► Álvaro Martínez del Pozo pertenece al grupo de investigación de la UCM que busca transformar toxinas en tratamientos
Catedrático de Bioquímica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Álvaro Martínez del Pozo, se dedica a la ciencia en sus diferentes formas: como docente, investigador y divulgador del conocimiento científico. Es Licenciado (1981) y Doctor (1986) en Ciencias Químicas, dentro de la especialidad de Bioquímica. Además de la UCM, ha trabajado en universidades de otros países, como la Universidad Rockefeller de Nueva York, la Northeastern de Boston y la Universidad de Kyoto. Dentro de su trayectoria investigadora, forma parte de un equipo más amplio, donde participan profesores y becarios en el estudio de la estructura y funciones de las proteínas, aunque la especialidad de Álvaro Martínez son las proteínas tóxicas y su capacidad para interaccionar con membranas biológicas. Además de la investigación, participa activamente en la comunicación científica, tanto en el ámbito de la docencia como en la divulgación. Ha publicado libros como “El nacimiento de la química de proteínas” o “¿Por qué somos como somos? El genoma humano paso a paso”. Además, ha participado en conferencias y ha colaborado en medios de comunicación, ahora mismo, participa en el programa de RNE “A hombros de gigantes”.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de proteínas tóxicas?
Si un producto natural hace daño, resulta tóxico, es una toxina. Por tanto, al contrario de lo que se puede pensar, una toxina es un producto natural. Algunas toxinas son proteínas y esas son en las que nos centramos nosotros.
¿Qué tipo de proteínas están estudiando?
Utilizamos proteínas que, además de ser tóxicas, de producir un daño, sean capaces de interaccionar con membranas. En general, las proteínas tóxicas que interaccionan con membranas proceden de organismos que las tienen que producir solubles, por lo que son proteínas solubles en agua y, a la vez, interaccionan con membranas, una dualidad que es un poco rara. Normalmente, las proteínas o se asocian a las membranas o están solubles en agua, y estas toxinas que nosotros usamos hacen las dos cosas.
¿De dónde proceden estas proteínas en nuestra naturaleza?
Trabajamos con tres tipos: las que proceden de hongos microscópicos, principalmente de la familia de los aspergillus, que puede sonarnos porque es uno de los que se usa industrialmente para producir penicilina. Las que se obtienen de las anémonas marinas, unas proteínas que dañan a otros organismos creando poros. Y, una tercera, en la que estamos empezando a trabajar ahora, la que proviene de venenos de araña, en concreto, de la viuda negra.
La inmunoterapia, medicina personalizada o fármacos inteligentes están a la orden del día. ¿En qué cuadro de la investigación oncológica se situarían sus estudios?
Desde ese punto de vista, que no es el único que manejamos, sería una forma de inmunoterapia. Lo que nosotros hacemos en cáncer de colon, principalmente, es buscar una proteína que esté en la superficie de las células cancerosas de colon y que no esté en las demás células. A esto se le denomina antígeno. Si consigues un anticuerpo que únicamente reconozca esa proteína, solo identificará las células tumorales y eso es un tipo de inmunoterapia.
¿Cómo lo hacen?
Utilizamos un método bastante eficaz, a la parte del anticuerpo que reconoce la célula tumoral, le unimos una toxina, una proteína extremadamente tóxica que solo va a resultar tóxica cuando entre en la célula. Con esa unión conseguimos lo que se denomina una inmunotoxina.
» Una inmunotoxina es una proteína artificial formada por dos dominios unidos que actúan de forma coordinada: uno detecta la célula maligna uniéndose a ella y el otro produce su muerte.
Hablaríamos de alternativas a otras terapias más invasivas, como la radioterapia…
Sí, se puede inyectar y no produce ningún efecto secundario porque el anticuerpo no se une solo a las células tumorales y las elimina. No es una cosa que hayamos inventado, se lleva trabajando desde hace muchos años, pero nosotros lo hemos implementado a nivel molecular.
Son procesos muy específicos, pero, en un caso hipotético, ¿sería posible lograr una solución única para el cáncer?
No con la estrategia que estamos utilizando nosotros, porque es un tratamiento dirigido a un cierto tipo de cáncer de colon concreto. Aunque la estrategia general se podría aplicar, pero habría que elegir cada antígeno concreto y producir el anticuerpo determinado en cada caso.
Además de los tratamientos oncológicos, están trabajando en otros campos de estudio y enfermedades, ¿cuáles son?
Yo me centro en los estudios básicos del comportamiento de la proteína, saber cómo son capaces de interaccionar con la membrana. Otra línea es el papel insecticida de las proteínas de los hongos, que las producen para que ciertos insectos no se los coman. También las propiedades insecticidas del veneno de araña, para producir un insecticida biocompatible, ya que solo se producen esas proteínas tóxicas frente a ciertos insectos y sería totalmente inocuo para los humanos. Es una visión a largo plazo para tratar de producir, además de las inmunotoxinas, otras proteínas que tuviesen propiedades insecticidas.
Para quienes no estamos familiarizados con el trabajo en laboratorio puede ser complejo comprender el proceso de la investigación… ¿qué fases se siguen?
La primera dificultad es elegir el antígeno, buscar qué proteína tienen las células cancerígenas que no tienen las demás. La segunda, crear el anticuerpo; se produce en microorganismos recombinantes: en bacterias y levaduras. La tercera es eliminar las partes del anticuerpo que no necesitamos. Y, la cuarta, es la que nosotros tenemos más optimizada, elegir la toxina adecuada.
Y, ¿qué toxina habéis elegido?
Nuestra toxina es bastante popular, es como la ricina de la serie Breaking Bad. Se trata de una proteína extremadamente tóxica, pero solo cuando entra en la célula, puede circular y no pasa nada. La hemos unido a un anticuerpo y se introduce en la célula. Y hemos modificado tanto el anticuerpo como la toxina para que no las reconozca el sistema inmune humano, lo que se denomina una molécula humanizada. Cuando la inyectas, el sistema inmune la reconoce como propia y no la elimina, por lo que el tiempo de circulación es mayor y se incrementa la posibilidad de que llegue al tumor y lo elimine.
¿Qué tipo de técnicas se emplean para buscar estos resultados?
Utilizamos una variedad de técnicas grandísima. Combinamos el ADN de la toxina con el ADN del anticuerpo para que formen un todo. Primero hay que conseguir el ADN, manipularlo para crear la construcción que queremos, luego lo clonamos y lo producimos en distintos organismos, principalmente en bacterias como la escherichia coli o levaduras.
Una vez producida, usamos técnicas de purificación como cromatografía o centrifugación, técnicas que separan macromoléculas en función de sus propiedades. Cuando la tenemos, hay que medir la actividad tóxica, la enzimática y la capacidad para funcionar del anticuerpo. Con el objetivo de caracterizar la función de la proteína con células en cultivo, células cultivadas en una placa.
¿Y una vez conseguida?
Se da el paso al animal, utilizamos ratones, les insertamos artificialmente un tumor humano y, finalmente, les tratamos ese tumor. Y ahí es cuando paramos nosotros, porque lo siguiente sería el salto a la clínica.
