Rafael Magdalena: «El cuerpo humano es un sistema tan complejo que es necesario estudiarlo con métodos que encuentren por sí mismos las respuestas»

Las herramientas de Big Data analizan las reacciones del organismo a través de la predicción, la clasificación y la creación de modelos

Gracias a los avances informáticos, el aumento de la capacidad de almacenamiento de los discos duros y la disminución de los precios, resulta relativamente fácil adquirir y acumular datos. La ciencia de datos es la actividad que se dedica a procesarlos y estudiarlos, pero ¿cómo se analizan en grandes cantidades?

El profesor Rafael Magdalena en su despacho / N. D’Opazo

Rafael Magdalena, profesor titular del Departamento de Ingeniería Electrónica de la Universidad de València y miembro del grupo de investigación IDAL (Intelligent Data Analysis Laboratory), tiene experiencia en estos asuntos: entre sus labores en el equipo se encuentra el mantenimiento de infraestructuras informáticas, la instalación de servidores y la preparación de procesos previos a la recogida de información. El docente detalla cómo las herramientas de Big Data extraen conocimiento a partir de la acumulación de datos, así como los orígenes de la actividad de su equipo.

El grupo IDAL se dedica a trabajar con ciencia de datos. ¿En qué se formaron sus miembros?

Procedemos de estudios de física. Antes de que apareciera la ingeniería, los físicos se dedicaban a la electrónica. Y, antes de que surgieran los informáticos, también trabajaban la informática. Nosotros somos físicos que empezaron a introducirse en la electrónica y la informática desde la rama de la ciencia, no desde su aplicación.

¿Cómo ha evolucionado la actividad del grupo hasta hoy en día?

Empezamos a colaborar con médicos que, de vez en cuando, querían que les diseñáramos algún dispositivo electrónico como, por ejemplo, electrocardiógrafos. A medida que la tecnología ha evolucionado en los últimos 25 años, han requerido pequeños aparatos; luego, aparatos digitales; y, ahora, nos piden extraer información a partir de datos.

¿Qué diferencia a la información de los datos?

Si digo el día que es hoy, estoy dando un dato, pero no información. Puedo disponer de muchos datos pero de poca información que me interese. En este sentido, acciones como el uso del móvil o la interacción en páginas web genera datos digitales. Resulta muy fácil y barato adquirirlos y almacenarlos, pero es necesario realizar a continuación minería de datos: eliminar la paja y encontrar las agujas; dar con la información que interesa y extraer conocimiento de ella. Cuando la cantidad de datos es tal que ni los propios ordenadores pueden procesarla, entramos en el terreno de la Big Data: hay que inventar nuevos métodos para poder procesar grandes cantidades de datos.

¿Qué caracteriza a estos datos?

Se caracterizan por tres uves: velocidad, variedad y volumen. En cuanto a la velocidad, los datos pueden generarse más rápido de lo que da tiempo a procesarlos. La variedad hace referencia a que los datos pueden consistir en números, texto, imágenes o vídeos y es necesario extraer información de todos ellos a la vez; no de una información muy estructurada y concreta, sino de una diversidad multimedia. Por último, el volumen consiste en el tamaño, ya que se trabaja con muchísimos datos. Esas tres uves determinan cuándo se ha pasado de un proyecto de ciencia de datos clásico a un proyecto de ciencia de datos Big Data.

¿Cómo se extrae el conocimiento de los datos?

Inicialmente, como nuestro grupo también tiene una formación matemática, partimos de la estadística. El problema radica en que, cuando se trabaja con un conjunto de datos muy grande, es insuficiente para extraer toda la información. En estos casos se requieren sistemas no lineales, los cuales tienen una descripción matemática muy precisa pero son muy complejos.

¿A qué se refiere con «sistemas no lineales»?

La biología no es un sistema lineal, es muy difícil extraer de ahí una ecuación que prediga todo lo que le va a ocurrir al cuerpo humano; es decir, es un sistema no lineal o caótico. Por lo tanto, es necesario emplear métodos no lineales o caóticos para extraer información.

¿De qué manera cumplen su función los sistemas no lineales?

Cuando se programan sistemas no lineales, aprenden, se realimentan a sí mismos y construyen modelos a medida de los datos que reciben. La inteligencia artificial es eso; los propios datos conducen, dirigen, la evolución de su proceso. Hay sistemas tan complejos e interrelacionados que es necesario resolverlos por unos métodos que aprenden de los datos, los actualizan y encuentran por sí mismos las respuestas.

¿Qué estrategias se emplean para trabajar con los datos?

Existen tres grandes tendencias en este sentido: la predicción, la clasificación y la modelización. En la predicción,el objetivo es conocer qué pasará con los datos en el futuro. Por ejemplo, tengo los datos de un paciente hasta hoy y me interesa conocer cómo estará mañana. Quiero saber cómo evoluciona; predecir en función del pasado cómo va a ser el futuro. Esto es muy importante en medicina, ya que permite hacer predicciones sobre pacientes, plagas, cómo se distribuye una enfermedad entre la población, como va a evolucionar el sistema sanitario…

¿En qué consiste la clasificación?

En la clasificación o agrupamiento, a partir de unos datos, se reparte a la población en grupos; se segmenta a partir de ciertas características. Por ejemplo, personas entre 75 y 85 años con cierto hábito de vida y tabaquismo, con una alta probabilidad de sufrir cáncer… Repartirlas de esta manera va a permitir tomar medidas para fomentar hábitos saludables en ese grupo de riesgo o realizar tareas preventivas. De esta manera, entre grupos de pacientes con determinada patología, es posible ver qué conjuntos responden mejor a un tratamiento u otro. Cuando llegue un nuevo paciente, querré saber a qué grupo pertenece para darle el tratamiento más beneficioso. El agrupamiento es muy positivo, ya que personaliza sobre cada población la acción médica.

¿Y la modelización?

Es muy difícil encontrar en el cuerpo humano una ecuación que lo describa debido a su complejidad, un cálculo en el que se introduzca en un lado unas variables y ofrezca un resultado. Sin embargo, los sistemas de ciencia de datos sí que pueden crear modelos que simulen lo que hace un cuerpo humano o sistema biológico. A partir de los datos médicos, aprenden cómo funciona ese sistema y ofrecen un modelo coherente con los datos. En la actualidad no existe una ecuación que explique qué hay tras el cáncer de cólon, pero sí que se puede disponer de un modelo de ciencia de datos donde, al introducir las entradas correspondientes, dé un resultado aproximado aprendido a partir de datos. Si los datos están bien, los modelos estarán bien. Esta herramienta permite modelizar problemas que, por su complejidad, son inabarcables a partir del estudio teórico. Quizá no sepa cómo se produce el cáncer, pero puedo disponer de un modelo que ha aprendido de los datos de esta enfermedad. ¿Será correcto o no? Dependerá de muchos valores pero, al menos, será aproximado; cuanto más datos, la aproximación será mejor y, cuanto más representativos de la población con la que se está trabajando sean, más general será el modelo. Por lo tanto, es necesario disponer de muchos datos y que representen a la población que se desea estudiar para que el modelo sea bueno. Por ejemplo, si solo se dispone de datos de personas de entre 10 y 15 años, no se debe hacer predicciones sobre adultos, porque los datos no representan a esa población.

