Los chicos superan en actividad física a las chicas, en especial durante el horario escolar

Investigadores de la UMH advierten de una brecha en la práctica de ejercicio y sedentarismo entre hombres y mujeres de 14 a 17 años

Christian Marques Navarro

Los niveles insuficientes de ejercicio físico están considerados en la actualidad como uno de los factores de riesgo más importantes de enfermedades como la diabetes tipo II o la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud. Por ello, los científicos necesitan analizar y comparar los índices de sedentarismo y actividad física en adolescentes según su género y horario del día, para así descubrir qué áreas se han de reforzar. Investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (España) han estudiado el tiempo que pasan los adolescentes, de entre 14 y 17 años, realizando actividades físicas durante diferentes momentos del día y diferenciando por género. Para ello, midieron mediante acelerómetros el ejercicio de 206 estudiantes de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria durante una semana y analizaron 4 tipos de actividades según su grado de intensidad: Sedentaria, Ligera, Moderada y Vigorosa.

El estudio “Diferencias según género en el tiempo empleado por adolescentes en actividad sedentaria y actividad física en diferentes segmentos horarios del día” (2017) muestra que la desigualdad de actividad vigorosa en horario de colegio presenta la diferencia más representativa en la investigación, llegando a doblar el ejercicio de los chicos al de sus compañeras. Los autores del estudio, Vicente Javier Beltrán Carrillo, Ana Cristina Sierra, Alejandro Jiménez Loaisa, David González-Cutre, Celestina Martínez Galindo y Eduardo Cervelló, se sorprenden ante la diferencia entre sexos, ya que, tanto ellos como ellas, toman parte de la asignatura Educación Física y cuentan con los mismos recursos e instalaciones. Para mejorar este aspecto, el estudio propone repartir hojas de preferencias a los alumnos a principio de curso sobre qué actividades realizar en esta asignatura para tenerlas en consideración. “Para aumentar los niveles de ejercicio físico de las chicas durante este horario  podrían dinamizarse los recreos con actividades que se ajustaran mejor a las preferencias de ellas”, señalan los autores.

“Las chicas cursan Educación Física junto a los chicos y supuestamente disponen de los mismos recursos, pero su ejercicio es de menor intensidad”, según los investigadores

Además, durante la tarde los hombres también tienen un índice mayor de ejercicio vigoroso, por lo que se puede entender que existe una mayor participación por parte de ellos en actividades extraescolares en esta franja. “Podría ser interesante ofertar programas de promoción de actividad física y salud por las tardes entre semana, dirigidos especialmente a atender las preferencias de las chicas”, apuntan los autores. En cuanto al fin de semana, el tiempo dedicado al ejercicio se iguala bastante, pero sigue existiendo una brecha donde la actividad vigorosa de los chicos triplica a la de las chicas, a primera hora de la tarde.

El estudio confirma que las chicas realizan una mayor actividad sedentaria respecto a los chicos en casi todas las franjas, pero especialmente antes de ir al colegio y a última hora de la tarde. “Sería aconsejable que la administración pública, los profesionales de la salud y los responsables educativos colaboraran para que los adolescentes fueran al colegio andando o en bicicleta, o mediante otros tipos de transporte activo. Y que pudieran hacer el trayecto por entornos seguros y agradables”, proponen los investigadores.  

Los orígenes de la tortuga mora, entre el Pleistoceno Superior y la historia reciente

Investigadores de la UMH analizan los procesos de expansión del reptil con el objetivo de predecir posibles consecuencias genéticas y entender su evolución

Esther González Fernández

El Surfing en la tortuga mora es un estudio realizado por un grupo de biólogos de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, cuyo objetivo es esclarecer los orígenes de la tortuga mora conocida entre algunos investigadores como “fósil viviente”. Sus inicios se remontan al continente africano durante la época del prehistórico, específicamente al periodo del Pleistoceno Superior. De estos contemporáneos a los dinosaurios descienden más de 200 de las especies que existen en la actualidad. El estudio también señala a este tipo de vertebrados como uno de los primeros ejemplos empíricos de “Surfing” genético, proceso evolutivo de la especie llamado así debido a que solo aquellos alelos, manifestaciones de un carácter o gen, que estén a la cabeza de la ola de expansión logran propagar sus genes al nuevo hábitat colonizado. Mediante el análisis de las posibles consecuencias genéticas de este fenómeno se busca entender mejor su evolución, tanto cultural como biológica en el Mediterráneo occidental.

Los autores del estudio, Eva Graciá y Andrés Giménez, marcan la presencia de la tortuga mora en cuatro puntos clave de la península ibérica: en Doñana, en las provincias de Murcia y Almería y en las islas Baleares. Protegidas desde 1970, estas tortugas están clasificadas como “Vulnerables” por el Catálogo Balear de Especies Amenazadas y de Especial Protección, precursor de la activación de un plan para su conservación durante la década de los 80. La escasa diversidad de esta especie en el oeste europeo y su poca diferenciación respecto a las poblaciones africanas ha llevado a descartar que estas aparecieran en la península antes de la apertura del estrecho de Gibraltar. Se mantiene abierta la posibilidad de que sus orígenes se basen en la dispersión natural de las mismas por el mediterráneo mediante el “rafting”, al ser arrastradas mar a través a la deriva, durante un periodo donde las costas peninsular y la africana estaban muy próximas. Algunos casos de este suceso han sido demostrados con anterioridad en las travesías oceánicas de otras especies de tortugas de tierra.