¿Cuál es la mayor dificultad a la que se enfrenta el grupo?
Eso es facilísimo de contestar. La falta de recursos y de apoyo institucional. Así de claro, sin paliativos.
También está muy implicado en la divulgación científica…
Sí, todo el grupo lo está y hace divulgación… es muy divertido y el público al que llega está entregado.
¿Cuál cree que es el papel del investigador como comunicador de la ciencia?
Trabajamos en una universidad pública, todos nuestros proyectos están financiados con dinero público, es una manera de retornar a la sociedad lo que está pagando con sus impuestos y explicarles para qué vale su dinero.
«La cultura es de letras y es de ciencias. Tenemos un deber por hacer para que disminuya el analfabetismo científico de ciertos sectores de la sociedad»
¿Es complicado?
Vivimos en una sociedad cada vez más tecnificada, a veces hasta a los científicos nos cuesta distinguir lo que es real, hay cosas que parecen mágicas. Sin ir más lejos, sin los conocimientos necesarios, el teléfono móvil parece algo mágico. Y cuando ves cosas de campos diferentes ocurre lo mismo. Si eso lo aplicamos al resto de la sociedad y no amplían su cultura científica, muchos charlatanes se van a aprovechar de eso, van a vender como soluciones científicas cosas que no lo son.
Parece una labor difícil e importante…
Con un poco más de formación científica, muchas de las cosas que pasan hoy no ocurrirían. Aumentar el conocimiento general y científico de la gente amplía la libertad de decisión y previene frente a los engaños. La cultura es de letras y es de ciencias, y nosotros tenemos un deber por hacer para que disminuya el analfabetismo científico de ciertos sectores de la sociedad.
El catedrático explica que la laguna costera murciana mantendrá su capacidad de autorregularse siempre que la acción humana respete su curso natural
El Mar Menor, laguna costera murciana, ha estado muy presionado a lo largo de las últimas décadas por la entrada continua de materia orgánica. Se ha encontrado, sobre todo en los últimos años, en el punto de mira de todos los murcianos. A pesar de su poder de recuperación, ha hecho falta un enfoque multidisciplinar y conocer el mecanismo del Mar Menor y de otras lagunas costeras para acertar con el diagnóstico del estado de la laguna y ponerle así, una solución adecuada y eficaz.Ángel Pérez Ruzafa es catedrático de Ecología por la Universidad de Murcia (UMU), docente e investigador en esta misma universidad y, además, licenciado en Bellas Artes. En esta entrevista cuenta algunas experiencias fuera del territorio español y, sobre todo, la necesidad de abordar la problemática del Mar Menor desde un punto de vista amplio, crítico y positivo.
Ha realizado numerosas actividades tanto en España como fuera de ella, ¿cree que alguna de sus acciones fuera de nuestro territorio como, por ejemplo, la expedición en el Hespérides, le ha ayudado a tener una perspectiva propia y definida del estudio del Mar Menor?
Sí, absolutamente. Cuando uno trabaja únicamente en un sistema, la visión que tiene de cómo funciona está muy condicionada por su propio funcionamiento. He tenido la suerte de haber trabajado en numerosas islas costeras, en la Antártida, en las islas Galápagos, en el Caribe además del Mediterráneo. Esto nos proporciona una perspectiva global del funcionamiento de las lagunas costeras y permite encontrar matices, diferencias y cosas comunes, algo determinante para poder interpretar cómo funciona un ecosistema. Por ejemplo, nos podemos encontrar en la Antártida con un erizo de mar, esperando al tocarlo que se asemeje a lo que acostumbramos a ver en las zonas del mediterráneo, pero en realidad parece papel de fumar. Aquí comprendes el papel que juega el carbonato y su metabolismo. En un agua fría como la de la Antártida, el carbonato es muy soluble y precipitarlo para formar un esqueleto es carísimo energéticamente, pero en las aguas cálidas como las del Mar Menor, el carbonato precipita con mucha facilidad, por lo que podemos encontrar conchas de gran tamaño.
¿Podría contar alguna experiencia que haya vivido en aquella expedición del Hespérides a la Antártida?
Experiencias hay muchas y de muchos tipo. Algunas de ellas, desde el punto de vista biológico, son el tipo de observaciones que comentaba. Luego hay otras experiencias desde el punto de vista propio, como por ejemplo mi primera inmersión que, a pesar de las ganas, fue muy problemática. Tengo mucha flotabilidad por lo que tuve que ponerme mucho peso. Llevaba también un bloque cemento que era la base de una boya que marcaba la estación de muestreo y una boya pequeña para que el comandante pudiera saber dónde estaba cada buceador. Llevaba la máquina de fotos en la otra mano. A pesar del peso que llevaba no conseguía bajar. Cuando ya renunciaba a la inmersión y asumiendo que me estaba perdiendo mi primera inmersión en la Antártida de repente intenté subir y no podía porque estaba totalmente líado con el hilo. Empezaron a cortarlos y aún así yo subía muy poco a poco. En esa situación el otro hombre se asustó pero yo guardé la calma. Para empeorarlo más, en uno de los tirones de la boya me sacó la máscara de buceo y tuve que respirar de las burbujas. En las inmersiones el factor limitante es la temperatura, no pueden durar más de 20 minutos porque puedes entrar en congelación. La mía duró 40 minutos, salí prácticamente aterido y congelado, me sacaron y lo primero que yo di fue mi máquina de fotos. Pero como los principios de seguridad son muy rigurosos, me la cogió el alférez médico y lo primero que hizo fue tirarla y cogerme a mí. Claro, yo una vez entré en calor, no sabía si matarlo o no, con lo que me había costado la cámara. Con suerte, subiendo la boya, estaba todo tan liado que la cámara subió con ella.
Ya en relación con el Mar Menor, ¿qué técnicas se han utilizado en los últimos años para salvar la situación?
En realidad no se trata de técnicas, se trata de capacidad de diagnóstico. La clave es comprender cómo funciona el sistema. El gran problema con el Mar Menor ha sido, por un lado, lo que podríamos llamar la maldición de Casandra. En la historia, Apolo se enamora de Casandra de Troya. Éste le entregaría a Casandra el don de conocer la verdad a cambio de entregarse a él. Una vez concedido el don, ella se negó a cumplir y Apolo añadió una maldición: ”Vas a conocer la verdad y nadie te va a creer.” Casandra advirtió lo que iba a pasar con el Caballo de Troya pero nadie la creyó. Los científicos tenemos a veces esa sensación. Tenemos capacidad de anticipar los problemas y de saber las consecuencias de las actividades humanas y la responsabilidad de dar alertas que a veces son ignoradas. A eso se une a veces las miserias humanas, incluso dentro del ámbito científico, donde por intereses, necesidad de financiación, por afán de protagonismo o simplemente porque no creer y tener otra verdad, niegan lo que otro dice, aunque sea cierto. Llegó un momento en que el sistema se forzó tanto que al final se rompió. Lo más delicado en estos casos es no equivocarse en el planteamiento del problema o el diagnóstico y tomar medidas acordes con él. Todo problema tiene solución, y si no lo tiene es porque está mal planteado. La situación es compleja, pero el Mar Menor ha sido un ejemplo de que cuando se estudian las cosas, se conocen, y no se tiene más afán que el de conocer la verdad, se pueden hacer diagnósticos acertados que sean útiles y efectivos.
