollo de la sociedad. El lema de este año fue Museos por la educación y la investigación. El MUDIC ha celebrado así el Día Internacional de los Museos con talleres sobre jabones, cianotipia y cúpulas. Dichos talleres se organizaron en la plaza Reina Sofia de Callosa de Segura, desde las 10 horas de la mañana a las 14 horas. Las actividades fueron programadas al aire libre, lo que facilitó que al lugar se acercará público muy diverso, y que hizo las delicias de los más peques. Los talleres fueron amenos y divertidos, conjugando la tradición popular de realizar jabones, hasta la ciencia que está detrás de las primeras fotografías.

Los talleres se enmarcaron en la jornada de puertas abiertas que organizó Callosa de Segura en sus museos con actividades y guías. Asistieron como autoridades, la concejala de cultura Beatriz Mañogil y el concejal de Museos de Callosa de Segura, Antonio Ballester, que señalaron «la gran oportunidad que supone este día para conocer el patrimonio y la cultura que alberga este municipio».

El primer taller consistió en qué el público asistente experimentase de primera mano qué es la cianotipia: proceso fotográfico antiguo que produce copias en color azul cian y que está basado en la sensibilidad de las sales de hierro a la luz ultravioleta (UV). Con esta técnica fotográfica, los niños y niñas, con ayuda de sus padres, pudieron realizar sus propios diseños de separadores de libro, en apenas 5 minutos, gracias al espléndido sol que esa mañana lucía en Callosa de Segura.

Madres e hijas disfrutando del taller de revelado por cianotipia
Revelado por cianotipia, con su característico tono azul , más intenso a mayor luz UV.

La Vega Baja tiene tradición familiar en la realización de jabones, y no es nada extraño que en muchas casas se siga realizando como antiguamente, con aceite de oliva sobrante y sosa cáustica. El segundo taller consistió en elaborar un jabón natural de aloe vera. Nuevamente, los protagonistas fueron los más pequeños, que disfrutaron tanto como sus progenitores en la elaboración del jabón, con el aliciente añadido de que, al acabarlo, se lo podían llevar a casa. En este caso, la base de jabón ya se facilitaba para evitar riesgos con la sosa cáustica, y simplemente era separar la vulva del aloe vera para mezclarla con la base de jabón, conjugando así las magníficas propiedades medicinales del aloe vera con el jabón.

El tercer taller consistió en construir una cúpula, esa estructura arquitectónica de forma esférica o semicircular que sirve como techo o cubierta en un edificio. Eso sí, se construía con la particularidad de aprovechar la forma de las maderas, la gravedad y la fricción. Los intrépidos curiosos acababan haciéndose la foto en el interior de la cúpula.

    

Pensamiento crítico: la mejor herramienta para alcanzar la igualdad

Astrid Wagner, científica Titular del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está preocupada por el creciente rechazo en las diversas esferas de la sociedad contemporánea de hechos históricos, científicos o sociales que están  empíricamente demostrados. Wagner, que abrió las V Jornadas de Ciencia y Pseudociencia en el campus de Salesas y Desamparados (Orihuela) de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), invitó a los asistentes a reflexionar, desde un escepticismo saludable, sobre los desafíos contemporáneos que enfrenta el pensamiento científico, desde la desinformación hasta la polarización social, el cuestionamiento de la evidencia científica al cambio climático y la crisis de confianza en las instituciones. 

Astrid Wagner en su ponencia «¿Cómo sobrellevar el auge de negacionismos en un mundo en crisis?

Según la filósofa, la conspiranoia junto con los agentes que utilizan datos arbitrarios para respaldar sus hipótesis y la información digital sin restricciones forman un cóctel explosivo donde se pone de manifiesto el grave problema al que se enfrenta la sociedad actual, que es la alimentación del negacionismo. Porque a juicio de la experta, este fenómeno erosiona la cohesión social y dificulta la búsqueda de soluciones a los problemas urgentes. Para frenar esta tendencia, la investigadora aclaró que la ciencia no es un dogma, sino un proceso continuo de cuestionamiento y revisión. Por ello, el escepticismo crítico es la herramienta fundamental que permite a los científicos evaluar la evidencia, formular hipótesis y desarrollar nuevas teorías. “En un mundo plagado de negacionismo y desinformación, el escepticismo crítico es más importante que nunca, ya que nos permite discernir entre los hechos y las opiniones”, expuso Wagner.