¿Cuándo es más conveniente utilizar una estrategia u otra?

Se aprende a partir de la experiencia, no existe un manual. Hay una alta variabilidad de situaciones en medicina y biología. No obstante, se prueban todas estas aproximaciones y se comparan: la persona que lleve a cabo el estudio definirá su conjunto de datos y programará 4 o 5 herramientas que trabajen con estas estrategias y, en función de la experiencia, sabrá que le han funcionado y que pueden resultar útiles. Cuando las prueba y observa los resultados, elige el mejor y lo aplica a un grupo de pacientes conocidos. Si sabe que sus pacientes tienen cáncer, la máquina también lo sabrá; si no lo tienen, el algoritmo lo indicará. Así, se mide la tasa de acierto y fallo. Tras crear un modelo, se dispone de una etapa de validación en la que se utilizan ejemplos reales. El método que más acierte será elegido.

¿Qué sucede si los resultados no son satisfactorios?

Si no satisface ninguno, a lo mejor los métodos se han elegido mal. Cuando la tasa de aciertos es inferior a 50%, es posible tirar una moneda y quizá haga mejores predicciones ella que los métodos empleados. Si se alcanza el 70%, ¿qué hacemos, usamos nuestro método o dejamos hacer la predicción al médico? ¿Acierta más un médico o un sistema de inteligencia artificial? Sin embargo, si el método acierta el 95% de las veces, es posible ofrecérselo a profesionales en medicina e indicarles que el sistema les ayudará. En todo caso, la última palabra la tienen las personas expertas; todavía no se confía en un sistema automático para tomar decisiones.

¿Qué tipo de trabajos se pueden desarrollar en esta disciplina?

Uno de lo usos es la modelización física de las estructuras de los órganos. También se pueden utilizar a la hora de predecir las dosis recomendadas de un medicamento o para saber si, en función de unos síntomas, a una persona le está dando una angina de pecho. ¿Qué dosis de medicamento debo darle a una persona? ¿Será efectivo un trasplante de riñón, o el cuerpo rechazará el órgano? Si hay una serie de donantes y pacientes, ¿qué combinación dará un mínimo de rechazos? Según qué se busque, unas veces será necesario clasificar en grupos de población; otras, predecir… Existe una multitud de problemas distintos y, al final, el médico dispone de una serie de datos y preguntas. Nosotros buscamos métodos matemáticos que intenten resolver sus cuestiones y ayudarles a la hora de decidir.

El microscopio de fuerza atómica permite examinar materiales extremadamente pequeños

La física Ana Cros describe en el Botànic la técnica que emplea para estudiar nanohilos

La catedrática de Física Aplicada de la Universitat de València Ana Cros describió durante el ciclo Dones i ciència del Jardín Botánico de la UV cómo el microscopio de fuerza atómica permite estudiar materiales extremadamente pequeños como los nanohilos. El instrumento permite representar el relieve de estos objetos con los que experimenta, de tan poco tamaño que resulta imposible capturar su imagen.

El desarrollo del díodo LED blanco para su uso en iluminación, con el que Cros investiga, depende de nanohilos semiconductores de la electricidad, hilos mil veces más pequeños que el diámetro de un pelo. Para trabajar con ellos, la catedrática debe utilizar una técnica que permita conectar «el mundo macroscópico con uno extremadamente pequeño», señaló.

La física Ana Cros durante su ponencia / N. D’Opazo

El microscopio de fuerza atómica se emplea con este objetivo. Con un símil, la física indicó que este procedimiento «explora las superficies como una persona invidente explora sus alrededores: como no se puede crear una imagen de los objetos a estas escalas, se pone un palo y se va tanteando qué hay». De esta manera, no solo presenta el relieve de la muestra microscópica, sino que «se puede manipular e interaccionar con su materia, así como estudiar sus propiedades eléctricas».

El estudio de materiales semiconductores propició la revolución de la electrónica a través del desarrollo del transistor en el siglo XX, según apuntó la experta. «Se trata de la misma tecnología que nos permite tener en el bolsillo un superordenador con un montón de aplicaciones», comentó en referencia a los móviles de hoy en día.

Actualmente, la física lleva a cabo un proyecto con el objetivo de desarrollar tintas que impriman de forma sencilla «células fotovoltaicas que utilicen luz solar para producir electricidad». También reparte su tiempo entre la divulgación y la docencia, dos campos que considera importantes.

Valencia: de ciudad a laboratorio

La Universidad de Valencia continúa proyectando las Rutas Matemáticas con la participación del estudiantado de secundaria.

Como parte de las actividades didácticas y divulgativas, la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Valencia desde febrero hasta mayo, realizarán las denominadas “Rutas Matemáticas” con grupos de estudiantes de distintas instituciones secundarias, cuyo fin es mostrar al alumnado la parte práctica de esta área de estudio -entre otras técnicas-, a través de recorridos en distintas zonas de la ciudad.

Detectar elementos y formas geométricas, proyecciones del globo terrestre, la medición de los espacios, altura de los edificios, así como otros aspectos; son parte de las actividades que se han estado realizando por medio de dos rutas estipuladas que van desde las Torres de Serranos hasta el Jardín Botánico y del Mercado de Colón hasta el Edificio de la Universidad de Valencia en La Nau para la identificación y explicación de las matemáticas.

Según Daniel Valmaíz, jefe de la Unidad de Cultura Científica, por medio de estas rutas “se observa que todo está vinculado con las matemáticas”. Asimismo, hace hincapié describiendo que “la ciudad de Valencia se convierte en un aula enorme -en donde- los conocimientos que se utilizan en cada ruta son los mismos tanto en la edad antigua como en la actualidad”.

Uno de los ejercicios a realizar es, por ejemplo, la situación y contexto de las Torres de Serranos, en donde el estudiantado deberá observar e identificar el polígono que compone la estructura. También, tendrán que enumerar los elementos geométricos que se presentan en la fachada, describir los planos simétricos, la orientación de las Torres y cálculos de altura.

Igualmente, se realizan actividades para generar el contexto entre las matemáticas y la naturaleza. Donde se resaltan los “modelos” de las flores, las hojas de plantas y árboles, como diferentes elementos que tienen relación con elementos geométricos.