Entonces, ¿en qué situación nos encontramos ahora mismo?
Gracias a las medidas que se tomaron, la entrada de nutrientes ha descendido de manera importante, el Mar Menor se ha recuperado antes de lo que se predecía. En el mar Menor y otras lagunas costeras, hasta el 40% de las especies se renuevan cada año, es decir, pueden estar un año y no en otro. Eso da un poder de adaptación enorme ya que a las especies que entran nuevas no les afecta lo que ocurrió el año anterior y, si se encuentran buenas condiciones, el sistema se organiza bien. En la medida en que las condiciones se habían mejorado, el sistema se recuperaba. La desaparición de Caulerpa prolifera fue, a priori, síntoma de mala calidad de agua. Sin embargo, el hecho de que desapareciera fue positivo para el Mar Menor, ya que era una especie invasora que entró cuando se dragó el Estacio (1973) pero dejó fondos disponibles para que las nuevas especies los colonizaran en unas condiciones incluso anteriores a la apertura del Estacio. Por tanto, gracias a todo ello, el Mar Menor se puso en poco tiempo mejor de lo que había estado en los últimos 30 años.
¿Se trata de una situación estable?
No, es muy inestable porque se basa en una buena capacidad homeostática, es decir, la capacidad de mantener su condición interna estabilizada y, además, es una estructura compleja. Esto requiere que existan medidas muy drásticas que limiten al máximo la entrada de nutrientes. Con la presión de las actividades humanas en el campo de Cartagena, la estabilidad solo se puede conseguir si existe una infraestructura estable de gestión del agua, pero no la hay. Requiere inversión con financiación tanto autonómica como nacional y posiblemente europea. Para que eso sea viable se necesita una buena coordinación entre gobiernos autonómicos, regionales y ayuntamientos. Es muy importante tener claro que el problema está ahí, porque si seguimos pensando que el problema está en un grupo político determinado o en el propio Mar Menor, no lo vamos a resolver. Hay planteada una reunión del comité científico para valorar cuál es la situación a día de hoy y cómo está la situación en todos los campos y con los distintos grupos de trabajos.
¿Podríamos estimar cuánto tiempo será relativamente estable?
En cosas de la naturaleza es muy difícil establecer tiempos. El Mar Menor ha sorprendido con su capacidad y rapidez de recuperación, pero el momento en que se pueda producir una rotura es imprevisible. Siempre lo comparo con apretar un globo. Tú aprietas un globo y tiene resiliencia, se va recuperando pero, ¿cuántas veces lo tienes que apretar para que explote? Imposible de anticipar. Lo que sí sabes es que, una vez lo hayas explotado no lo vas a poder recuperar y ya no vuelve a ser un globo.
¿Se pensó que ya se había llegado al punto de no retorno?
Esa posibilidad estaba sobre la mesa. Tenía la esperanza de que no se hubiera roto del todo, pero no lo sabía. Cuando cesaron los vertidos y empezamos a ver los indicadores, rápidamente nos dimos cuenta de que el Mar Menor no había sobrepasado el punto de no retorno. Una vez sobrepasado, el sistema ya no responde, pero si emite respuesta al tratamiento es que no se ha roto del todo. El principio de incertidumbre y la posibilidad de que algo ocurra siempre está presente. Y la ley de Murphy también se cumple. Si la ley de la termodinámica predice que todo tiende al desorden, esa es la situación más estable por lo que las probabilidades de que eso ocurra siempre son, en teoría y a priori, mayores de que que las cosas funcionen bien. Entonces ahí los catastrofistas tenía más probabilidad de acertar.
“Nos dimos cuenta de que el Mar Menor no había sobrepasado el punto de no retorno”
¿Han cesado totalmente los vertidos de nitratos provenientes de la Agricultura?
No, no han cesado en su totalidad y puede ser preocupante. Pero sí se han reducido muy significativamente, entorno a un 80-90%. La verdad es que en los últimos meses hemos detectado que se están retomando. Seguimos estando muy por debajo de lo que durante los últimos 20 años ha estado entrando, pero como decíamos, la infraestructura no está estable ni resuelta. Por tanto, existe la posibilidad de que en un momento dado ocurra cualquier situación que no podemos controlar y vuelva a provocar un desastre. El Mar Menor ha estado más de 20 años defendiéndose y podemos esperar que, ante una adversidad, pueda estar más recuperado y vuelva a tener la capacidad de amortiguar el problema. Pero, como sabemos, en ocasiones las recaídas son peores que la enfermedad en sí y no conviene jugar con fuego.
Además del cese de introducción de nutrientes, ¿qué otras medidas en el ámbito científico se han hecho? ¿Se han extraído o introducido especies?
No, pero tampoco han sido necesarias ya que el Mar Menor ha funcionado bien. Una de las cosas que se ha visto es que tiene la peculiaridad de neutralizar mejor el exceso de producción. Las especies pesqueras se reproducen fuera de las lagunas, luego las colonizan y aprovechan esa producción para crecer, pero se vuelven a ir o lo sacan los pescadores. Por lo que el exceso de producción no se queda dentro, ayuda a la laguna a descargarse de ese exceso. En la mayoría de las lagunas eso es insuficiente para que tengan aguas limpias, siendo la mayoría de aguas turbias. El Mar Menor tiene una singularidad que hace que retire más producción que las otras lagunas gracias a las comunidades bentónicas, entran continuamente nutrientes con una tasa de renovación mucho más alta que Caulerpa prolifera y además, a diferencia de esta, sirven de alimento. Posee otra particularidad, y es que tiene islas volcánicas que dan comunidades rocosas con muchos filtradores y poliquetos que retiran materia orgánica. Por lo tanto de por sí, gracias a sus especies, el Mar Menor es un sistema productivo desde el punto de vista pesquero pero al mismo tiempo también con aguas muy transparentes.
¿Qué es lo que mantiene la productividad de la laguna?
Todo eso se basa en la heterogeneidad ambiental. Esta heterogeneidad la da el hecho de que la comunicación con el Mediterráneo esté restringida. Por eso cuando se propone abrir y dragar los canales podemos darnos cuenta que no terminan de comprender cómo funciona la laguna costera. A pesar de la segunda ley de la termodinámica, la vida consigue ser compleja ofreciendo resistencia al flujo de energía. En una laguna costera, el flujo está garantizado por el gradiente (de salinidad y temperatura entre la laguna-mediterráneo o laguna-tierra) y eso la mantiene productiva. La resistencia, por su parte, la ejercen los canales de comunicación. Si se cierran deja de haber flujo y la laguna se muere porque no hay energía para mantenerla. Pero si se abren, la laguna se homogeniza y se pierden los flujos y la estructura. Por el contrario, si los canales restringen el flujo de agua y de las especies, se mantienen los gradientes y por tanto la productividad. Al mismo tiempo se genera un trabajo que hace que la zona sur sea distinta a la norte y que los movimientos y las estructuras de sedimentos y especies varíen según la zona. De manera que si se hace un impacto en un sitio, las otras especies no lo estás sufriendo. La mayor singularidad del Mar Menor es que tiene una capacidad de autorregulación y homeostática. Pero esto debe ser comprendido para acertar, no equivocarse en las medidas de gestión y decidir no dragar los canales, porque entonces es cuando la sentencias. No se debe entender que la laguna es solo agua.