Este tipo de vertebrado es uno de los primeros ejemplos empíricos de “Surfing” genético, proceso evolutivo que implica la propagación de los genes de la especie en un nuevo hábitat

Esta investigación llegó a muestrear, en busca de los orígenes de la especie, a 400 tortugas del norte de África y la península ibérica que dieron lugar a 36 haplotipos, variaciones de las secuencias de ADN, conectados y diferenciados unos de otros por diversas mutaciones. Los resultados de este muestreo generaron 7 genotipos (conjunto de genes característicos de cada especie) con marcadores microsatélite, cuya función es realizar análisis poblacionales, que evidenciaron menores niveles de diversidad genética en las tortugas del sureste ibérico. El resultado de estos análisis llegó a establecer la zona de Orán, en el norte de Argelia, como originaria del legado ibérico.

El importante legado biológico y cultural de estas longevas criaturas evidencia la complejidad de los procesos biogeográficos en el Mediterráneo occidental y el motivo por el que estos deben ser preservados, con el fin de garantizar su viabilidad a largo plazo. Pese a su estatus de conservación, las principales amenazas a las que se enfrenta esta especie son la pérdida y fragmentación del hábitat, así como la erosión poblacional por recolección de tortugas para ser mantenidas como animales domésticos. Para garantizar el futuro de estas poblaciones se requiere del desarrollo de programas de educación ambiental, de la persecución del tráfico y posesión de tortugas mora, ambas ilegales, así como la disminución y el control del stock de los animales mantenidos en cautividad para así evitar riesgos sobre las poblaciones silvestres.

Ayuntamientos y empresas españolas lideran la adaptación del turismo a la realidad climática

El aumento de las temperaturas puede causar pérdidas de hasta el 2,5% del PIB nacional para 2070, según la Comisión Europea

@AlfreTeja

España es el tercer destino más visitado para los turistas del mundo. El país ingresa  62 mil millones de dólares por ello, lo que supone un 10% de su PIB. El sol y la playa son el principal reclamo; el 50% de los movimientos vacacionales se producen hacia el litoral mediterráneo. Sin embargo, las consecuencias del cambio climático ponen en riesgo la viabilidad de este sector tan relevante para la economía española. El aumento de las temperaturas y la sequía pueden acabar con la zona de confort climático del Mediterráneo. La subida del nivel del mar y la ‘artificialización’ de la costa auguran inundaciones continuas y pérdidas para el año 2100 de entre el 0,5% y el 3% del PIB anual, según el Ministerio de Medio Ambiente (2014). La variación extrema entre temperaturas dificulta la previsión de cualquier riesgo. Todo ello obliga a reestructurar el sector turismo.

Adaptación del sector turístico al cambio climático en España. La importancia de las acciones a escala local y en empresas turísticas (2016) es un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Alicante Jorge Olcina y José Fernando Vera-Rebollo. En él se repasan las principales estrategias que se han llevado a cabo en este ámbito económico para afrontar las transformaciones y necesidades climáticas presentes y futuras. La investigación concluye que “España lleva varios años de retraso en la puesta en marcha de proyectos y medidas concretas de adaptación al cambio climático”. Aunque la investigación también apunta a que esta circunstancia puede tomarse como una oportunidad para desarrollar un nuevo modelo económico.

La línea general de acción se centra en la mejora de la eficiencia energética, el ahorro de agua o la promoción de destinos sostenibles

A nivel local se han adoptado medidas relacionadas con la movilidad sostenible, la gestión de residuos, la reducción de emisiones o la implantación de ‘ecotasas’. Aunque la línea general de acción se centra en la mejora de la eficiencia energética, el ahorro de agua o la promoción de destinos sostenibles. No son muchas las ciudades o comunidades que han diseñado un plan de adaptación al cambio climático de forma específica, pero hay casos de especial relevancia. La Isla del Hierro, por ejemplo, ha alcanzado un autoabastecimiento energético total a partir de energías renovables mediante un sistema hidroeólico. Barcelona, por su parte, contempla la ‘desestacionalización’ como método de adaptación. Es decir, en un nuevo escenario climático donde su oferta turística de verano pierde atractivo frente a otros destinos, la Ciudad Condal pretende aprovechar la primavera y el otoño.