Estudiantado en la práctica de medición. Fuente: Levante-EMV

Resultados positivos

Dicha actividad, promovida por la Sociedad de Educación Matemática de la Comunidad Valenciana “Al-Klawarizmi”, con apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, tiene como objetivo clave la didáctica y divulgación, sin embargo, surge un aspecto positivo y es el interés que despierta en el estudiantado por las matemáticas.

Tras finalizar las rutas, los monitores de esta actividad distribuyen una encuesta al grupo participante para obtener opiniones respecto a las mismas. Algunas respuestas dictan que hay una percepción diferente sobre las matemáticas entre quienes participaron.  De los resultados destacan que los participantes “han mejorado en el 99.5 por ciento, ha aumentado su interés -y- también hay unos casos de alumnos que participaron en las rutas y luego se han matriculado en la Carrera de Matemáticas”, agregó Valmaíz.

 

 

«La gente mantiene su intención de voto a pesar de saber que sus políticos mienten», afirma el psicólogo Lewandowsky

Stephan Lewandowsky, catedrático de Psicología Cognitiva en la Escuela de Psicología Experimental de la Universidad de Bristol, ha presentado su última investigación en la tercera edición del Congreso de Pensamiento Crítico y Divulgación Científica, donde explicó aquellos mecanismos del discurso público que logran transformar ciertas evidencias científicas bien consolidadas en controversias. El experto ilustró casos en los que el electorado mantiene su intención de voto a pesar de saber que sus políticos sostienen afirmaciones falsas.

La ponencia plenaria de la tercera edición de este Congreso, celebrada los pasados 6 y 7 de marzo en la facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València y que este año llevó por título «Ciencia e ideología», corrió a cargo de Stephen Lewandowsky, la más alta referencia académica e investigadora en el estudio del rechazo a la ciencia, en concreto en los casos del cambio climático y las teorías de la conspiración.

En su intervención, presentó parte de los resultados de su última investigación, llevada a cabo en el contexto norteamericano. Desplegó la evidencia arrojada por este trabajo, la cual demuestra que buena parte del contenido negacionista —especialmente del cambio climático— es sostenido y diseminado por un grupo muy reducido de internautas que presentan una alta coherencia política interna. A juicio del experto, estos grupos suministran información sesgada respecto a evidencias científicas bien asentadas, sembrando la duda.

Lewandowsky explicó uno de los mecanismos más usados para hacer pasar información falsa como veraz: el cherry-picking. Consiste en seleccionar de manera interesada un dato no significativo y elevarlo a la más alta representatividad. Según explicó el académico, la gente suele respaldar estos contenidos engañosos movidos por sesgos de confirmación, es decir, se adscriben a esa información porque expresa su visión del mundo, su ideología. Estos dos mecanismos son mucho más exitosos que la presentación de datos fiables o la educación, los cuales la investigación presenta como inoperativos para transformar la visión de las personas.

“Esta información falsa emitida por pocas personas a través de medios sin gran impacto acaba ocupando un lugar privilegiado y muy sonado gracias a la difusión que de ella hacen los medios de comunicación”, señaló el psicólogo. “Los políticos, tendentes a prestar mucha atención a los medios, adoptan también este tipo de creencias, las cuales derivan en una influencia real en las políticas que impulsan”, remarcó. Asimismo, el público que, según la investigación llevada a cabo, atiende a afirmaciones negacionistas sobre el cambio climático reduce drásticamente su intención de apoyar políticas para solucionarlo, además de que tampoco modifica su intención de voto tras conocer que sus políticos sostienen afirmaciones falsas.

En el ruedo de preguntas, y siempre referido al contexto estadounidense, el profesor Lewandowsky mencionó el papel menor que la religión juega en todo este proceso. Por otro lado, resaltó la fuerte relación entre los partidos de derecha defensores del libremercado y su tendencia al negacionismo de las vacunas. Esto sorprendió a los asistentes debido a la imagen opuesta que presenta España, donde los grupos antivacunas suelen asociarse con determinados partidos vinculados a la izquierda.

RAMÓN NOGUERAS, PSICÓLOGO
«La psicología tiene que hacer una limpieza de pseudociencia dentro de su seno; aquí nadie vigila si le estás diciendo al paciente cosas que son mentira».

Son numerosos los problemas estructurales que anidan en el seno de la psicología. Está infectada de pseudoterapias que están legitimadas por las instituciones oficiales, asimilada a corrientes que nada tienen que ver con la psicología y secuestrada por movimientos de corte sectario. Los colegios oficiales presentan infiltración de pseudociencias y son todavía laxos ante su prevención, incurriendo, con todo, en la vulneración de su propio código deontológico. Ramón Nogueras es psicólogo en la práctica privada y profesor en la Universidad de Granada y en la Universitat Abat Oliba y analiza en esta entrevista algunos de los factores que explican esta situación.

¿Qué son la psicología y la pseudopsicología?

La psicología es la ciencia que estudia la conducta humana. No creo que sea adecuado definirla como la ciencia que estudia la mente porque la mente es un concepto mal definido, incorrectamente operacionalizado. En cambio, cuando decimos que la psicología es la ciencia que estudia la conducta y el comportamiento humanos sí que nos encontramos frente a algo que podemos definir, medir y valorar. Por otro lado, la pseudopsicología es toda pseudociencia que pretende explicar el comportamiento humano sin usar el método científico.

Da la sensación de que la psicología está actualmente asimilada a la espiritualidad, a lo trascendental, hay gente que busca o espera eso de la psicología. ¿Se debe a la influencia de la pseudopsicología?

La pseudopsicología es algo que ha tenido una enorme exposición en la cultura popular, de manera que la imagen que la gente tiene de un psicólogo no es la de un científico de la conducta, sino la de un mamarracho con diván. Por otro lado, actualmente parece que estamos cayendo un poco en el extremo contrario, en el cerebrocentrismo, sin darnos cuenta de que la conducta abarca todo el organismo. Indudablemente, el cerebro es la sede de un montón de funciones esenciales, y conocerlo y estudiarlo es relevante. Pero en el ámbito clínico, las intervenciones en modificación de conducta para solventar depresión o ansiedad no requieren conocimiento del cerebro. Por ejemplo, saber que se activan ciertas estructuras al modificar los pensamientos negativos de un paciente con depresión no es relevante para el ejercicio clínico. Además, en muchas ocasiones, los estudios sobre el cerebro son correlacionales, es decir, no sabemos si es causa o consecuencia. Desconocemos si la gente se deprime porque tiene baja la serotonina o tiene baja la serotonina porque está deprimida. Centrarnos demasiado en el cerebro en lugar de en las interacciones del organismo con el entorno es un error. Pero ahora, que mil cosas llevan el prefijo neuro, hemos pasado de esa espiritualidad, del psicoanálisis y de la gestalt a que todo es cerebro. Otro ejemplo es la validación científica de las leyes del aprendizaje, cosa que se ha hecho sin ningún tipo de estudio sobre la anatomía cerebral implicada. En resumen: si pierdes un brazo, tu cerebro continúa funcionando igual, pero tu conducta se va a ver afectada y la psicología tiene que estudiar eso. No nos podemos quedar solo en una parte del cuerpo.