¿Qué medidas de concienciación social se han hecho?
No se ha hecho nada de forma específica más allá de lo que han ido haciendo los grupos ecologistas. A veces con mensaje no totalmente acertado o excesivamente dramático y sensacionalista y poco realista pero en cualquier caso siempre viene bien. Es preferible tener hipersensibilidad, aunque moderada, a insensibilidad. Y sobre todo, es necesario que haya una presión sobre los políticos para que perciban un problema y busquen asesoramiento. También se han dado muchas charlas. Yo he dado muchas en colegios, asociaciones de vecinos, tantas que he perdido la cuenta. Eso ayuda a que la gente comprenda lo que hay y lo que está ocurriendo. Al final Murcia es una región muy informada sobre ecología marina, sobre lo que es un nitrato, la Caulerpa prolifera, la clorofila y eso siempre es bueno.
Habiendo estudiado también Bellas Artes en la UMU y basándome en el proyecto lalalab en el que ha participado, ¿cree que las artes pueden tener un papel importante en estos temas, como en la concienciación social?
Sí, claramente. Arte y ciencia se consideran mundos completamente distintos. Normalmente la ciencia es la racionalidad y el arte es la espontaneidad, el expresionismo y los sentimientos. Pero a la hora de la verdad se complementan y las diferencias dejan de ser importantes. En una buena obra de arte los patrones están bien estructurados, la obra tiene estructura, y tiene patrones a distintas escalas dependiendo del campo artístico. La ciencia plantea un mundo aparentemente caótico y le busca regularidades y las interpreta. La ventaja adaptativa de los humanos respecto a otros animales es haber llegado a esa capacidad de interpretar patrones al extremo, por lo que es capaz de anticipar los problema antes de llegar a tenerlos. Un científico utiliza esa capacidad para interpretar patrones y el artista para generarlos. Generando un buen patrón, los cerebros se enganchan a él porque tratan de interpretarlo. Si el patrón es muy complejo se rechaza porque no puedes con él, y si es muy sencillo te aburre.
En el fondo son el mismo mecanismo pero es verdad que activan partes distintas: en uno te permite racionalizar las cosas y hacer diagnósticos y el otro te abre la sensibilidad para comprender las cosas. Y las grandes verdades no entran por la razón, entran por el sentimiento. Por lo tanto, aunar las dos cosas es lo perfecto. Por un lado se razonan los problemas y se buscan soluciones y, por el otro, se ven los caminos de entrada para que la sociedad perciba lo importante de hacer las cosas bien y que funcionen. Por lo tanto arte y ciencia constituyen una combinación perfecta.
El astrónomo Álvaro López estuvo a cargo del Observatorio astronómico de la Universidad de Valencia durante 32 años, periodo donde realizó intensa fotografía de asteroides, se adquirieron por medio de diferentes acuerdos internacionales instrumentos astronómicos y se construyeron mecanismos y dispositivos de investigación científica únicas, hoy valiosas piezas de museo que se aún se conservan y pueden ser interrogadas por su propio creador.
En el año 1968 Álvaro López García, un joven químico de 27 años de
edad, se propuso la ambiciosa tarea de recuperar el Observatorio Astronómico de
la Universidad de Valencia, un centro de investigación que en esos años estaba
desmantelado y sin uso.
¿Cómo llegó a hacerse cargo del Observatorio de la Universidad de Valencia?
Luego de estudiar química en la Facultad de Ciencias de la avenida Blasco Ibáñez, hice mi doctorado en física nuclear. Apenas acabé fui al Departamento de Matemáticas pues supe que iniciaba la sección de astronomía, y la astronomía era mi pasión juvenil. Al año siguiente hablé con el decano de la Facultad y pude subir a la torre del observatorio, la que estaba hecha un desastre, completamente abandonada.
El observatorio ocupaba la cúpula de arriba, una habitación circular abajo, la torre 1, y un despecho más abajo, la torre 2. Con ayuda de algunos estudiantes comenzamos a ordenar y poner el observatorio en condiciones. Con el tiempo ocupamos la torre 2 y luego la torre 1, y ahí estuvimos hasta el año 2000 cuando se trasladó la facultad y el edificio se convirtió en el rectorado de la Universidad.
¿Cuál fue la primera tarea que se propuso cuando se hizo cargo del Observatorio?
El primer objetivo fue poner a punto el telescopio refractor Grubb de 15 cm de apertura, además de trabajar en diversas materias con otros estudiantes como cálculos numéricos y cálculo de órbitas, entre otras. Laboramos con un ordenador IBM 1620, un equipo muy usado en ciencia para esa época. Recién en el año 1985 pudimos comenzar con astrometría, específicamente con fotografías de asteroides y cálculo de órbitas, trabajo que se extendió hasta el año 1998 cuando la contaminación lumínica propia de la ciudad imposibilitaba seguir trabajando en esa área.
¿Cómo realizaba las fotografías astronómicas?
Cuando comenzamos con las fotografías utilizamos placas de celuloide de 6×9 dejando atrás las fotografías en soporte de vidrio. Empleamos una cámara de los años 30 que me regaló mi padre, pero como astrónomos nos dedicábamos también a la artesanía, fabricando variados “trastos” para adaptar nuestros instrumentos fotográficos a los telescopios.
Como el telescopio que poseíamos era de un solo tubo, teníamos la dificultad de tomar fotografías de larga exposición, de unos 7 a 10 minutos, y de seguir al objeto celeste al mismo tiempo. Para conseguirlo nos guiábamos con la ayuda de un mapa del cielo con el que buscábamos una estrella fija y la utilizábamos para seguir al asteroide. Contábamos con 5 porta placas o chasis, por lo que podíamos hacer fotografías a 5 asteroides cada noche.
¿Qué hacía con toda la información que reúna?
Toda esa información se fue acumulando y enviando a la revista
Minor Planets Circulars (MPCs) de forma periódica, trabajo que se mantiene
hasta el día de hoy.
¿Cómo conseguía apoyo o financiamiento para llevar adelante la investigación?
El año 1989 fui al Observatorio de Pulkovo en San Petersburgo, Rusia, donde hablé el Instituto de Astronomía Teórica, lugar donde se gestó un convenio para la construcción de un telescopio especial para fotografía astronómica, un astrógrafo, y un medidor de placas marca Ascorecord.