La segunda ponencia de la jornada corrió a cargo de Purificación Heras González, profesora del departamento de Ciencias Sociales y Humanas en el área de Antropología Social  y Vicerrectora Adjunta de Igualdad y Diversidad de la UMH. En su charla “El ilusionismo de la igualdad y el negacionismo de la violencia de género en España”, Heras expuso que la investigación científica no está libre de sesgos de género por omisión, lo que puede representa un grave defecto con implicaciones en campos como la inteligencia artificial, o la medicina, donde puede llegar a errores en los resultados como el infradiagnóstico médico, debido a que no se contemplan en algunos de los ensayos clínicos a todos los grupos de población, por criterios de exclusión por grupos de sexo o edad específico. Además, Heras resaltó la baja representación de las mujeres en la ciencia y en el mundo laboral en los puestos de liderazgo en campos como la cardiología y la justicia así como la brecha salarial existente.

Purificación Heras González en su ponencia «El ilusionismo de la igualdad y el negacionismo de género en España

La vicerrectora adjunta también desmontó algunos de los mitos y creencias que persisten en torno a la violencia de género, mostrando la actualidad con datos y ofreciendo una mirada crítica sobre los sesgos de género arraigados en la sociedad y la necesidad de enfrentar el negacionismo de la violencia de género con evidencias y conciencia.

En esta misma línea, la conferencia online del profesor Juan Agustín sobre “Desigualdades de género” ofreció un análisis crítico sobre diversos aspectos de la discriminación hacia las mujeres. Presentó el “Informe sobre el impacto de la pandemia COVID-19 en mujeres rurales” de la Diputación de Málaga, que revela una cruda realidad: la falta de corresponsabilidad masculina y la precariedad laboral de las mujeres en el ámbito rural. Una doble discriminación que las coloca en una posición de mayor vulnerabilidad. Además, exploró cómo el discurso de la excelencia en el turismo encubre formas de explotación y perpetúa estereotipos de género.

Este primer día de la jornada también contó con la presentación de los resultados alcanzados por el estudiantado de instituto a través del taller  “¿Por qué existen las teorías negacionistas sobre el cambio climático y las estelas químicas (chemtrails)?”, coordinado por el profesor del IES Miguel de Cervantes de Granada Ismael Román. La actividad, desarrollada en colaboración con el Instituto Mediterráneo Sol, consistió en una investigación estructurada en fases donde se evaluaban las preconcepciones sobre los bulos relacionados con el cambio climático y los chemtrails. El resultado fue revelador: la mayoría de sus alumnos modificaron sus creencias, pasando de creer las fake news a comprender la importancia de estar bien informados utilizando la ciencia.

V Jornadas sobre ciencia y pseudociencia. Aula de Grados en Campus Desamparados UMH, Orihuela

El evento sobre pseudociencias también se desarrolló a lo largo del siguiente sábado con diferentes charlas tanto presenciales como online en torno a los negacionismos sobre el cambio climático y la desigualdad entre hombres y mujeres. Entre los ponentes de esta segunda jornada figuraron la arqueóloga y divulgadora Margarita Sánchez Romero; el investigador de la UMH Luciano Orden; el divulgador de la Universidad de La Laguna Luis Javier Capote; el astrofísico David Galadí Enríquez; el investigador de AEMET Comunidad Valenciana José Antonio Parodi Perdomo; el profesor de Física Aplicada de la UMH José Antonio García Orza; la directora de la Unidad de Cultura Científica de la UMH Alicia de Lara; el sociólogo Alexis Lara Climent; el astrofísico y divulgador Javier Armentia Fructuoso; la escritora mejicana Elpidia García Delgado y la matemática y divulgadora Marta Macho Stadler. Todas ellas intervenciones en las que se puso el foco en la necesidad de contar con información veraz y científica para combatir las teorías negacionistas y promover una comprensión más precisa de los desafíos ambientales y sociales que enfrenta la humanidad.

El trabajo interdisciplinario en agricultura: una solución ante el cambio climático y la hambruna

La viabilidad del campo lleva años en peligro, sin aparentes soluciones sostenibles para todos los actores involucrados. Investigadores de campos como la genética, la microbiología y la Inteligencia Artificial colaboran para buscar respuestas en la propia naturaleza.

Tallos de maíz secos, condado de Monroe, EE.UU.