Para el ámbito clínico no es necesario conocer la expresión puramente cerebral.

Interesa el conocimiento validado que aportan las neurociencias, pero cuando queremos modificar una conducta, tenemos herramientas que se basan en intervenciones sobre el contexto. Un ejemplo clásico: durante la guerra de Vietnam, el consumo de heroína estaba disparado entre los soldados estadounidenses. Existía la convicción de que estos sujetos eran adictos y que cuando regresaran a Estados Unidos habría legiones de yonkis furiosos destruyendo América. Y la realidad es que cuando estos soldados vuelven a casa, menos del 1% mantiene las conductas adictivas. Porque el cambio de contexto es suficiente. Allí consumían porque estaban en un contexto estresante, peligroso, acompañados de otros consumidores, con acceso barato a la sustancia, etcétera. Pero solo con abandonar ese contexto la mayoría se reintegran en sociedad y dejan de consumir. Así observamos que la adicción no es solo explicada por un proceso puramente fisiológico y que, por lo tanto, no todos los adictos se comportan igual. Hoy en día, tengo la sensación de que la reducción al cerebro está de moda y la realidad es que ni tanto, ni tan calvo. Vamos dando pendulazos, que si todo es ambiente, que si todo es biología, cuando la realidad es que todo es contexto, el cual incluye cuestiones multifactoriales.

Parece que la psicología juega con desventaja frente a la pseudociencia, que no requiere de un esfuerzo y un cambio de conducta, y es que esta última puede parecer operativa, que funciona aunque solo sea un placebo.

No solo eso, sino que a fin de cuentas, y esto es un fenómeno muy estudiado, tendemos a darle más peso a las cosas que nos gustan. Y la pseudopsicología se basa en muchas cosas que son agradables de creer, que suenan bonitas. Cuando le dices a alguien que tiene una depresión porque ha dejado de hacer cosas reforzantes en su vida y que la clave para superarlo es mediante un protocolo de actuación conductual, pues eso no tiene épica. Que te sientes atraído por tu padre es mucho más épico, o las constelaciones familiares, que te dicen que lo que te sucede es que estás canalizando una frustración de tu abuela durante la guerra civil. Y en parte es culpa nuestra: no hemos hecho buena divulgación, buena difusión.

Y, sin embargo, la psicología es cada vez más popular.

La notoriedad que está tomando la psicología es un fenómeno relativamente reciente. El último Nobel de Economía fue para Richard Thaler, que investiga en behavioural economics, un campo en el que han visto que la gente no toma decisiones racionales con respecto al gasto. Thaler ha descrito que los pequeños microincentivos del entorno pueden afectar decisivamente la conducta económica de las personas. Esto es algo que los conductistas descubrieron en los años veinte, treinta, del siglo pasado. Le han dado un Nobel por decir algo que es más viejo que la tos, y se lo dan porque es ahora cuando está recibiendo relevancia este asunto. Y nosotros, los psicólogos, no hemos sido capaces de explicar a la gente que la psicología es una ciencia como cualquier otra, con su corpus de conocimiento, con todos los fenómenos que tenemos descritos y todo lo que somos capaces de hacer. Y, entonces, ¿quién nos come la merienda? Gente mediocre como Rafael Santandreu, que es un humanista reconvertido a cognitivo.

Esto lleva a una pregunta clave: ¿dónde han estado los psicólogos? ¿Qué ha pasado con ustedes durante todo este tiempo?

En primer lugar, se aprecia una falta muy grave de rigor desde el principio. Incluso en facultades que son bastante cognitivas y conductuales, con un peso y presencia fortísimo de investigación científica, también hay espacio para las chorradas. ¿Por qué se imparten asignaturas de terapia psicoanalítica en la universidad como si fuera una cosa válida? Es verdad que lo que más peso tiene en la mayoría de facultades españolas es la psicología como ciencia, se enseñan métodos de investigación científica, estadística, anatomía del sistema nervioso y modelos de intervención y tratamiento de corte cognitivo o conductual, es decir, apoyados por la evidencia. Pero los sinsentidos pseudocientíficos siguen con su hueco, su coto. Los posgrados ya son un auténtico pitorreo, y el ejercicio profesional, más de lo mismo. Te obligan a certificar tu despacho como si fuera un centro de salud, pero nadie supervisa si ahí estás aplicando psicoanálisis o gestalt, por ejemplo, que son dos pseudociencias como dos pianos. Lo que importa es que esté certificado como centro de salud y que las puertas tengan un ancho. Pero nadie vigila si tú le estás diciendo al paciente cosas que son mentira.

Y, a mayores, los Colegios Oficiales de Psicólogos (COP) son juez y parte en todo esto.

Exacto. El 18 de diciembre del año pasado el COP de Cataluña tuvo una asamblea para aprobar la creación de una comisión de psicoanálisis. Hace dos años escuché en una conferencia organizada por este colegio que la hiperémesis (vómitos frecuentes) en el embarazo es un signo de que la madre está rechazando inconscientemente al feto. Esto es una barbaridad: nuestro código deontológico dice claramente que, desde el respeto a las tendencias, el psicólogo tiene que basar su práctica en la ciencia. Constituir esa comisión y sostener este tipo de afirmaciones vulnera el código. Pero, ¿cuánta gente en los colegios tiene práctica privada en la que hacen gestalt, o humanista, o psicoanálisis o sistémica o cualquier otra pseudoterapia? Incontables. Luego, lo de la condescendencia con las diferentes escuelas es algo que me hace mucha gracia también. En física no hay «diferentes tendencias». En física hay física, y luego hay físicos que manifestarán discrepancias sobre cómo interpretar un experimento o presentar un modelo teórico, pero no existen «escuelas». Uno acude a la lista de tratamientos apoyados por la evidencia científica que publica la APA, la Asociación Estadounidense de Psicología, y resulta que no están esas «escuelas». Pero claro, la nómina de muchos depende de eso.

Como motivos por los que sucede esto, se suelen esgrimir dos: por un lado, que estas «escuelas» son fuente de ingresos para muchos, y por otro, que todos tenemos tendencias irracionales y que la alfabetización científica no te aleja de caer en ideas sin fundamento. ¿Por qué hay tantos psicólogos aplicando estas pseudoterapias?