Los equipos llegaron en 1991 y se instalaron para su uso, pero lamentablemente no se llegaron a ocupar en profundidad, por incompatibilidad del material y luego por la llegada del CCD para la fotografía a finales de los años 90.
En el año 1995 se forjó un convenio entre el Observatorio Astronómico de la UV y la Asociación Valenciana de Astronomía. ¿Cómo se originó la idea?
En el año 1971 comenzamos a publicar en el periódico una página sobre efemérides astronómicas, “el cielos en el mes de…”, además de promover las visitas públicas al Observatorio. Fue así como todos los meses llegaban unas 20 personas, las que luego comenzaron a reunirse por cuenta propia para luego formar la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA). Muchos años después, en 1995, y tras una conferencia que ofrecí en el planetario de Castellón, fuimos a comer con unos miembros del AVA, cena donde surgió la idea de montar de manera compartida entre la Universidad de Valencia y AVA, un Observatorio astronómico alejado de la contaminación lumínica.
Ese mismo año se dio inicio a este convenio donde la Universidad ofrecería los telescopios y AVA otorgaría el lugar y construiría los edificios para las instalaciones. De esta forma nació el Centro Astronómico Alto Turia (CAAT) y un convenio que duraría hasta el año 2006, cuando la Universidad decidió construir su propio Observatorio, a solo dos kilómetros de distancia en la misma localidad de Aras de los Olmos.
En el año 1973 realizó su primera publicación en la revista Urania de Barcelona “Actividades del Observatorio Astronómico de la Facultad de Ciencias de Valencia: 1968-1973”. ¿Algún proyecto hoy en día?
Si bien trabajé en el Observatorio realizando fotografías de asteroides hasta el año 2011 cuando finalmente me jubilé, hoy continúo realizando observaciones a distancia. El telescopio que ahí se encuentra funciona automáticamente y es capaz de enviarme toda la información por internet a la computadora de mi casa, datos con los que puedo trabajar 3 o 4 días.
Además estoy escribiendo mi tercer libro sobre asteroides, astrometría y astronomía esférica, textos que recogen mis asignaturas realizadas como profesor. Espero sea una memoria, una autobiografía de mi trabajo de todos estos años.
El
investigador en patología apícola considera necesario
atajar la desaparición de los polinizadores atendiendo a las
características climáticas y agrícolas de cada región.
Mariano
Higes Pascual, doctor en Veterinaria por la Universidad Complutense
de Madrid (UCM), colabora con el departamento de Sanidad Animal de
dicha facultad y es responsable del Área de Patología Apícola del
Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo
(CIAPA, Guadalajara), adscrito al Instituto Regional de Investigación
y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF) de la Consejería de
Agricultura de Castilla-La Mancha. Desde este centro, al que accedió
como funcionario en el año 1992, dirigió su propia
tesis doctoral sobre el parásito Varroa
destructor
de la abeja melífera
y descubrió junto a su grupo a uno de los patógenos más dañinos
para estos insectos a nivel mundial, Nosema
ceranae,procedente
de Asia. En el CIAPA, cuyo aspecto exterior es el de unas apacibles
instalaciones agrícolas o ganaderas, Higes trabaja junto a su grupo
en un sofisticado laboratorio al que llegan colonias de abejas
enfermas, colmenas contaminadas por múltiples pesticidas y
apicultores preocupados por la salud de los polinizadores, a quienes
tratan de dar soluciones y respuestas.
¿Fue
su llegada al CIAPA el inicio de una nueva etapa para este centro?
Cuando
llegué como funcionario en 1992
apenas había investigación ni contábamos con los laboratorios que
hay ahora. El centro se creó para dar respuesta al sector apícola
de la Alcarria que quería que la miel tuviera Denominación de
Origen y demandaba cursos de formación y ayuda contra la Varroa,
que entró en 1985 en España. Por aquel entonces se
hacía poca investigación
en este centro, pero yo decidí
llevar a cabo aquí mi
doctorado, que duró once años, y leí la tesis en 2008. Desde que
mi compañera Raquel Martín entró en 1999 con una beca
postdoctoral, empezamos a crear un grupo de investigación con el que
logramos el descubrimiento que nos puso en el punto de mira de la
investigación en patología apícola a nivel mundial: la presencia
del hongo microsporidio [parásito intracelular de los
animales que produce pequeñas esporas]
Nosema ceranae,
de origen asiático,
en Apis mellifera,
la abeja europea.
¿Cómo
llega el Centro Apícola de Marchamalo a convertirse en uno de los
referentes mundiales en el ámbito de la salud de las abejas?
Sospechábamos
de N. ceranae
desde 2000, en la etapa en que se empezaron a morir las colmenas
masivamente. Por aquel entonces Varroa
era el principal parásito de las abejas, prácticamente el único
conocido hasta el momento, pero al analizar las muestras procedentes
de colmenas arrasadas encontramos esporas de microsporidio en el
aparato digestivo de las abejas. Entonces solo se conocía a Nosema
apis, un parásito
ya descrito con el que la abeja europea lleva conviviendo mucho
tiempo, y los biólogos nos dijeron que tenía que ser esa especie,
quizá con algún tipo de mutación. Pero los síntomas clínicos
eran otros, así como su fenología. El problema es que solo existía
una publicación de China describiendo a N.
ceranae en su abeja
autóctona, Apis
cerana,
y no había ningún método de detección a nuestro alcance.
¿Qué
hicieron entonces para comprobar sus sospechas?
Logramos
dar con una solución
cuando el laboratorio adquirió la primera máquina de PCR [por las
siglas en inglés de Reacción
en Cadena de la Polimerasa,
también llamada termociclador] en 2003. Todavía no era común
emplear la secuenciación masiva de ADN para detectar la presencia de
patógenos concretos en una muestra, por eso tuvimos que diseñar
nuestros propios primers
[pequeñas
secuencias de ADN que inician la reacción de secuenciación y que
son específicas de cada especie]de
N. ceranae.
En cuanto los tuvimos, empezamos a poner las muestras en el
termociclador y en las primeras reacciones dieron positivo: N.
ceranae
estaba parasitando a la abeja melífera europea. En 2005, comunicamos
la presencia de este parásito asiático en nuestras abejas y en ese
momento saltamos al foco internacional.
«Cuando se nos ocurrió sugerir que el causante de esta mortalidad podía ser Nosema ceranae, tuvimos a todo el sector en contra»
¿Cómo
respondió la comunidad científica ante este descubrimiento?
La
respuestas de los grupos de investigación que trabajan en nuestro
ámbito fue en parte sorprendente, pero también esperable. A finales
de los años noventa se empezó a detectar en Francia el fenómeno de
mortalidad masiva de las abejas, el llamado “síndrome de
despoblación de las colmenas”. Desde el principio, se asoció a
los pesticidas neonicotinoides que se habían empezado a utilizar
allí. A raíz de esto el sector apícola empezó a pedir
indemnizaciones y, cuando se nos ocurrió sugerir que el causante de
esta mortalidad podía ser N. ceranae, tuvimos a todo el
sector en contra. Además, algunos grupos de investigación se
alinearon con la postura de los neonicotinoides e iban a destajo
contra quienes sostenían otras hipótesis.