Según el último informe publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el modelo de agricultura actual genera aproximadamente un 22% de los gases de efecto invernadero que se emiten a escala global. Al mismo tiempo, es una de las actividades más afectadas por el cambio climático, con una reducción en la producción que se agrava cada vez más. Sin embargo, estas circunstancias han generado una situación de hambruna que se debe afrontar de forma sostenible. Para poder dar frente a una situación de tal complejidad, un grupo interdisciplinar de científicos se está fijando en el funcionamiento de los ecosistemas desde varios ángulos para conseguir soluciones.

Los últimos años han visto un incremento en proyectos de investigación centrados en la búsqueda de métodos para convertir la agricultura en una actividad más sostenible, así como aumentar la resiliencia de los cultivos. Con esta finalidad, diferentes ramas de la comunidad científica han fijado varios objetos de estudio.

Estos diferentes proyectos se realizan en equipos interdisciplinares, ya que combinan el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, la secuenciación genética o el análisis microbiológico. Con la finalidad de centralizar el trabajo y aumentar la colaboración, un grupo de científicos creó el consorcio internacional PlantACT! en 2023. El grupo, que celebró su primera conferencia en Dusseldorf el pasado mes de marzo, aboga por la colaboración personal e institucional, y reclama mayores inversiones para combatir el cambio climático y la crisis alimentaria resultante usando las herramientas de la propia naturaleza.

Una de las líneas de investigación más activas se centra en el estudio de las plantas cultivadas en zonas áridas y semiáridas, para aclarar los mecanismos moleculares que lo permiten transmitir este conocimiento a otros cultivos menos resilientes. También ha ganado importancia el estudio del microbioma del suelo, con su capacidad de modular las respuestas al estrés de las plantas cultivadas. Algunos proyectos piloto, como el NTGC AI Project y CLI Mangrove Project, por el profesor Heribert Hirt, pretenden fortificar los suelos, y con ello, mejorar los cultivos, mediante la adaptación del microbioma para las nuevas circunstancias climáticas.

 Este tipo de iniciativas buscan alejarse del aislamiento de cada una de las especialidades científicas, mientras que los profesionales abogan por un sistema abierto, en el que agricultores, responsables políticos y científicos puedan colaborar para dar soluciones al cambio climático y a la hambruna.

Acoso escolar, la epidemia silenciosa en las aulas del siglo XXI

Cada año el acoso escolar causa alrededor de 200.000 suicidios entre jóvenes de 14 a 28 años, según la Organización Mundial de la Salud. El 2 de mayo se celebra el Día Internacional contra el Acoso Escolar o Bullying. Esta fecha fue establecida con el fin de concienciar sobre el riesgo que implica el acoso escolar y subrayar los métodos de lucha disponibles para evitar la violencia en las aulas y el peligro que supone esta auténtica epidemia social para la población infantil y juvenil. En algunos casos, el hostigamiento (amenazas, intimidación, manipulación o agresiones físicas) es de tal magnitud que puede desencadenar el suicidio de la víctima.

En España, el acoso escolar afecta a cerca de uno de cada cinco niños y es la principal causa de suicidio en la infancia y la adolescencia. Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional (2023) un 9 % de los alumnos de primaria han sufrido acoso escolar o ciberacoso y estudios sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España (Fundación Colacao, 2023), muestran que la relación del bullying y el suicidio es muy alarmante: el 20% de víctimas de acoso escolar declaran haber intentado quitarse la vida alguna vez.


Aunque un cierto maltrato en las aulas entre la población infantil y juvenil ha existido desde siempre, en los últimos años este problema se ha agravado, especialmente por la irrupción de las redes sociales. Se considera acoso escolar a cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o social producido entre estudiantes, tanto en el aula, como a través de las redes sociales. En este caso hablamos de ciberacoso, que se caracteriza por una actuación reiterada encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, mediante el abuso de poder ejercido por un agresor o grupo de agresores más fuertes (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente por la víctima).

Según la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar, el proceso de acoso escolar suele desencadenarse cuando alguien se convierte en el foco de atención del resto del grupo (por su aspecto, carácter, comportamiento, por alguna diversidad funcional, resultados académicos, etc.) y otro compañero o compañeros le maltratan física o psicológicamente. Contrariamente a lo que se piensa, cualquier niño o adolescente puede ser víctima de acoso escolar. Según la AEPAE, los protagonistas del acoso escolar suelen ser niños y niñas que están entrando en la adolescencia: las niñas suelen ser más víctimas de violencia psicológica, mientras que los niños suelen sufrir más la violencia física.