Porque no se hace suficiente énfasis en la importancia del rigor científico durante la carrera. La psicología es una carrera que la gente sigue pensando que es de humanidades. Y eso no es malo per se, las humanidades son muy importantes y se estudian poco en las facultades, en especial la filosofía de la ciencia, que está ausente y que nos podría enseñar mucho sobre qué hacemos en ciencia. Por otro lado, la gente entra en psicología con un prejuicio sobre qué es la psicología y no se mueven de ahí durante todo el proceso universitario. A veces escuchas cosas como «no me gustó la carrera porque era muy conductista». Este tipo de ideas son un paso en falso, porque esto no va de lo que a uno le guste, esto va de lo que es. La evidencia dice lo que dice y la gente que tiene ansiedad se cura con modificación de conducta o con terapia cognitiva. Y ya está.

También es habitual dar con psicólogos que hacen pseudopsicología y que simultáneamente también están aplicando otro tratamiento que sí tiene evidencia.

Eso es lo más común. La mayoría de los psicólogos se definen como eclécticos, cosa que me parece una solemne memez. El otro día, le pregunté a una amiga lo que estaba haciendo con su psicóloga. Me dijo una serie de cosas que sonaban a Terapia de Aceptación y Compromiso, una terapia de tercera generación, reconocida como terapia  basada en la evidencia que usa herramientas de meditación y mindfulness, una continuación de la terapia cognitiva. Pero, en realidad, no lo sé a ciencia cierta porque el psicólogo no se moja, quizá en parte porque no quiere perder al paciente. Queda muy bien decir que haces lo necesario para que el paciente mejore, cuando en realidad eso es un gravísimo error, porque si trabajas sin marco teórico, cuando algo funcione, no vas a saber por qué funciona. Y si no funciona, tampoco sabes por qué no funciona, de manera que no puedes corregir. Si yo aplico un programa de reestructuración cognitiva para un paciente con depresión, el paciente o lo hace bien o no lo hace bien. Si lo hace bien y no funciona seguro que puedo identificar exactamente qué es lo que no está funcionando y puedo elegir otra herramienta. Pero los hay que dan recomendaciones generales y que cuando algo no funciona alegan que el paciente se «resiste» a la terapia. Eso es muy cómodo.

Un caso hipotético: te viene un paciente que, por su forma de expresarse, puedes detectar que está en sintonía con la órbita del pensamiento pseudopsicológico o New Age, por ejemplo. Tú le aplicas Terapia Cognitivo-Conductual y es posible que no obtengáis resultados, porque esa persona está esperando otra cosa.

En muchos de esos casos lo que sucede es que la persona no hace lo que le pides. Las terapias basadas en evidencia (modificación de conducta, cognitiva pura, activación conductual, aceptación y compromiso, etc.) se fundamentan en que el paciente tiene que hacer cosas entre las sesiones y el que no quiere no las hace. Ahí sí cabe hablar de resistencia. Muchas veces las pseudoterapias se caracterizan precisamente porque lo único que hace el paciente es acudir a hablar y soltar dinero, sin que realmente se haya diseñado un plan de actividades. Al final, la terapia eficaz es una terapia que enseña habilidades al paciente, y cuando el paciente avanza en la terapia es porque progresa en la obtención de esas habilidades: aprender a manejar sus emociones, aprender otro estilo de comunicación, aprender conducta asertiva, aprender a exponerse gradualmente al estímulo que le provoca la fobia con el fin de relajarse en presencia de ese estímulo; en todo ello hay una conducta concreta, el paciente hace algo o el paciente deja de hacer algo. Generalmente, el paciente sustituye esta conducta que no le va bien por esta otra que le va mejor. Lo que sucede en las pseudoterapias es que el paciente se tira tres años en «terapia» y cuando preguntas qué ha aprendido contesta que «se conocen mejor». ¿Qué diablos es eso?

Y si además los afectados no saben que son afectados…

Esa es una de las razones por las que me dedico a hacer divulgación. No puedes confiar en que la gente tenga una idea real de qué es la psicología. Muchas veces me viene gente que me dice que creía que la psicología era directamente una pseudociencia. Por eso me dedico a dar charlas y tener un blog, porque si no, los de la pseudopsicología ganan.

Existe la creencia generalizada en la comunidad científica y escéptica de que la divulgación y la educación son la clave para superar esa ignorancia, el medio para que la gente deje de creer en ideas sin fundamento, pero la realidad es que esta afirmación no está demostrada.

Es puro deseo. Yo hago divulgación porque tengo la certeza de que si no la hacemos, los otros se nos comen todo el campo. Pero no tengo fe en que a base de divulgación la gente vaya a desarrollar sentido crítico. Hay investigaciones que demuestran que el conocimiento acerca de sesgos cognitivos no previene necesariamente de caer en ellos. Es muy tentador difundir las noticias que te gustaría que fueran ciertas sin comprobarlas o creer que algo es de una manera porque te suena bien. Es parte de cómo funcionamos. La conducta normal de la gente es procesar la información de manera sesgada. A veces hablamos de los sesgos como si fueran aberraciones pero son la norma. Lo raro es pensar racionalmente. La divulgación tiene un papel, pero no creo que sea la panacea. Además de que corre el peligro de llegar a difundir ideas pseudocientíficas. En psicología sucede a manos de divulgadores muy famosos.

¿Podría poner un ejemplo de alguno de esos pasos en falso?

Malcolm Gladwell, en su volumen legendario, Outliers: the story of success, nos habla de la investigación de K. Anders Ericsson en práctica significativa o deliberada, que es un tipo de entrenamiento en el que el sujeto desarrolla gradualmente conductas de mayor dificultad. Por ejemplo, a la hora de tocar un instrumento. Mucha gente alcanza un nivel de competencia en el que se estanca. La práctica deliberada consistiría, en este caso, en programar de forma rigurosa una serie de sesiones en las que cada vez atacas piezas musicales más difíciles y al mismo tiempo recibes retroalimentación continua sobre cómo lo estás haciendo. Gladwell agita todo esto y lo reduce a la idea de que la experticia se alcanza tras 10.000 horas de dedicación y sencillamente no es cierto, ya que no valen por igual todos los tipos de práctica, además de que reduce a cero el impacto del talento y de las diferencias innatas. El problema de la divulgación es que, a veces, por el afán de divulgar se incurre en excesivas simplificaciones y lo que acabas diciendo ya no es exactamente lo que la investigación apunta. Asimismo, muchas veces la divulgación llega solo a la gente que ya está convencida, así que poco hacemos.

Pongamos una persona habituada a consumir pseudopsicología, amante de las constelaciones familiares. ¿Qué tan susceptible es a cambiar su forma de verlo gracias a la divulgación? Quizá su elección esté más movida por una cuestión de distinción social que otra cosa.