 

Por su parte, algunas de las principales empresas hoteleras han asumido firmes compromisos con el planeta. Destacan casos como el del grupo NH, que ha disminuido su huella de carbono en un 31% desde 2008. El grupo Meliá resalta también por conceder la certificación de su gestión medioambiental a una empresa externa. Aunque también llaman la atención acciones llevabas a cabo por pequeñas empresas, como sucede en Benidorm, donde la asociación empresarial Hosbec asesora y apoya a sus integrantes en cuanto a gestión ambiental. En cualquier caso, el futuro para el mundo empresarial se centra en la reutilización de aguas residuales en los mismos centros hoteleros. El establecimiento de redes de aguas grises es, en este sentido, la mejor opción, según apuntan los investigadores. Este método funciona reaprovechando el agua utilizada en el lavabo y la ducha para el inodoro, lo que logra ahorrar hasta un 10% del consumo total. Otra medida necesaria será la renovación de las infraestructuras a fin de reducir, como se prevé en el estudio, un 25% del consumo energético del total de la factura.

La posible liberalización de la Política Agraria Común afectará al buitre negro

Investigadores del CSIC predicen que un cambio en el paisaje alteraría el hábitat de la especie. 

Un equipo de investigación de la Estación Biológica de Doñana ha demostrado que la posibilidad de liberalización de la Política Agraria Común (PAC) afectará a la distribución del buitre negro, una especie carroñera típica del ecosistema mediterráneo. La PAC es una política de la Unión Europea que pretende garantizar a los agricultores un nivel de vida razonable mediante la concesión de ayudas, apoyo en el mercado y desarrollo rural. “La liberación de la PAC supondría una reducción de las ayudas y subvenciones a agricultores y esto conllevaría un aumento del abandono de tierras y una sucesión natural de la vegetación”, ha apuntado Isabel García Barón, una de las autoras de la investigación.

“En esta situación, las tierras abandonadas se transformarían con el tiempo en bosques maduros”, ha comentado. “Esto beneficiaría el hábitat de cría del buitre negro, pero quedaría afectado su hábitat de forrajeo, es decir, la probabilidad de conseguir alimento, ya que el conejo, importante en su dieta, estaría menos disponible en este tipo de hábitat”, ha añadido.

El estudio se centra en el empleo de diferentes modelos socioeconómicos de previsión de abandono de tierras.  Su objetivo es evaluar cómo se verá afectada la distribución de esta especie en 2040. “Los modelos nos dicen que el cambio de la PAC será crucial para ver transformaciones en el paisaje que afecten al buitre negro”, ha agregado la investigadora.

El buitre negro se encuentra amenazado por el uso de venenos. Fuente: National Geographic

El mantenimiento de la PAC en la línea actual no provocaría el abandono de tantas tierras ya que se mantendrían las ayudas. “Sin embargo, hay otros factores, como los incendios forestales o la presencia de depredadores, que también pueden afectar al hábitat de cría y forrajeo del buitre negro y que es preciso estudiar”, explica la experta. García-Barón ha apuntado que aunque el buitre negro vería afectado su hábitat de forrajeo con la proliferación del bosque maduro, sus movimientos amplios le permitirían recorrer distancias largas para conseguir alimento. La investigadora ha explicado que los incendios forestales mejorarían el hábitat del conejo, ya que existirían más zonas libres de vegetación en las que el conejo podría vivir.

Aunque según los modelos nuevas áreas se vuelvan aptas para albergar estas especies, es probable que “la colonización no ocurra a corto o medio plazo”, ha concluido la investigadora. El trabajo es de “gran importancia” ya que es “la primera vez que se hace este tipo de estudios con una especie carroñera, y también, amenazada” y además, se tiene en cuenta “la biología de la especie”.

El estudio, que ha contado con la financiación de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, ha sido realizado por un equipo de investigación de la Estación Biológica del Doñana, centro del CSIC.  El trabajo se ha publicado en la revista Diversity and Distribution y cuenta con la colaboración de centros de investigación de cuatro países europeos.

 

Las golondrinas de las zonas más contaminadas de Chernóbil son más resistentes a las bacterias

Los ejemplares con más defensas han sobrevivido y se han reproducido durante los últimos 31 años, a pesar de los altos niveles de radiactividad.

 

 

Un equipo internacional con participación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), centro adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Almería, ha demostrado que ciertas poblaciones de golondrinas que viven en zonas de Chernóbil (Ucrania) en las que aún existen niveles altos de radiactividad, presentan una mayor resistencia ante distintas bacterias que aquellas que pueblan zonas menos o no contaminadas.

Un cambio tan drástico en las condiciones ambientales como fue el accidente nuclear de Chernóbil, ocurrido en Ucrania el 26 de abril de 1986, tuvo un gran impacto no solo en los organismos, sino en las relaciones parásito-hospedador.  “Las bacterias tienen una gran capacidad de adaptación a los cambios, y en Chernóbil presentan altas tasas de mutación y resistencia a la radiación.  Por tanto, las golondrinas se enfrentan a `nuevas` comunidades bacterianas que pueden producir otros daños a sus hospedadores”, ha explicado Magdalena Ruiz-Rodríguez, investigadora de la EEZA y autora principal del artículo.  