Algunas señales que deben hacernos sospechar que un niño o adolescente está sufriendo acoso escolar son: cambios repentinos de humor, menor rendimiento escolar, problemas para dormir, somatización (dolores de cabeza o estómago), aislamiento social, baja autoestima, ausencias reiteradas de las clases, etc.
Entre las secuelas psicológicas en las víctimas destaca el terror que experimenta la persona acosada ante la idea de asistir a la escuela o que se muestre nerviosa, triste y solitaria en su vida cotidiana.

Por su parte, el ciberacoso, basado en la distribución de grabaciones ofensivas hacía la víctima, puede amplificar el acoso escolar de manera exponencial. La víctima ya no solo es acosada en el horario escolar. La irrupción de las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram y WhatsApp entre otras) ha logrado que la tortura cotidiana que se limitaba al horario escolar se extienda las 24 horas del día, los siete días de la semana. Como nos recuerda dramáticamente la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras en su web: «Ya no hay cumpleaños, ni Navidad, ni Año Nuevo. No hay día de fiesta o de alegría en el hogar que no pueda ser empañado o destruido por el ciberbullying”.

«Ya no hay cumpleaños, ni Navidad, ni Año Nuevo. No hay día de fiesta o de alegría en el hogar que no pueda ser empañado o destruido por el ciberbullying.»

A pesar de los numerosos protocolos de actuación, el sistema educativo sigue generando en no pocas ocasiones absoluta indefensión en las víctimas y en sus familias. Según la AEPAE, es muy necesario que sepamos cómo actuar. Hay que trabajar la comunicación con los niños y adolescentes, enseñar pautas de actuación frente al acoso y valorar la asistencia sanitaria, física o psicológica si es necesario. Hay que informar de dónde acudir o con quién hablar si se circunstancia (teléfono gratuito contra el acoso escolar: 900 01 80 18).

El acoso escolar, concluye la Asociación Española para la Prevención de Acoso Escolar, no son “cosas de niños”. Las burlas, exclusiones o agresiones a las que se ven sometidas las víctimas son algo muy serio que pueden marcar a un niño para toda la vida, e incluso inducirle al suicidio.

«Las burlas, exclusiones o agresiones a las que se ven sometidas las víctimas son algo muy serio que pueden marcar a un niño para toda la vida, e incluso inducirle al suicidio.»

Acabar con el bullying es una tarea que nos compete a todos, consideran desde AEPAE, y requiere del esfuerzo y la participación de personal docente y directivo de los centros educativos, familias, tanto de los acosadores como de las víctimas, y por supuesto, la concienciación de los observadores, esos que legitiman el acoso con su silencio pasivo siendo testigos de esta terrible situación sin intervenir.

Un equipo científico recrea el accidente de Chernóbil en el laboratorio para estudiar el efecto de la radiación en anfibios

Uno de los objetivos es comprobar si la melanina es un factor protector contra la radiación

El investigador Pablo Burraco, en una de las cámaras climáticas de la Estación Biológica de Doñana donde está desarrollando uno de los experimentos. Foto: Sandra Ragel

El 26 de abril de 1986 el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó de forma accidental causando la mayor liberación de material reactivo de la historia. 38 años después el área de Chernóbil se ha convertido en un excelente laboratorio natural para estudiar cómo afecta la radiación a la fauna y flora e investigar cómo las especies recolonizan territorios abandonados por el ser humano. En esta línea trabaja desde hace ocho años un equipo científico de la Universidad de Oviedo y la Estación Biológica de Doñana. Hoy, mientras la guerra les imposibilita el regreso a Chernóbil para seguir desarrollando sus investigaciones, los científicos han puesto en marcha una serie de experimentos para recrear el accidente y estudiar cómo afecta la radiación a los anfibios.

“Los anfibios son un buen modelo de estudio para este tipo de investigaciones. Están expuestos tanto a ambientes acuáticos como terrestres y se desplazan poco, por lo que su exposición a la radiación suele ser más estable”, aclara Pablo Burraco, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC. El científico se encuentra dirigiendo el primero de los experimentos en los laboratorios de su centro de investigación, ubicado en la Isla de la Cartuja en Sevilla. El objetivo es simular un accidente nuclear para comprobar si la melanina es un factor de protección contra la radiación, algo que ya sugerían los estudios observacionales que estaban realizando en Chernóbil, antes de que la pandemia frenara sus proyectos.