Puede haber muchos reforzadores por los que una persona elige esto, como el reconocimiento social del grupo al que perteneces; otro puede ser el deseo de tener certidumbre y abrazar explicaciones fáciles. El ejercicio de cuestionarse a sí mismo es muy difícil y nada agradable de hacer.

¿Te llegan a consulta muchos afectados por pseudopsicología?

No te sé decir con exactitud, pero sí es frecuente. Además es una de las primeras preguntas que hacemos: si el paciente ya ha acudido a terapia antes y de qué tipo. En el mejor de los casos, se trata de gente que ha perdido mucho tiempo y dinero y no ha solucionado sus problemas y, en el peor, son auténticas historias de terror plenamente denunciables por abusivas y antiéticas sobre las que no hay ningún control.

¿Por qué los psicólogos no hacen nada respecto a todo esto? ¿Qué sucede realmente como para que no se ataje este problema?

Por un lado se trata de comodidad. No hay incentivos para hacer una psicología científica y cuestionar tu propia práctica clínica es duro, trae consecuencias negativas y mucho trabajo. Además de que los psicólogos no estamos libres de caer en el sesgo de creer en lo que nos gusta. Por otro lado, hablas de «los psicólogos» como si fuésemos una profesión que está unida, vertebrada y esto no es así. En Estados Unidos, cada año, una gran cantidad de psicólogos pierden su licencia porque mantienen relaciones duales con sus pacientes. Esto se vigila y se sanciona, mientras que aquí no. Marino Pérez, uno de los grandes conductistas en España, en Contingencia y drama, menciona la falta de cohesión de la profesión. No es solo por la presencia de las pseudociencias, sino que con respecto a algunas cuestiones no hay definiciones comunes. ¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es la personalidad?

Entre que la psicología es una ciencia joven, la pseudopsicología lleva mucho tiempo afianzándose y que la profesión está fracturada, es difícil asentar bases para una futura cohesión, incluso entre quienes hacéis una psicología basada en la evidencia.

La psicología tiene que hacer una limpieza de pseudociencia dentro de su seno. Los psicólogos tenemos que dejar de aceptar que otros psicólogos se definan como psicoanalistas o gestálticos y sostener claramente que eso no es psicología. Los colegios son juez y parte. Deberían tener mayor implicación y supervisión, como entidades públicas. Esto quizá tendría que pasar por reconocer plenamente a la psicología como profesión sanitaria. En este aspecto los colegios sí que han hecho muchísimo, así como para que entremos en atención primaria, donde tenemos investigaciones que demuestran fuertes descensos en la prescripción farmacológica cuando hay psicólogos en este sector. Una vez limpia la casa, debemos mantener una charla muy seria entre nosotros al respecto de la desvertebración en nuestro dominio.

¿Cree que ese cambio vendrá desde dentro o desde fuera?

Supongo que debe ser una mezcla de ambas. Necesitamos un mayor reconocimiento de la psicología por parte de los organismos públicos para obligar a una regulación también mayor. Ahora mismo, un psicólogo, con su titulación y sus acreditaciones pertinentes en regla, puede ejercer aunque esté haciendo constelaciones familiares, diciéndole a una paciente que su padre la violó porque su madre no le daba suficiente sexo.  O puede decirle a unos padres que su hijo es autista porque no le mostraron suficiente afecto de pequeño. Necesitamos también que la gente ahí fuera se dé cuenta de que esto es una barbaridad y demande psicología de verdad, cosa que está pasando. Cada vez hay un acercamiento mayor a la psicología científica, yo lo estoy notando. Y para que suceda, los psicólogos somos los primeros que tenemos que empezar a dar guerra, y no callarnos qué es y qué no es psicología.

 

Para saber más: La psicología científica y la pseudopsicología

Dedicar mucho tiempo a ver la televisión incrementa el riesgo de sobrepeso en los jóvenes universitarios

Investigadores de la UMH señalan la correlación entre dedicar pocas horas al ejercicio físico y un índice de masa corporal alto en la población joven

Ver muchas horas la televisión y dedicar poco tiempo a la actividad física aumenta el riesgo de exceso de peso en la población joven adulta. Así lo ha revelado el Departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández (UMH) que, en colaboración con el centro de investigación CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), ha realizado un estudio para conocer la asociación entre las horas de televisión, la actividad física, las horas de sueño y el exceso de peso en la población universitaria.

La investigación evidencia que los estudiantes jóvenes que consumen más de dos horas de televisión al día tienen mayor riesgo de exceso de peso corporal que aquellos que dedican una hora al día o menos. De la misma manera, la actividad física está asociada de manera significativa con el riesgo de exceso de peso: los jóvenes nada o poco activos tienen un 40% más de riesgo que los bastante o muy activos. Además, la prevalencia de exceso de peso, es decir, la proporción de estudiantes que tienen un índice de masa corporal alto con respecto al total de los encuestados, es del 13,7%. Concretamente, el 11,2% padece de sobrepeso y el 2,5% de obesidad.

Los datos han sido obtenidos del proyecto ‘Dieta, antropometría y salud en población universitaria’, que ha contado para este estudio con 1.135 universitarios de entre 17 y 35 años del campus de Ciencias de la Salud de la UMH. El alumnado fue invitado a participar de forma voluntaria en la investigación durante su periodo de formación, entre los años 2006 y 2012, a través de un cuestionario de preguntas abiertas.

“Es necesario crear entornos favorables que disminuyan las conductas sedentarias en el contexto universitario”, según apuntan los investigadores de la UMH

Los investigadores advierten de que las conductas sedentarias como las analizadas son muy “prevalentes” y pueden tener un impacto negativo en etapas posteriores de la vida. En este sentido, la etapa adulta joven es clave para el establecimiento de hábitos saludables a largo plazo. Por este motivo, los expertos animan a que se implementen programas de prevención acordes a la filosofía de la ‘Universidad saludable’. “Los resultados de esta investigación pueden aportar evidencia sobre la necesidad de crear entornos favorables que mejoren la práctica de actividad física y disminuyan las conductas sedentarias en el contexto universitario”, defienden.

De hecho, los expertos de la UMH señalan que actualmente en España no existen estrategias de intervención dirigidas al grupo de población adulta joven. Sin embargo, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud Española de 2011 – 2012, la prevalencia de obesidad es del 17% y la de exceso de peso del 53,7% en los adultos mayores de 18 años. Asimismo, otros estudios en población universitaria han mostrado una prevalencia de exceso de peso de entre el 18%  y el 21%, por lo que se confirma la tendencia creciente.

El exceso de peso es un problema prioritario en el ámbito de la salud pública ya que está relacionado con la mortalidad y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos musculoesqueléticos.

