“NUNCA HAY QUE RENDIRSE”
Tras una amplia trayectoria, el investigador de la Universidad de Cantabria fue nombrado el pasado año como el científico español más citado
Alberto Ruiz Jimeno (Logroño, 1952) colabora con el que posiblemente sea “el centro de referencia mundial en investigación científica”: la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Al catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Cantabria, quien forma parte de la Selección Española de Ciencia 2016, elaborada por la revista QUO cada año desde 2014, su experiencia le ha enseñado que trabajar duro tiene recompensa.
Pregunta. ¿Cuándo comienza su interés en la ciencia?
Respuesta. Desde pequeño me interesó la ciencia. La elección de la física fue consecuencia de un buen profesor en mis años previos a la universidad, que me hizo decantarme por esta disciplina.
P. Colabora con algunos de los centros de investigación más prestigiosos en el campo de la física, como son el CERN de Suiza y el Fermilab de EEUU. ¿Cómo ve la situación de la investigación española respecto a estos países?
R. El CERN es un gran centro científico al que pertenecen muchos países europeos, España entre otros. De hecho, España es uno de los países con mayor peso en el CERN y obtiene un buen retorno de su inversión en el mismo. Por ello, no hay que verlo como algo externo, sino parte nuestra, muy importante. Actualmente es, posiblemente, el centro de referencia mundial en investigación científica. Fermilab es un gran centro de investigación americano, con proyección internacional. Y hay otros en el mundo, en la misma línea. El problema en España es la inversión en I+D y en capital humano, y de forma más acusada en la empresa privada. Ahí estamos muy por debajo de otros países del CERN, como Alemania, Francia, Inglaterra o Italia.
“Los problemas se van superando con la dedicación y la perseverancia”
P. Actualmente es vicerrector de Doctorado y Relaciones Institucionales de la Universidad de Cantabria, catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de esta misma institución, coordinador de la Red Temática Nacional de Futuros Aceleradores, y un largo etcétera. ¿Ha sido difícil llegar a donde está? ¿A qué tipo de problemas ha tenido que hacer frente desde que comenzó en la investigación?
R. He tenido que trabajar con mucho tesón y a la vez entusiasmo, porque siempre he creído en lo que hacía. Los cargos vienen dados, son un servicio que me han solicitado y estoy encantado de poder darlo, pero mi mayor vocación ha sido como científico de base, mientras he podido. Los problemas se van superando con la dedicación y la perseverancia, nunca hay que rendirse. De hecho, lograr un puesto permanente en la universidad era muy difícil cuando yo terminé el doctorado, como lo es ahora mismo, pero finalmente llegó.
“El problema que tenemos en España es que se dedica muy poco presupuesto a I+D”
P. Tras una amplia trayectoria durante la cual ha sido coautor de más de 1.000 artículos científicos y en la que ha acabado siendo nombrado el científico español más citado, ¿qué diferencias más destacables nota desde sus primeros proyectos a los últimos?
R. La ciencia en España ha avanzado muchísimo, gracias al interés de los propios científicos, su internacionalización y su dedicación. El nivel de preparación de los jóvenes es muy competitivo en el panorama internacional. Yo creo que el avance significativo se realizó en los años 80 del pasado siglo, gracias a una política de fomento de la calidad y de la movilidad. No obstante, el problema que tenemos en España, como ya he dicho, es que se dedica muy poco presupuesto a I+D, sobre todo en los niveles más altos del Gobierno. A nivel de Secretaría de Estado hay muy buenas intenciones y dedicación, pero no parece que haya suficiente interés en niveles superiores. Además, un Ministerio de Ciencia sería muy aconsejable, aunque no es suficiente con tener un Ministerio, sino que la I+D se considere realmente como inversión y no como gasto. Esto nos hace ser menos competitivos que otros países europeos. La sociedad aprecia a los científicos, pero los gobernantes no tienen una conciencia clara de la importancia de la investigación científica, tanto básica como aplicada. Además, hay muy poca I+D en la empresa privada [Aquí el Informe Cotec 2016 sobre innovación en España]. Eso es un gran problema a superar, si queremos estar en primera línea de los países industrializados y avanzados.
P. Desde su punto de vista, ¿conoce la sociedad española en qué consiste la investigación?
R. No lo conoce suficientemente, pero se está realizando una gran labor de difusión en los últimos años, que está teniendo un alcance importante en la sociedad. Por ejemplo, se ha notado últimamente un incremento notable en el número de estudiantes que se matriculan en las carreras de física en España. Esta labor de transferencia a la Sociedad es parte de nuestra obligación como científicos.
P. ¿Cree que la profesión investigadora está estereotipada?
R. Cada vez menos, pero aún queda mucho camino por recorrer.
P. Teniendo en cuenta las cuestiones anteriores, ¿qué importancia atribuye a la divulgación científica?
R. Es fundamental. Hay que mostrar lo que hacemos a la sociedad en la que estamos y que nos financia nuestras investigaciones. Sin embargo, los comunicadores profesionales también deben trabajar en esta dirección, con mayor preparación y dedicación.
P. En ocasiones nos podemos encontrar en los diarios noticias científicas con titulares llamativos, que pueden confundir al lector y dar falsas esperanzas. ¿Qué opina al respecto?, ¿quién o quiénes son los culpables y cuál sería la solución?
R. En parte se debe a la pobre formación científica de los propios comunicadores. Pero también es debido a veces a los propios científicos que no saben expresarse adecuadamente. Hay que trabajar en equipo para lograr que las noticias sean realistas y equilibradas.
“Cada vez hacemos más Gran Ciencia”
P. ¿Qué opina de que generalmente se asocie la cultura con letras y raramente con ciencia y tecnología?
R. La cultura es cultura, no tiene sentido restringir la cultura a las humanidades, como no tiene sentido hablar de ciencia sin las consideraciones filosóficas que acompañan a las grandes teorías científicas. La Cultura, con letras mayúsculas, implica conocimiento y transmitirlo es cultura. Si miramos al pasado, la división entre científicos y humanistas no estaba muy clara. Posiblemente ahora tampoco y, de hecho, cada vez hacemos más Gran Ciencia, Industria de la Ciencia, lo que implica una gran interdisciplinariedad. El CERN es un buen ejemplo de ello, allí podemos encontrar personas de casi todas las áreas de conocimiento, trabajando conjuntamente.
P. ¿Qué propondría para mejorar el nivel de cultura científica de la población española?
R. Hay que incrementar las actividades de divulgación en los medios, las redes, los actos culturales… Hay que dotar a la sociedad de una cultura científica, que aún no existe en España.