Gran parte del trabajo de campo que llevaban a cabo en Chernóbil lo realizaban de noche, cuando las ranas eran fáciles de localizar por su canto // Foto cedida

En 2016, el investigador Germán Orizaola de la Universidad de Oviedo inició un estudio para investigar el efecto de la radioactividad en la rana arborícora oriental (Hyla orientalis). Al año siguiente se le uniría el investigador Pablo Burraco. Tras tres años de muestreo exhaustivo en Chernóbil, los resultados parecían indicar que la radiación apenas tenía efectos aparentes en las ranas, excepto en una sola cosa: su coloración. Las que vivían en la Zona de Exclusión, el área que fue evacuada tras el desastre, tenían un tono más oscuro que las que vivían fuera de él. Algunas incluso tenían una coloración completamente negra, en contraposición con el verde brillante que suele presentar esta especie.

 “Los resultados sugerían que la melanina los había protegido de la radiación ionizante, la que se libera en un accidente nuclear, de una forma similar que cuando nos protege de la radiación ultravioleta”, explica Germán Orizaola. La selección natural debió haber actuado de forma implacable tras la explosión nuclear, haciendo que las ranas más oscuras sobrevivieran en una proporción mayor que las que presentaban coloraciones más verdes. 

Gradiente de coloración de la rana de estudio en el norte de Ucrania. Foto: Germán Orizaola y Pablo Burraco. Cedida

Recreando un accidente nuclear

El estudio había sido puramente observacional. Habían encontrado una correlación que sugería que la melanina era un factor de protección, pero no lo demostraba. Para hacerlo, decidieron reproducir el accidente nuclear en condiciones controladas, algo que podían hacer en laboratorios lejos de Chernóbil bajo el estricto cumplimiento de las normativas europeas.

Lo primero que hizo el investigador Pablo Burraco para iniciar el experimento fue colocar las larvas de una misma puesta de sapo de espuelas (Pelobates cultripes), muy abundante en Doñana, en cubos blancos y negros. Se sabe que, al igual que muchos otros anfibios y reptiles, las larvas de esta especie tienen una gran capacidad plástica y son capaces de cambiar el color de su piel en función del ambiente. De este modo, haría que algunos sapos fueran más oscuros y otros más claros. Con la colaboración del Centro Nacional de Aceleradores, las larvas fueron sometidas a distintos niveles de radiación durante un corto periodo de tiempo. 

Los investigadores Pablo Burraco y Germán Orizaola en Stirling (Escocia), donde han iniciado un experimento para investigar cómo afecta la radiación al desarrollo larvario de las ranas del género Xenopus // Foto: Germán Orizaola. Cedida

“Las dosis no eran letales por lo que, en un primer momento, no detectamos diferencias de mortalidad relacionadas con la coloración”, explica Pablo Burraco. El experimento ya dura más de un año y durante este tiempo, los sapos se han mantenido en cámaras climáticas bajo condiciones muy controladas para evitar la incidencia de otros factores. “De momento tienen muy buen aspecto y prácticamente no hay diferencias de tamaño, pero algo está empezando a pasar dentro de ellos. Estamos empezando a ver diferencias en la mortalidad”, asegura el investigador. Habrá que esperar unos meses más para obtener los resultados definitivos.

Recientemente el equipo ha iniciado otro experimento en esta línea, esta vez con ranas del género Xenopus. El experimento se ha realizado en la Universidad de Stirling en Escocia con la financiación del Consejo de Seguridad Nuclear. En este caso, la exposición a la radiación es de más baja intensidad, pero más prolongada en el tiempo y simula los distintos gradientes de radiación que existen en Chernóbil en la actualidad. “Con este experimento queremos ver qué ocurre si las ranas están expuestas a la radiación durante todo el desarrollo embrionario”, explica Pablo Burraco. Los investigadores estudiarán los efectos de la radioactividad en la supervivencia, la fisiología y la morfología de las ranas.

Chernóbil, 38 años después

 “Chernóbil no es lo que aparece en los documentales”, afirma Germán Orizaola. “Se ha convertido en un refugio de fauna espectacular”. Tras el accidente nuclear, en torno a la central de Chernóbil se creó una Zona de Exclusión de 4700 km2 que se ha transformado, tras varias décadas sin apenas presencia humana, en todo un vergel de biodiversidad donde lobos, osos, linces boreales e incluso caballos salvajes como los de Przewalski campan a sus anchas.