La brecha de género no es relevante a la hora de justificar la participación política de las mujeres

Según un estudio de la UMH, el menor papel en el proceso de formación de la agenda política y en la toma de decisiones son las principales razones

Sara Sarrión Palop

La participación política empieza a tomar importancia cuando el quién se torna tan importante como el cuánta gente participa, acto que define la cultura política de cada país. La llamada brecha de género es esa diferencia entre hombres y mujeres reflejada en sus logros o disposición social en los diferentes aspectos de día a día. En este caso se encuentra enfocado hacia la participación, de una manera o otra, en la vida política. Sin embargo, tienden a aparecer los llamados prejuicios de género, pues siempre se le suele otorgar menos importancia a las actividades en las que las mujeres son más activas.

“Tratando de entender la participación política de las mujeres: Un análisis descriptivo a partir de un estudio cuantitativo”, es un estudio llevado a cabo por los autores Irene Belmonte Martín, Isabel Cañadas Osinski, Daniel Lloret Irles y Carlos Rodríguez Fernández, todos ellos investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. La investigación analiza diferentes estudios tanto de nivel nacional como internacional para determinar las posibles causas de la menor presencia en política de la mujer respecto al hombre.

A lo largo del estudio y con los resultados obtenidos se puede determinar que las mujeres son más activas en la política de base y también en la local. Aunque no se observa gran presencia del género femenino en actividades como manifestaciones violentas, sí se manifiestan en otros eventos como actividades de consumo o de boicot por razones étnicas y políticas. El interés de las mujeres en asociaciones tradicionales es bastante bajo, pero en los últimos años ha experimentado una crecida a tener en cuenta. Sin embargo, el mayor interés recae en instituciones de nueva política en auge en estos últimos años como el ecologismo, las ONGs o aquellas destinadas a ayudas humanitarias para los países que lo necesiten.

Los investigadores llevan a cabo un muestreo, donde una parte de la población es representada por 780 personas de la provincia de Alicante de los cuales casi la mitad (46,6%) son mujeres y el resto de porcentaje pertenece a los hombres. Los resultados más relevantes que se obtienen recaen sobre la ideología política y determinan que las mujeres se inclinan un poco más hacia el centro político mientras que los hombres tienen a decantarse por la izquierda. La variable que más destaca es la de ‘votar’ y se analiza de manera separada para garantizar que recibe la importancia que merece. Ambos géneros presentan la misma media: 3,6, donde 1 significa no realizar nunca la acción y 4 hacerlo muy frecuentemente.

En factores como trabajo, dinero, tiempo, poder y salud; el poder arrastra una mayor brecha de género, siendo el que menos la salud

El factor histórico es uno importante a tener en cuenta, pues este es imprescindible si se quiere conocer el camino que las mujeres han tenido que recorrer a lo largo de la historia para llegar a la actualidad. El análisis de participación política en otros países como son Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos revela que las diferencias de participación entre géneros son ínfimas e inconsistentes. La participación femenina es mayor en Francia, mientras que la masculina es mayor en el resto de países mencionados. En el año 1996, la participación electoral sufre un punto de inflexión cuando, por primera vez, la implicación de las mujeres supera a la de los hombres.

Los resultados muestran cómo los hombres tienen mayor presencia en cada una de las formas de participación política. La necesidad de que las mujeres traspasen las barreras sociales y psicológicas y den prioridad a nuevos y diversos espacios vitales resulta de gran importancia en una sociedad donde la lucha por superar esa brecha de género está a la orden del día.

Un estudio del proyecto INMA detecta una falta de vitamina D en las embarazadas asturianas

Entre los factores que afectan al déficit de esta sustancia asociada al calcio se encuentran el sobrepeso y una dieta desequilibrada

Javier Oliva González

Una investigación del proyecto INMA, centrado en el estudio del medio ambiente y la infancia, ha detectado un déficit generalizado de vitamina D tras la observación de un grupo de 453 embarazadas. La investigación se realizó en hospitales asturianos mediante procedimientos estadísticos a mujeres que se encontraban entre la décima y la décimo tercera semana de gestación. Entre los resultados que arrojó el estudio, se halló una relación entre la falta de vitamina D y factores como el sobrepeso y la obesidad, la ingesta insuficiente de alimentos que contengan esta vitamina o, en menor medida, una exposición insuficiente a la luz solar.

La vitamina D es una sustancia crucial para el organismo que se obtiene a través de la ingesta de alimentos y la exposición directa al sol. Entre sus funciones más importantes está llevar a cabo los procesos necesarios para que el calcio pueda llegar a los huesos. Por tanto, un déficit de esta vitamina puede acarrear problemas óseos como la osteoporosis y, en el caso de los recién nacidos, podría llegar a causar raquitismo u otros problemas en el desarrollo del niño. Pese a todo, una cantidad significativa de la población mundial  presenta déficit de vitamina D, por lo que este tipo de estudios resultan cruciales a la hora de poner remedio a este problema.

Durante la investigación, la edad resultó también significativa a la hora de analizar los datos obtenidos, ya que se observó un mayor déficit de vitamina D en las embarazadas menores de 25 años mientras que las que mostraron unos niveles más altos fueron las gestantes comprendidas entre los 30 y los 34 años. Este aumento en las mujeres treintañeras se debe principalmente a una dieta más equilibrada y saludable, siendo en este caso la ingesta de alimentos un factor determinante a la hora de mantener unos niveles adecuados de vitamina D.

Se observó un mayor número de mujeres con déficit de vitamina D entre las menores de 25 años, mientras que las treintañeras mostraron unos niveles más altos

Por otro lado, el estudio también reflejó cambios en los niveles de esta sustancia a lo largo del año. Por ejemplo, los niveles más altos se observaron en verano a causa de la mayor exposición solar, mientras que primavera y otoño fueron las estaciones en las que se registró un mayor número de gestantes con déficit de vitamina D. En los meses en los que hay menos horas de sol, la dieta resultó determinante a la hora de mantener unos niveles óptimos, y se observó que el aumento en  la ingesta de lácteos y colesterol (el cual es transformado en vitamina D mediante la exposición al sol) ayudaron a las embarazadas a paliar el déficit causado por la falta de luz solar.

La investigación señaló como otra de las causas del déficit de vitamina D al sobrepeso, ya que muchas de las embarazadas que presentaban esta característica reflejaron niveles bajos durante el estudio. Esto se debe a que el tejido adiposo suele retener cantidades de esta vitamina que luego no son aprovechables para las funciones vitales del organismo. Como medidas para paliar la falta de esta sustancia en las embarazadas, la investigación sugirió la utilización de complementos vitamínicos y llevar un especial cuidado en la dieta de las gestantes.