Golondrina del estudio

En este estudio, a través de un análisis de laboratorio, se enfrentó el plasma sanguíneo de diversas poblaciones de golondrinas, algunas cercanas a la antigua central de Chernóbil, a doce especies de bacterias diferentes. El objetivo era saber si se había producido una adaptación como consecuencia de la convivencia entre estas aves y las comunidades bacterianas que cambiaron rápidamente. Los resultados del análisis indicaron que los individuos criados en las zonas más contaminadas tenían mayor capacidad de resistencia a las bacterias.

Tras el accidente nuclear, el sistema inmune de las golondrinas de Chernóbil fue dañado y debilitado, por lo que su capacidad para defenderse de las bacterias cayó en gran medida. En tan solo 31 años, la radiactividad ha provocado transformaciones que habitualmente se observan en un largo período de tiempo. Apunta Ruiz Rodríguez que probablemente ha existido un proceso de selección natural muy intenso en las zonas con más radiactividad, de manera que solo las golondrinas que tenían más defensas fueron capaces de sobrevivir y reproducirse.

“Durante estos 31 años han muerto muchísimas golondrinas, pero las pocas que han sobrevivido tienen una mayor capacidad de defensa. El resto ha ido muriendo sin dejar descendencia”, ha apuntado la investigadora. “Aunque en algunas poblaciones, como es el caso de las golondrinas, se haya producido una selección sobre los individuos más fuertes, la tendencia de las poblaciones es a desaparecer, ya que las mutaciones disminuyen la esperanza de vida, el éxito de reproducción, y algunas de ellas son directamente letales”, ha concluido.

En una investigación anterior de este equipo se estudiaron las bacterias que degradan las plumas de las golondrinas y la conclusión fue muy similar. Los individuos que poblaban las zonas más contaminadas presentaban mayor capacidad de defensa. “Es decir, las golondrinas que crían en zonas con mayor radiactividad son más resistentes al ataque por bacterias en las plumas, pero también cuentan con más defensas en su sangre”, ha afirmado Ruiz-Álvarez.  Estas investigaciones se separan de la tendencia mayoritaria de estudiar la salud de las especies después del accidente nuclear, para adentrarse en las adaptaciones y cambios que en tan poco tiempo se han producido en ellas.

Timothy Mousseau, otro de los autores de la investigación, y que ha estado estudiando las poblaciones de aves en Chernóbil durante más de una década, demostró en un estudio reciente que las golondrinas Mousseau que viven en zonas altamente contaminadas tenían altas tasas de anomalías, desde albinismo parcial a picos deformados.

Un estudio anterior, del año 2012, realizado por científicos de la Universidad de Portsmouth y publicado en la revista científica Biology Letters concluyó que las golondrinas de los alrededores de la central nuclear de Chernóbil resisten mejor de lo que se pensaba a dosis bajas de radiación. Según Jim Smith, el autor principal de este estudio, el aparente daño a las poblaciones de aves de Chernóbil se debía a diferencias en su hábitat y en la estructura del ecosistema o en su dieta, y no a la contaminación radiactiva. “Los niveles de contaminación radiactiva detectados en los alrededores de la central de Fukushima tampoco deberían causar daño a largo plazo a las aves de esa región”, ha apuntado el experto.

Sin embargo, los efectos del desastre de Chernóbil aún pueden apreciarse en la actualidad. Más de 30 años después, el paisaje sigue siendo desolador y en ciertas zonas apenas pueden verse animales debido a la contaminación radiactiva. Viacheslav Shestopálov, director de un centro científico y de ingeniería de Chernóbil, manifestó que las dosis de baja radiación deterioran la elasticidad de los nervios y la memoria y señaló que los animales residentes en Chernóbil no están a salvo de las mutaciones. Afirmó también que las golondrinas de la zona de Chernóbil tienen 28% de posibilidades de llegar a la próxima estación, mientras que las golondrinas de zonas no contaminadas tienen un 40% y las de España, un 45%.

Los 6000 € del concurso tecnológico “Hack For Good” van a parar al proyecto valenciano “Luz Verde”

El Hack For Good es un concurso promovido por la fundación Think Big de Telefónica, destinado para ingenieros (actuales o futuros) que buscan aplicar la tecnología a la resolución de problemas sociales. El proyecto ganador se llama “Luz Verde” y consiste en una aplicación para mejorar la movilidad de los invidentes por la ciudad, en este caso de Valencia, aunque por supuesto se puede aplicar a cualquier otra ciudad.

Aunque estos concursos tecnológicos lo suelen ganar pequeñas “startups” con personal consolidado, no ha ocurrido así esta vez. Curiosamente, el equipo ganador está formado por tres jóvenes que no se conocían entre sí previamente: Jorge Fabregat es estudiante de segundo de Telecomunicaciones; Javier Ferrando es estudiante de tercero de Ingeniería de Electrónica; Joaquín Montesinos es estudiante de primero del Máster de Gestión de la Información. Todos ellos en la Universidad Politécnica de Valencia.