¿Cómo
es posible que la comunidad científica se oponga a unos resultados
que han sido demostrados?
Muchos
de nuestros compañeros no quisieron darle bola a N. ceranae
porque cuando alguien se ha convertido en referente saben que si sale
un proyecto o publican cualquier trabajo al respecto es esa persona
la que va a revisarlos. Si son más competentes en otro problema,
como Varroa, por ejemplo, tratan de argumentar que ese
problema es el fundamental para que cuando salgan las líneas de
investigación se vean favorecidos. También hay competencia por la
autoría de los descubrimientos y luchas por el reconocimiento. Pero
nosotros trabajamos con muchos grupos de muchas universidades de
España (en la Complutense, en Murcia, en Castilla y León…) y
acabamos entrando en contacto con quien trabaja con Nosema y,
en conjunto, formamos una red muy grande.
«No existen registros históricos de prevalencia de las enfermedades que afectan a las abejas, por tanto, hasta hace poco no hemos tenido con qué comparar las epidemias»
Junto
a N.
ceranae
existen otros parásitos, entre ellos diversos virus, que se hospedan
en la abeja melífera europea y otros polinizadores. ¿Qué saben a
día de hoy de su presencia en nuestras colmenas?
La
muerte masiva de colonias que tuvo lugar a principios de los 2000,
sobre todo en el sur de Europa, probablemente se debió en gran
medida
al ataque de N.
ceranae,
porque la prevalencia era muy alta entonces.
Sin embargo, y aunque los datos sobre N.
ceranae
siguen siendo muy similares, no podemos saber si ahora se están
dando las mismas circunstancias que entonces o si es otro parásito
el que más está influyendo, porque no existen registros históricos
de prevalencia de las enfermedades que afectaron a las abejas en el
pasado y, por tanto, cuando nos hemos encontrado frente a una
infección por Nosema,
por Varroa
o por algún virus, no hemos tenido con qué comparar la epidemia.
Por
esta razón hemos ido haciendo una serie de estudios para empezar a
tener esos datos poblacionales de los distintos parásitos a lo largo
del tiempo y empezar a comprender sus fluctuaciones.
¿Y
desde cuándo están llevando a cabo esos estudios?
El
primer estudio a nivel nacional lo hicimos en
los años 2006 y 2007 y el segundo fue en 2010 y 2011. Los datos
recogidos nos permitieron ver que N.
ceranae
y Varroa
destructor
tenían un patrón poblacional ascendente, mientras que N.
apis
estaba estabilizado. También detectamos la presencia de diversos
virus poco estudiados hasta entonces, como el de las alas deformes
[DWV por sus siglas en inglés] y el de las realeras negras e,
incluso, tripanosomátidos, como Lotmaria
passim,
sobre el que estamos trabajando ahora.
El último de estos estudios lo hemos hecho con muestras de 2014 y
hemos visto que N.
ceranae
tiene ya una prevalencia estable del 75%.
Pero
las colmenas no solo sufren la invasión de todos estos patógenos,
sino que además se enfrentan también a los pesticidas y
probablemente otros químicos que se emplean en agricultura hoy en
día. ¿Cuáles son y cómo llegan hasta las colmenas?
En
el proyecto de 2014 también analizamos las colmenas mediante
muestras de polen y de cera, que son bioacumuladores de sustancias
químicas, y en ellas hemos encontrado acaricidas como cumafós
y fluvalinato, o los insecticidas clorfenvinfos
y clorpirifos, que los apicultores aplican tratando de controlar los
patógenos. Además,
las láminas de cera que se compran y se meten en las colmenas ya
vienen llenas de contaminantes, como los pesticidas organofosforados
y piretroides, que alteran el metabolismo de las abejas impidiendo su
normal desarrollo. Es sorprendente, pero hasta ahora parece que nadie
se ha planteado el daño que estas sustancias pueden causar o han
preferido mirar para otro lado.
Cabe
preguntarse ahora si han estudiado ya las posibles interacciones
entre todos estos agentes, naturales y químicos, que están asolando
las colmenas desde tantos frentes distintos. ¿Qué puede contar
sobre ello?
Efectivamente,
una vez que hemos identificado a todos los patógenos de las abejas,
vamos a comenzar un proyecto que se va a centrar en los efectos de
las interacciones entre los más frecuentes. Probablemente, la causa
de la destrucción de las colmenas sea la suma de todo. Todas las
abejas tienen ahora mismo el DWV insertado en su genoma, por ejemplo,
del mismo modo que nosotros tenemos el de la varicela. Lo que sucede
es que, cuando bajan sus defensas por la acción de Varroa
o Nosema,
el virus se replica y provoca una infección abierta.
En
el nuevo proyecto también queremos comprobar la toxicidad crónica
de los pesticidas,
las sinergias entre ellos y
cómo interfieren con los patógenos, mediante infecciones
controladas en laboratorio, primero, y con experimentos en
condiciones controladas en el campo, después.
Vamos a
tratar de eliminar los plaguicidas de la cera para ver
si así podemos
controlar mejor a los principales patógenos. Si
esto es posible, podremos sugerir la creación de
una normativa que limite la aparición de residuos en la cera.
«Cuando acabé mi ponencia y pregunté por la causa de la prohibición de tres neonicotinoides únicamente, el comisario europeo solo me dijo que se trataba de una decisión política»
De entre todos los pesticidas parece que los neonicotinoides se han ganado la aversión de gran parte del sector apícola y de los ecologistas y el público general también, pero usted aún no los ha mencionado ¿Qué opina de su prohibición?
Lo
que ha sucedido con los neonicotinoides es realmente curioso. Cuando
se puso el foco en estos pesticidas en Francia, a finales de los
noventa, el Ministerio de Agricultura francés decidió prohibirlos
antes de que se tuvieran evidencias científicas, que llegaron en
2001. Probablemente querían
vengarse de Bayer, una de las empresas fabricantes de esos
pesticidas,
que acababa de absorber a su rival francesa, Rhône-Poulenc.
Pero
realmente no sé qué habrá detrás de esas decisiones y me
preocupa. De hecho, el año pasado tuve la oportunidad de preguntarlo
en la Comisión Europea, cuando nos llamaron a varios científicos el
día anterior a la votación de todos los países contra los
neonicotinoides. En mi presentación mostré al comisario que
en la literatura
científica había la misma cantidad de información sobre los
neonicotinoides que sobre Nosema,
Varroa
u otras posibles causas del síndrome de despoblamiento de las
colmenas. Mostré mi sorpresa por que se pusiera el foco solo en tres
de los muchos plaguicidas existentes. Cuando al acabar pregunté por
la causa de esta prohibición, el comisario solo me dijo que era una
decisión política. Están
vendiendo a la opinión pública que al prohibir los neonicotinoides
se soluciona el problema y eso es falso porque las colmenas se siguen
muriendo.
Entonces, ¿los neonicotinoides no deberían preocuparnos aquí pese a la alarma lanzada desde la Comisión Europea en 2018?