Los chicos superan en actividad física a las chicas, en especial durante el horario escolar

Investigadores de la UMH advierten de una brecha en la práctica de ejercicio y sedentarismo entre hombres y mujeres de 14 a 17 años

Christian Marques Navarro

Los niveles insuficientes de ejercicio físico están considerados en la actualidad como uno de los factores de riesgo más importantes de enfermedades como la diabetes tipo II o la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud. Por ello, los científicos necesitan analizar y comparar los índices de sedentarismo y actividad física en adolescentes según su género y horario del día, para así descubrir qué áreas se han de reforzar. Investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (España) han estudiado el tiempo que pasan los adolescentes, de entre 14 y 17 años, realizando actividades físicas durante diferentes momentos del día y diferenciando por género. Para ello, midieron mediante acelerómetros el ejercicio de 206 estudiantes de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria durante una semana y analizaron 4 tipos de actividades según su grado de intensidad: Sedentaria, Ligera, Moderada y Vigorosa.

El estudio “Diferencias según género en el tiempo empleado por adolescentes en actividad sedentaria y actividad física en diferentes segmentos horarios del día” (2017) muestra que la desigualdad de actividad vigorosa en horario de colegio presenta la diferencia más representativa en la investigación, llegando a doblar el ejercicio de los chicos al de sus compañeras. Los autores del estudio, Vicente Javier Beltrán Carrillo, Ana Cristina Sierra, Alejandro Jiménez Loaisa, David González-Cutre, Celestina Martínez Galindo y Eduardo Cervelló, se sorprenden ante la diferencia entre sexos, ya que, tanto ellos como ellas, toman parte de la asignatura Educación Física y cuentan con los mismos recursos e instalaciones. Para mejorar este aspecto, el estudio propone repartir hojas de preferencias a los alumnos a principio de curso sobre qué actividades realizar en esta asignatura para tenerlas en consideración. “Para aumentar los niveles de ejercicio físico de las chicas durante este horario  podrían dinamizarse los recreos con actividades que se ajustaran mejor a las preferencias de ellas”, señalan los autores.

“Las chicas cursan Educación Física junto a los chicos y supuestamente disponen de los mismos recursos, pero su ejercicio es de menor intensidad”, según los investigadores

Además, durante la tarde los hombres también tienen un índice mayor de ejercicio vigoroso, por lo que se puede entender que existe una mayor participación por parte de ellos en actividades extraescolares en esta franja. “Podría ser interesante ofertar programas de promoción de actividad física y salud por las tardes entre semana, dirigidos especialmente a atender las preferencias de las chicas”, apuntan los autores. En cuanto al fin de semana, el tiempo dedicado al ejercicio se iguala bastante, pero sigue existiendo una brecha donde la actividad vigorosa de los chicos triplica a la de las chicas, a primera hora de la tarde.

El estudio confirma que las chicas realizan una mayor actividad sedentaria respecto a los chicos en casi todas las franjas, pero especialmente antes de ir al colegio y a última hora de la tarde. “Sería aconsejable que la administración pública, los profesionales de la salud y los responsables educativos colaboraran para que los adolescentes fueran al colegio andando o en bicicleta, o mediante otros tipos de transporte activo. Y que pudieran hacer el trayecto por entornos seguros y agradables”, proponen los investigadores.  

Los orígenes de la tortuga mora, entre el Pleistoceno Superior y la historia reciente

Investigadores de la UMH analizan los procesos de expansión del reptil con el objetivo de predecir posibles consecuencias genéticas y entender su evolución

Esther González Fernández

El Surfing en la tortuga mora es un estudio realizado por un grupo de biólogos de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, cuyo objetivo es esclarecer los orígenes de la tortuga mora conocida entre algunos investigadores como “fósil viviente”. Sus inicios se remontan al continente africano durante la época del prehistórico, específicamente al periodo del Pleistoceno Superior. De estos contemporáneos a los dinosaurios descienden más de 200 de las especies que existen en la actualidad. El estudio también señala a este tipo de vertebrados como uno de los primeros ejemplos empíricos de “Surfing” genético, proceso evolutivo de la especie llamado así debido a que solo aquellos alelos, manifestaciones de un carácter o gen, que estén a la cabeza de la ola de expansión logran propagar sus genes al nuevo hábitat colonizado. Mediante el análisis de las posibles consecuencias genéticas de este fenómeno se busca entender mejor su evolución, tanto cultural como biológica en el Mediterráneo occidental.

Los autores del estudio, Eva Graciá y Andrés Giménez, marcan la presencia de la tortuga mora en cuatro puntos clave de la península ibérica: en Doñana, en las provincias de Murcia y Almería y en las islas Baleares. Protegidas desde 1970, estas tortugas están clasificadas como “Vulnerables” por el Catálogo Balear de Especies Amenazadas y de Especial Protección, precursor de la activación de un plan para su conservación durante la década de los 80. La escasa diversidad de esta especie en el oeste europeo y su poca diferenciación respecto a las poblaciones africanas ha llevado a descartar que estas aparecieran en la península antes de la apertura del estrecho de Gibraltar. Se mantiene abierta la posibilidad de que sus orígenes se basen en la dispersión natural de las mismas por el mediterráneo mediante el “rafting”, al ser arrastradas mar a través a la deriva, durante un periodo donde las costas peninsular y la africana estaban muy próximas. Algunos casos de este suceso han sido demostrados con anterioridad en las travesías oceánicas de otras especies de tortugas de tierra.

Este tipo de vertebrado es uno de los primeros ejemplos empíricos de “Surfing” genético, proceso evolutivo que implica la propagación de los genes de la especie en un nuevo hábitat

Esta investigación llegó a muestrear, en busca de los orígenes de la especie, a 400 tortugas del norte de África y la península ibérica que dieron lugar a 36 haplotipos, variaciones de las secuencias de ADN, conectados y diferenciados unos de otros por diversas mutaciones. Los resultados de este muestreo generaron 7 genotipos (conjunto de genes característicos de cada especie) con marcadores microsatélite, cuya función es realizar análisis poblacionales, que evidenciaron menores niveles de diversidad genética en las tortugas del sureste ibérico. El resultado de estos análisis llegó a establecer la zona de Orán, en el norte de Argelia, como originaria del legado ibérico.

El importante legado biológico y cultural de estas longevas criaturas evidencia la complejidad de los procesos biogeográficos en el Mediterráneo occidental y el motivo por el que estos deben ser preservados, con el fin de garantizar su viabilidad a largo plazo. Pese a su estatus de conservación, las principales amenazas a las que se enfrenta esta especie son la pérdida y fragmentación del hábitat, así como la erosión poblacional por recolección de tortugas para ser mantenidas como animales domésticos. Para garantizar el futuro de estas poblaciones se requiere del desarrollo de programas de educación ambiental, de la persecución del tráfico y posesión de tortugas mora, ambas ilegales, así como la disminución y el control del stock de los animales mantenidos en cautividad para así evitar riesgos sobre las poblaciones silvestres.