En el Hack For Good se presentan equipos de entre tres y siete personas para resolver retos sociales con contenido ético. En este caso, Jorge, Javier y Joaquín se apuntaron en el último minuto a la convocatoria, por primera vez todos ellos, con el fin de coger experiencia en este tipo de concursos. Cuál fue su sorpresa al saber después de dos días de durísimo trabajo que eran los ganadores tanto del concurso local de Valencia como del concurso nacional.

Joaquín tenía la idea de hacer un proyecto que utilizara la API de datos abiertos que ofrece el Ayuntamiento de Valencia. La API es un conjunto de datos que diversas organizaciones (en este caso, el Ayuntamiento de Valencia) ofrece a los usuarios programadores para poder desarrollar aplicaciones usando dichos datos. Javier tenía en mente hacer algo para mejorar los semáforos para invidentes, con el móvil y bluetooth. “Lo que ocurre es que con el bluetooth el usuario tendría que sincronizar el móvil con cada nuevo semáforo que visita”, comenta Jorge. Se les ocurrió, pues, combinar ambas cosas haciendo una app para Android que contrastara la posición actual del usuario mediante GPS con la base de datos de semáforos del Ayuntamiento. De esta manera, cuando el semáforo esté en verde, el teléfono vibrará para avisar de que se puede cruzar.

El problema que tenían es que la API del Ayuntamiento ofrece los datos de posición de los semáforos, pero no de su estado (rojo, ámbar, verde). “Entonces se me ocurrió conectar un microcontrolador con un complemento que le permite tener conexión a internet por ethernet al semáforo, y programarlo para que lea el estado de las luces directamente a partir del cable y lo envíe a su servidor. Todo esto sin modificar nada de los semáforos actuales. Se conectan dos cables del controlador a los cables que van a las lámparas y ya estaría solucionado”, explica Jorge. Se pusieron, pues, manos a la obra. Jorge se encargó de preparar un primer servidor Linux y de montar y programar el microcontrolador Arduino, que es una placa con posibilidad de programarla para hacer que desarrolle la función requerida. Javier se encargó de buscar información y datos y de desarrollar parte de la app, y Joaquín programó la aplicación del servidor con PHP y MySQL y la otra parte de la app.

Después de dos días de trabajo sin dormir el resultado fue un sistema que, en fase de prototipo, lo más caro posible, costaría 25.000€ de implementar en toda Valencia. El actual proyecto propuesto por el Ayuntamiento asciende a 6.000.000€. Esto es posible, entre otras cosas, porque “Luz Verde” se coloca en el regulador semafórico, por lo que un único chip sirve para monitorizar una media de 10 semáforos. Con un hardware depurado y construido a medida podría bajar de los 10.000€, y si consiguen implementarlo en el software de control directamente podría costar menos de 1000 €. «Todo esto si conseguimos sacarlo adelante», apostilla el joven futuro ingeniero.

 

Santi Selvi

El estetoscopio, 200 años acompañando al médico

Un homenaje al instrumento que le ha devuelto el poder al médico

El Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero (IHMC) conmemoró el pasado 22 de febrero el 200 aniversario del estetoscopio, que  desde su invención en 1816, ha ocupado un lugar especial en los consultorios. El seminario fue coordinado por el profesor Joan Llorent, miembro activo del instituto y se contó con la participación de tres destacados médicos, quienes dedicaron sus charlas a diversos aspectos del emblemático instrumento.

La primera ponencia estuvo a cargo de José Luis Barona, profesor de historia de la ciencia del IHMC. El experto explicó cómo el estetoscopio contribuyó al desarrollo de la medicina, modificando las prácticas médicas, la organización de los hospitales y la relación entre el médico y el paciente. “Fue un descubrimiento muy importante, ya que por primera vez había algo que permitía conocer el interior del cuerpo humano sin necesidad de abrirlo, de poner en riesgo la vida”, comentó Barona.

José Luis Barona: “El estetoscopio permitió al médico escuchar y ver el interior del cuerpo humano”

Por su parte, Melisa Van Drie compartió con los asistentes el trabajo de investigación post doctoral que realiza en la Universidad de Cambridge. Un estudio centrado en los métodos didácticos que se utilizan en medicina para aprender a escuchar: “El estetoscopio permite escuchar la música del cuerpo humano, pero hay que aprender a distinguir la variedad de sintonías.” Para ello, explicó Van Drie, en la carrera de medicina se utilizan recursos como grabaciones, libros y clases prácticas, en las que se imitan y se representan los sonidos de la respiración, simulando tanto las que son “normales” como las “anormales”, es decir, cuando existe enfermedad.

A través de una video conferencia, Jacalyn Dufin, catedrática de la Queen’s University en Ontario Canadá, ofreció una interesante charla sobre el curioso origen del estetoscopio y cómo ha sido su evolución durante la historia de la medicina. “El primer prototipo del estetoscopio era una libreta de notas enrollada, esto permitió a Marie-Hyacinthe Laënnec, su inventor, acercarse a escuchar los latidos del corazón de una paciente enferma, sin tener que poner la cara tan cerca de su pecho, que en es caso concreto, resultaba un poco bochornoso”, relató Dufin.