En
nuestras colmenas los neonicotinoides no tienen un peso decisivo, lo
cual es esperable por la estructura agraria que tenemos en España,
en la que predominan el olivo, la vid y el cereal, que no se tratan
con neonicotinoides Es más, ninguna de las revisiones bibliográficas
sobre la presencia de residuos de plaguicidas en las colmenas dice
que los neonicotinoides sean los más prevalentes. Realmente todas
ellas apuntan a los acaricidas y a los insecticidas organofosforados,
entre otros problemas, pero se decidió prohibir algo que, aunque
quizá en determinadas zonas está causando el descenso de las
poblaciones de abejorros y contaminando el agua de consumo humano, no
es el mayor de los problemas en lo que respecta a las abejas. Como
investigador me produce una gran desmoralización que se esté
gastando tanto dinero en generar mucho conocimiento al respecto y que
a nivel político solo se haya tomado una decisión sesgada, cuando
en Europa que requieren medidas políticas igual de firmes para
luchar contra Varroa, Nosema y muchos otros
insecticidas. Y el conflicto que veo a medio plazo es que, si sigue
esta tendencia, se van a ir prohibiendo en cadena más sustancias y
sería importante saber en qué va a consistir la búsqueda de
alternativas.
Si
esto es así, ¿cuál cree que será la alternativa cuando ya se
hayan prohibido todos los plaguicidas?
Aunque
sé que no es un asunto fácil, mi visión es que en Europa, como en
el resto del mundo, vamos a tener que seguir produciendo alimento
para mucha gente y con la agricultura actual y el escenario que
plantea el cambio climático, con plagas cada vez más difíciles de
combatir, se va a tener que seguir utilizando algún producto. Si no
hay plaguicidas, porque se hayan ido prohibiendo poco a poco, la
alternativa que encuentro es el uso de plantas modificadas
genéticamente. Hasta ahora, en Europa están teniendo muchas
restricciones, pero si van prohibiendo todos los insecticidas, no va
a quedar otra que emplearlas, ¿Y si se abre la mano en el uso de los
transgénicos, va a ser más o menos perjudicial para los
polinizadores? Hay datos que indican que no, otros que sí. Acabando
con una parte del problema, quizá estamos generando otros.
«La apicultura profesional está en el sur, con mayor número de colmenas y con unas condiciones climáticas y una práctica apícola distintas a las del norte, más tradicional, pero contaminado por otras sustancias»
Pero,
entonces, ¿cuál
sería un buen enfoque para estudiar y abordar el conflicto entre
prácticas agrícolas,apicultura
y patógenos?
Actualmente
ya se
están intentando estandarizar protocolos de trabajo a nivel europeo
y se están haciendo modelos matemáticos para predecir el
comportamiento de los patógenos y de las colonias según las
condiciones ambientales. Todos estamos buscando
un modelo en el que, introduciendo la cantidad de patógenos que haya
en una población, obtengamos el valor de un índice de salud
de la colmena. El
principal problema es que no se está llevando a cabo una
investigación regionalizada, que encuentro necesaria por las
diferencias climáticas y agrícolas
que existen entre el norte y el sur de Europa.
En el sur encontramos una apicultura profesional, con colmenares más
grandes, mucha cría, mucha Varroa y un solo pico de
crecimiento anual ligado al clima, que favorece la prevalencia de
N. ceranae. Además, la agricultura de secano se ha tratado con
gran cantidad de herbicidas. Por su parte, en el norte de Europa la
práctica apícola es más tradicional y menos intensiva. Aquí
Nosema es menos virulenta que en el sur y todavía está
bastante presente N. apis, pero tienen muchos problemas con
sustancias que han contaminado el suelo y las aguas por su abundante
uso en los cultivos intensivos de colza.
Sin
embargo, ahora ha salido Horizonte2020,
el Programa Marco de la Unión Europea que va a destinar siete u ocho
millones de euros a estos proyectos,
y creo que los gestores no tienen intención de que se aplique este
enfoque regional.
Si
usted pudiera hacer una propuesta,
¿cómo salvaría a las abejas?
Yo
propondría que no desaparecieran las ovejas del campo,
que
se mantuviera el sistema agrario que ha habido aquí siempre,
porque tendría
un impacto mucho más positivo para el medio ambiente que echar
herbicidas. Con la presencia de ganado se
controla la aparición de las hierbas no deseadas,
así como la aparición de muchas plagas, que ahora mismo proliferan,
entre otros motivos,
por la madera que queda putrefacta en el campo. En mi pueblo, cuando
estaban las ovejas, los romeros florecían, el espliego también… Y
ahora hay flora invasiva y el agricultor, como ya no pasan los
rebaños después de cosechar, tiene que echar más herbicidas. Estos
cambios en el uso tradicional del campo nos llevan hacia unas
técnicas agrícolas diferentes que tienen impacto sobre los
polinizadores. Por otro lado, las abejas son unos animales muy
resilientes y probablemente puedan amortiguar los efectos de la
contaminación ambiental mucho más fácilmente que otros
polinizadores. Creo
que son mucho más sensibles los saltamontes, las mariposas, los
abejorros. Si quedaran solo las abejas, podrían seguir cumpliendo
una parte de su trabajo,
pero hay gran cantidad de insectos en peligro de extinción que
cumplen muchas otras funciones aparte de la de polinización y ahí
habría que poner también el foco.
¿Cómo
se imagina el mundo si no logran frenar la desaparición de las
abejas?
No
me suelo poner catastrofista. Están más afectados otros
polinizadores que las abejas. Las de las abejas son colonias muy
resilientes y que están manejadas por un apicultor, que si se muere
una compra otra. En un caso extremo lo que en España podría pasar
es que en lugar de haber tres millones de colmenas hubiera uno,
porque ni el medio ambiente soporte una carga mayor y desaparezcan
flores. Se están perdiendo muchos ecosistemas, por la sequía pero
también por muchas prácticas agrarias. Hemos cambiado las mulas por
tractores de 500 caballos. Te dan dinero por cada hectárea en la que
echas semillas de girasol aunque no lo recojas y le echan
tratamientos. Y sí creo que puede influir el uso de los herbicidas
totales que se están cargando muchos ecosistemas, por lo que el
problema es global y va mucho más allá de las colonias de abejas,
pero parece que no interesa todavía afrontar con decisión la
situación que se nos viene encima.
Un déficit de este compuesto puede agravar la aparición de enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes
El 62% de las mujeres asturianas embarazadas que forman parte del estudio presentan niveles inferiores de vitamina D a los recomendados por los expertos. Del total de las gestantes, el 27% tienen deficiencia, es decir, que carecen de vitamina D y el 35% insuficiencia, no llegan al mínimo recomendado, según el estudio de Prevalencia de deficiencia e insuficiencia de vitamina D y factores asociados en mujeres embarazadas del norte de España, Ana Cristina Rodríguez-Dehli y colaboradores.