En el horizonte, el “sarcófago” de acero que cubre el reactor 4 de la estación nuclear de Chernóbil. // Foto: Germán Orizaola. Cedida

 “Tenemos parques nacionales como Doñana o Picos de Europa que deberíamos dejar sólo para la conservación. No hace falta montar ni excursiones ni carreteras”, asegura Orizaola. La explosión de la central nuclear Chernóbil fue uno de los accidentes más peligrosos de la historia de la humanidad. 38 años después, una vez que los niveles de radiación han descendido, el área se ha convertido en un laboratorio natural perfecto para entender qué ocurre cuando el ser humano se retira de un territorio. A veces la mejor solución para conservar la naturaleza es simplemente, según el investigador, no molestarla.

Trabajando con el caballo de Przewalski

Otro de los proyectos que el equipo científico tenía planeado desarrollar en Chernóbil tenía que ver con el estudio de los procesos de recolonización del caballo de Przewalski. Esta raza equina llegó a tener tan sólo 12 individuos en cautividad, pero hoy, gracias a distintos programas de conservación, varios centenares viven en libertad en distintas zonas de Europa y Asia. En 1998, se introdujeron algunos individuos en Chernóbil y la población ha crecido hasta alcanzar alrededor de 200 ejemplares.

Mientras las condiciones de seguridad no sean idóneas para volver a Chernóbil, el equipo ha decidido comenzar investigando con la población que existe en Burgos, reintroducida recientemente dentro del proyecto Paleolítico Vivo. El objetivo es empezar a investigar a nivel genómico y desarrollar metodologías que puedan ser usadas posteriormente en Chernóbil para estudiar los procesos de renaturalización del caballo de Przewalski y también el efecto de la radiación sobre ellos, más similares a los seres humanos que los anfibios.

Investigadores dan un paso en la cura del daño cerebral a través del aumento de una proteína mediante electroestimulación

Durante el año 2021, en España, las alteraciones al sistema nervioso se convirtieron en una causa de muerte importante con 25.014 personas lo que equivale a un 5,5% del total de muertos de ese año. Es por ello que cobra importancia el estudio que llevó a cabo un equipo de Científicos de la Universidad Francesa de Sorbona, los cuales detectaron que un aumento en la expresión de la proteína PAX3 permitió una regeneración de los axones dañados en células cerebrales. El desafío es buscar la manera en la cual se pueda aumentar la cantidad de esta proteína y una forma segura de hacerlo sería a través de una técnica de electroestimulación por sobre la terapia génica que implica más riesgos.

Cuando se sufre un traumatismo o se padece alguna enfermedad neurodegenerativa, se pierden neuronas, lo que produce una alteración en el orden del circuito original y requiere de la reorganización de las neuronas que no resultaron dañadas. Esta situación sólo se da en cerebros que se encuentran en desarrollo, ya que en cerebros adultos se generan conexiones inexactas que no son funcionales, o peor aún, pueden tener efectos nocivos.

Un grupo de científicos de la universidad Francesa de Soborna, encabezado por el Doctor en Neurociencia Sebastián Jara Rojas, ha publicado un artículo con un ensayo de laboratorio, donde han estudiado a una proteína llamada PAX3 la cual tiene un papel importante en el periodo embrionario ya que permite la formación del sistema nervioso.

En la investigación han demostrado que un aumento en la producción de la proteína PAX3 permite la reparación de un cultivo de células pertenecientes a un  circuito olivo cerebral, que son responsables de regular la coordinación motora y también del aprendizaje.

Para producir una sobreexpresión de proteínas hoy en día se utiliza la terapia génica, lo que consiste en introducir los genes de la proteína deseada a las células, utilizando como vehículo de transporte un virus modificado para evitar que sean dañinos para la salud. Sin embargo, como indica el Dr. Rojas, aun así existen riesgos, entre ellos, que el cuerpo del paciente lo rechace por su sistema inmune o que induzca la formación de tumores, sobre todo al infectar células que no son del interés de estudio.

El Dr. Rojas en su trabajo posdoctoral ha utilizado estimulación eléctrica en determinadas regiones del cerebro, sistema nervioso periférico y de la médula espinal, teniendo como resultado un aumento en la plasticidad neuronal, es por ello que plantean que el uso de esta técnica de estimulación eléctrica podría provocar una sobreexpresión de PAX3 y permitir la reparación frente a daños y de esa forma obtener un aumento de la proteína PAX3 evitando los riesgos que conlleva el uso de la terapia génica. Los próximos desafíos son llevar este estudio a modelos animales, ver el tipo de regeneración frente a daños cerebrales y determinar los efectos adversos que estos tienen, para poder en un futuro ser usado como terapia clínica.