A 200 años de su invención, el estetoscopio sigue ocupando las primeras páginas de los libros de texto de medicina y es, sin lugar a dudas, un símbolo distintivo de los profesionales de la bata blanca.

Beatriz Pascual Alonso

Una estrategia lúdico-pedagógica que permite develar a niños y jóvenes colombianos su diagnostico de VIH-SIDA

La tercera convocatoria de experiencias significativas del Colegio colombiano de psicólogos seleccionó el trabajo de la investigadora Ana Maria Trejos, de la Universidad del Norte

Ana Maria Trejos, es una nobel doctoranda en psicología. Recientemente es noticia al ser seleccionada su investigación doctoral como una experiencia exitosa colombiana por parte del Colpsic (Colegio colombiano de psicólogos). Este organismo, en su tercera versión en el año 2017 seleccionó esta novedosa intervención que permite mediante estrategias lúdicas combinada con elementos pedagógicos entrenar inicialmente a padres y al equipo de salud para develar diagnostico a los niños y jóvenes que conviven con el VIH_SIDA. Y finalmente preparar al niño o joven para asumir la revelación de su condición.

El equipo evaluador  consideró que reúne requisitos  esta iniciativa de revelamiento, por ser una  estrategia novedosa, efectiva y adaptada al contexto colombiano. Un aspecto que tiene en cuenta la convocatoria de este año, es que permite valorar y destacar aquellas propuestas  que favorezcan la difusión del conocimiento disciplinar. Los evaluadores reconocen la actuación psicológica, lo que favorece hacer preponderante el posicionamiento de la profesión y permitir las posibilidades de cooperación de forma horizontal en el país.

Ana María Trejos comentó: “Este modelo de revelamiento, fue validado en el año 2004 en jóvenes de 12 años en San Juan de Puerto Rico. Por ello, adapté el modelo bajo un esquema cognitivo-lúdico a niños y jóvenes. Aquí, los niños, me hacían preguntas muy interesantes y retadoras…Qué van a hacer ellos con tanta frecuencia a los centros de atención en salud, que aquí las llaman instituciones prestadoras de salud (IPS) y porqué debían de tomar tantos medicamentos…si sus amigos de la misma edad no tomaban medicinas…..”. Por eso, a partir de estas expresiones era necesario diseñar una estrategia lúdica e innovadora para develar el diagnóstico.

La psicóloga Ana María Trejos, es una joven investigadora preocupada por los niños con VIH-SIDA

La estrategia desarrollada por la Doctora Ana María Trejos, tiene por nombre “DIRE”. El modelo se estructura en cinco componentes:

  1. a) Educación a los profesionales de salud acerca del modelo de revelamiento
  2. b) Educación a los padres de los niños y jóvenes
  3. c) Educación para niños y adolescentes que conviven con VIH-SIDA
  4. d) El proceso de revelamiento (cómo decir a los niños a cargo del equipo de salud entrenado o de los padres)
  5. e) Finalmente, el proceso de evaluar el revelamiento y valorar el cumplimiento terapéutico y la condición de ajuste emocional

Esta estrategia dispone de material de apoyo compuesta por libros para entrenar y enseñar al equipo de salud (médicos, enfermeras, psicólogos) y a los padres, cuentos para niños y un inventario de preguntas y respuestas que los padres denominan: “cuestiones dolorosas”; por ejemplo se abordan los miedos, mitos y temores con respecto a la muerte, la enfermedad y el tratamiento. Para apoyar la estrategia pedagógica  y lúdica dirigida a los niños se han diseñado modelos que permiten enseñar que es el virus del VIH, que es una célula del organismo defensora (CD4 o linfocitos) y cómo los medicamentos se acoplan estilo nave espacial para enseñar el mecanismo de actuación de los fármacos en el cuerpo humano.

Materiales diseñados por Ana Trejos, que permiten el entrenamiento en el modelo DIRE

Es preciso señalar que esta estrategia surgió a partir de un estudio, en el cual Ana María investigó la  calidad de vida de niños y niñas afectadas y convivientes por VIH-SIDA en cinco ciudades colombianas. Este estudio la Doctora Trejos detectó que “los profesionales de salud y los padres o cuidadores de los niños afectados expresaban miedos, temores y dudas frente a revelar el diagnostico, a qué edad se debería realizar este procedimiento de revelación y desconocían cómo hacerlo sin causar dolor y angustia”.

La Doctora Trejos comenta que esta estrategia se ha implementado con personal de salud previamente capacitado por ella en algunas instituciones de salud de las ciudades de Barranquilla y Santa Marta.  Sin embargo, aún falta que la mayoría de los centros de salud de estas dos ciudades  que manejan estos niños y jóvenes estén entrenados en este modelo. Por ello, ella considera que al ser denominada una estrategia exitosa, le permitirá mayor difusión del modelo en el país y en la región.

Figuras para enseñanza lúdica en niños y jóvenes

Nota elaborada por Rafael Tuesca Molina (Estudiante Doctorado)

 

Una de cada cien personas sufrirá cáncer debido a la energía nuclear

 Josep Ferris, médico especializado en pediatría y salud medioambiental, alerta sobre los posibles efectos de la radiación nuclear

Marcos Morales Peláez

La energía nuclear ha supuesto un enorme perjuicio durante la historia en catástrofes como la de Chernóbil o Hiroshima. Sin embargo, actualmente, la radiación a baja exposición de las centrales nucleares puede resultar igualmente nociva para nuestro organismo. Así lo defendió Josep Ferris, médico especializado en pediatría y salud medioambiental, el pasado jueves 23 de febrero en la conferencia L’envellida nuclear de Cofrents: un perill. Según el científico, esta exposición podría llegar a provocar cáncer en una de cada cien personas.

Fotografía de los conferenciantes. En el centro de la imagen, Josep Ferris, y en la derecha de la misma, Jordi Bigues. Marcos Morales Peláez.

 

El médico, junto con Jordi Bigues –periodista  y ecologista–, ofreció una visión alarmante del peligro que suponen la centrales nucleares para la salud de la sociedad. Los conferenciantes alertaron sobre el papel de los elementos nucleares como agentes cancerígenos y la especial afectación por parte de público infantil. Describieron, además, el carácter bioacumulativo de este tipo de materiales en los organismos vivos y cómo este afecta a la correcta división de las células.

Los especialistas realizaron, también, un recorrido por la historia de la central de Cofrents desde su final puesta en marcha en 1984. Este reactor fue construido dentro del plan energético nacional de 1975 –el cual planeaba construir 37 reactores de los cuales tan solo se construyeron 10 gracias a la oposición social–.

Los ponentes destacaron la riada sucedida en 1983, donde, además de la trágica muerte de nueve trabajadores, esta central sufrió daños que podrían haber ocasionado una catástrofe similar a la de Fukushima. Ambos criticaron el sistema de actuación frente a un suceso de estas medidas por parte de las instituciones públicas y el peligro que esto supone.

El acto, organizado por la plataforma Tanquem Cofrents en el Centro de Cultura Contemporánea l’Octubre contó con decenas de asistentes.

Fotografía de los asistentes a la conferencia L’envellida nuclear de Cofrents: un perill. Marcos Morales Peláez.

Marcos Morales Peláez. Máster en Historia de la Ciencia y Comunicación Científica.

 

Una burbuja colosal se extiende por la nebulosa de Orión

Astrónomos del CSIC observan una región de la Vía Lactea con el telescopio ALMA, en Chile

La Gran Nebulosa de Orión se estaría transformando químicamente a ojos vista, por vientos estelares emitidos por las cuatro estrellas de El Trapecio. Todo ello según los resultados de una investigación internacional realizada mediante el sofisticado telescopio ALMA, en Chile, liderada por el grupo Astromol del CSIC, con participación del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) y del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM). Los resultados del estudio fueron publicados en junio de 2016 en la revista Nature en un artículo titulado «Comprensión y ablación de la nube foto-irradiada de la Barra de Orión«.

dentro de la nebulosa de orion

Detalle de la zona de Orión estudiada con el radiotelescopio ALMA, y que se conoce como La Barra de Orión.

Los astrónomos del CSIC estudian la dinámica de la Gran Nebulosa de Orión, (un conocido objeto visible a simple vista, especialmente, en los cielos invernales del hemisferio norte o en los veranos del hemisferio sur), combinando observaciones de diversos telescopios con las ondas de radio recibidas, también de la nebulosa, mediante  ALMA. Para ello han concentrado sus esfuerzos en una zona de la nebulosa conocida como «La Barra de Orión» en la que la transición se aprecia más claramente.

Javier R. Goicoechea, investigador principal,  explica: «El objetivo del estudio es averiguar cómo influye esta retroalimentación de la nube hacia su entorno, para saber si su efecto es negativo, destruyendo la nube por ionización; o si es un efecto positivo, que con la radiación ultravioleta induce una serie de procesos físicos complejos, calentando el gas, aumentando su presión, comprimiéndolo y formando grumos.»

Estudiando la distribución y el estado del hidrógeno y de otros elementos químicos en la nebulosa, se habría observado que una gran onda expansiva, una onda de alta presión, estaría propagándose por la Gran Nebulosa de Orión, avanzando según se extienden los efectos de la luz ultravioleta emitida por unas estrellas supergigantes azules que se encuentran en su interior. Estas jóvenes estrellas son conocidas como El Trapecio, (observables con un pequeño telescopio de aficionado). La radiación emitida por estas estrellas estaría afectando al estado y a la composición química del gas de esta gran nube, que mide casi 25 años luz de diámetro.

Según Goicoechea: «Orión es interesante porque es la región de formación de estrellas masivas más cercana que tenemos.» La nebulosa de Orión se compone, principalmente, de hidrógeno. Este elemento está formado por un protón, que está en el núcleo, y un electrón ubicado en una especie de nube que rodea a ese núcleo. Se lleva comprobando en laboratorios de la Tierra desde el siglo XIX, que la radiación ultravioleta es capaz de alterar no solo al átomo de hidrógeno, sino también a los otros elementos de la tabla periódica. La forma en la que interactúa esta radiación se puede medir u observar en función de la radiación que emita el átomo de hidrógeno una vez es sometido a ella. También se puede saber si esos átomos no han sufrido estas radiaciones en absoluto. Precisamente es eso lo que se mide en la nebulosa, tanto por medios ópticos como, en este caso, observando y analizando las ondas de radio mediante ALMA. Lo que se observa es en qué estado se encuentra el hidrógeno en diversas zonas, con el fin de determinar hasta dónde ha llegado la onda expansiva de los efectos de la radiación ultravioleta sobre el gas de la nebulosa. Por eso se ha decidido observar la Barra de Orión, que tiene muy marcadas las zonas por las que van penetrando estos efectos de la luz ultravioleta.

Así, se ha medido la distribución del hidrógeno y otros elementos y moléculas en la Barra, analizando el estado en que se encuentran, para determinar la expansión de los efectos de la radiación ultravioleta, que se extienden como una gran burbuja que no para de crecer no sólo ahí, sino por toda la nebulosa. También se han detectado grumos de materia que estaría quedando atrás, como resultado del barrido que van produciendo los vientos estelares en los materiales que componen la nube. Se ha estudiado si estos grumos podrían dar lugar a la formación de nuevas estrellas en el futuro, con un resultado negativo, ya que no tendrían la masa necesaria como para ello, aunque sí que parece que tienen probabilidades de mantener a salvo diversos compuestos químicos en su interior. Es conveniente decir que hasta la fecha se han detectado multitud de moléculas en la nebulosa de Orión y en otras de las que pueblan la galaxia Vía Láctea.

Hay también datos sobre la velocidad de expansión de los efectos de los vientos estelares en la composición química de la nebulosa, y parece que sería cercana a la velocidad del sonido, sin sobrepasarla.

Un objeto al alcance de los entusiastas de la Astronomía

Los astrónomos siempre han dirigido su vista hacia Orión, quizá la constelación más hermosa del cielo. Visible desde ambos hemisferios de la Tierra, ha dejado improntas en casi todas las culturas que ha habido en nuestro planeta. Después de Galileo Galilei, el segundo astrónomo que miró a las estrellas con un telescopio fue Nicolas-Claude Fabri de Peirsec. Y descubrió ahí, en 1610, la Gran Nebulosa de Orión.

Cualquiera puede observarla, bajo cielos limpios y oscuros. Esto es debido a que no está demasiado lejos del planeta Tierra, tan solo a la vertiginosa distancia de 1.350 años luz. En realidad es una distancia pequeña si se compara con el tamaño de la Vía Láctea, nuestra galaxia: 100.000 años luz de diámetro. Miles de astrónomos aficionados de todo el mundo la observan cada noche, de agosto a mayo, con sus prismáticos y telescopios, esperando ansiosos a que los ilumine con su tenue luz fantasmal.

En el interior de la nebulosa está El Trapecio, un cúmulo de cuatro estrellas muy jóvenes. Es muy conocido por los aficionados a la astronomía, ya que hasta los niños buscan sus azuladas estrellas, cuando tienen la suerte de acceder a un telescopio. Las estrellas de El Trapecio tienen unos pocos millones de años de edad. Son recién nacidas y están en la cuna en la que han nacido: La nebulosa. Se trata de unos bebés si se las compara con nuestro viejo Sol, que ha cumplido ya los 5.000 millones de años. Estas estrellas son supergigantes, así que emiten una potente radiación ultravioleta, que transforma su entorno de forma dramática, barriendo literalmente los materiales de los que se compone la nebulosa. Las estrellas de El Trapecio llegan a alterar sus propiedades físicas y haciéndola brillar por sí misma. Este es precisamente el origen de la luz con la que se percibe la nebulosa en el cielo.


El proyecto ALMA

Hoy en día, la Gran Nebulosa de Orión sigue atrayendo a los proyectos científicos más punteros del momento, como ALMA, acrónonimo inglés que podría traducirse como Gran Estructura Milimétrica de Atacama.

ALMA es lo que, en términos científicos, se conoce como interferómetro. Se trata de una agrupación de antenas, en este caso 66, que observan las ondas de radio que llegan del espacio. Configurando y coordinando como una sola antena gigantesca -tan grande como estén de separadas las antenas individuales entre sí-, es capaz de observar con un detalle inusitado hasta ahora. Trabaja en el rango de las ondas de radio más energéticas, las milimétricas, que son absorbidas por el vapor de agua presente en la atmósfera de la Tierra. Por ese motivo se instaló en Atacama, Chile, en la desértica meseta de Chajnantor. A 5.000 metros de altitud, el aire es tan seco que casi no hay vida, apenas unos pocos animales y plantas.

ALMA puede ser operado a distancia desde cualquier lugar del mundo. Esto es útil no solo porque a 5.000 metros de altitud no se puede vivir con normalidad, sino también porque se puede trabajar con él desde los principales centros de investigación científica del mundo, no importa lo lejos que estén.