Comparación de los niveles de Vitamina D en verano y durante todo el año// Fuente: estudio
El estudio establece que el nivel de suficiencia recomendado de esta vitamina es a partir de 30 ng/ml (nanogramos por mililitro). Además, la mayoría de expertos aceptan la definición de deficiencia por debajo de 20 ng/ml e insuficiencia entre 20-29 ng/ml. Sin embargo, existe cierta controversia de cuáles son los niveles óptimos.
La vitamina D es esencial en la absorción de calcio y fósforo del organismo, es como un pegamento que hace que el cuerpo pueda absorber mejor estos componentes. Son muchas las investigaciones que se han realizado sobre este compuesto, y los resultados muestran que un déficit del mismo podrían ser un agravante en la aparición de enfermedades como diabetes tipo 1 y 2, enfermedades cardiovasculares, infecciones, obesidad o asma. Así como también, algunos tipos de cáncer como el de colon, mama, próstata y ovario y de ciertas enfermedades neurológicas como la depresión o esclerosis múltiple. El estudio revela que las mujeres con sobrepeso y las menores de 25 años son un grupo más propenso a sufrir la carencia de este compuesto. Por consiguiente, niveles bajos de esta vitamina durante la gestación se han asociado con un aumento de efectos adversos en el desarrollo y crecimiento fetal; como son la preeclampsia – la hipertensión arterial durante el embarazo – o la diabetes gestacional.
La vitamina D es esencial en la absorción de calcio y fósforo del organismo
La mejor forma de acceder a esta vitamina es mediante la exposición solar, siendo, por tanto, su limitada exposición la primera causa de su deficiencia. como es el caso del norte de España, donde escasea gran parte del año. Pero existen complementos y alimentos, como algunos pescados azules, lácteos o huevos que la contienen, y cuyo consumo es recomendable en este tipo de circunstancias.
Cada vez hay más estudios que plantean la necesidad de ingerir este complemento durante la gestación, aunque sin evidencias exactas que garanticen ni establezcan cuál es la dosis adecuada.
Para obtener los resultado se ha analizado a mujeres embarazada de 10 a 13 semanas y de edades comprendidas entre 18 y 42 años mediante un cálculo analizando la dieta de las participantes – con un cuestionario de más de cien preguntas – y los suplementos que tomaban. Sin embargo, tan solo el 8,6% afirmaron consumir esta vitamina. No obstante, esto no sucede solo en las embarazadas, puesto que en los últimos 10-20 años se ha observado una tendencia mundial a la caída de los niveles de vitamina D, sobre todo en la población más joven.
Robert Jütte (Warstein, 1954) is Director of the Institute for the History of Medicine of the Robert Bosch Foundation and Adjunct Professor of History at the University of Stuttgart. Besides working as an editor for the medical-historical magazine Medizin, Gesellschaft und Geschichte(Medicine, Society and History) and coeditor of the Jewish history magazine Aschkenas , Jütte is chairman of the steering committee of the Scientific Board of the German Medical Association (Wissenschaftlicher Beirat derBundesärztekammer). In midst of a controversy that has surrounded the alternative medicine practices in Spain, the recently awarded Doctor of Hebrew Letters honoris causa sits down to discuss, after his conference at the University of Valencia, the placebo effect and the homeopathic treatment.
Do you think placebos can, not only relieve pain, but actually heal a
patient?
Absolutely. And there are objective results which you can see in the laboratory, in blood tests, etc. They won’t cure everything, but pain, for example, can be treated with placebos. Unfortunately, there are not many studies showing in which clinical cases it would be okay to treat with a placebo but there is evidence that patients suffering from pain, depression, chronic fatigue and rheumatic diseases have gotten better due to this type of treatment.
How long does the placebo effect last?
People believe that placebos do not work in the long term
but this is not particularly true. Trials with sham knee arthroscopy surgery
for example, indicate that placebos can have a long term effect lasting up to a
year, producing, by the way, the same positive results as conventional surgery.
Knowing what we know now about how powerful placebo effects can be, do we have to question the outcomes of previous clinical trials not involving a placebo group? Should we look back and question past research statements?
I wouldn’t want to describe it as revolutionary but the deeper knowledge on the placebo effects definitely challenges medicine, as well as pharmaceutical and biomedical studies. Why? Because it works, there is nothing in it, but it works. The former conception in which placebos where used just to prove that a certain drug worked better has to be questioned. We need to be very skeptical and look back into past studies to see if the methodology was correct and if negative results concerning the active drugs tested were completely published. Also, if the difference between the drug and the placebo is not significant then the use of the latter should be considered as a therapeutic alternative. Placebos are not only cheaper, but they have also no related significant side adverse effects.
Why should people pay to be prescribed a placebo if they could take a less expensive “drugstore candy” and, if believing hard enough that it will work, get the same effect?
Many factors
determine if a placebo works or not. Besides the importance of the therapeutic
context related to doctor/patient relationship, the drug itself has to have
certain physical characteristics. There are studies that show that people trust
blue pills more than pills of other colors, for example. The same happens with
size and shape. I once had a discussion with a health economist in Germany who
said that if there is enough scientific evidence that prove that placebos work
then the health insurance should pay for it, whether it has an active component
or not. But the real question is not who pays for it but who produces it. It
would be necessary to cooperate with the pharmaceutical industry which will
certainly not be happy about it.
Why not? Will the pharmaceutical companies be worried that the demand
for other more expensive drugs would decrease?
The pharmaceutical industry would face a mayor structural problem. Big pharma has already been criticized for their incredibly high price. How would they be able to justify the price of a pill that has no expensive active components compared to one that does? Furthermore, placebos could not be sold under a brand name. So we might face the same problems as with biosimilar drugs, which are those identical copies of an original biological product but manufactured by a different, usually not so renowned, company. Studies show that if a drug is cheaper and is not sold under a trade name, people tend to believe that it is of a lower quality and so it will not work as well. You see? We already have encountered this problem in clinical practice. In case of a good doctor/patient relationships, people would take the biosimilar drugs if their physicians tells them convincingly to do so, and explains them that they work the same.
You have been mentioning the importance of the doctor/patient relationship. In real life whether you feel empathy with your doctor or not is not something that can be controlled by the health care system. How do you think this limits the possibility of using placebos in day to day medical practice?
You don’t meet the patient in a vacuum. The patient is part of a medical and healthcare system that needs to be improved. Giving more time for doctors not to speak but to listen to their patients can make a huge difference. And I am not talking about hours. Research has shown that even five minutes can be enough if the patient feels that he is being listened to. It is about the quality not the quantity of the communication. Nowadays doctors hide behind the laptop screen, typing the diagnosis and the prescription, while the patient sits there, waiting. On the other hand, the users of the healthcare system, the patients, have the responsibility to cooperate and be sure to have trust in with their doctors. People shouldn’t keep on going to a doctor they don’t feel comfortable with.
Do you think one day placebos will be prescribed by a doctor as any
other medicine?
This can only work if we have more of this innovative
research using the open label approach in which the doctor tells the patient: “You
are getting a placebo. You don’t know what a placebo is? It is just a sugar
pill!” And this works. Maybe not in every case but so far we have eight studies
with positive results for different kind of illnesses like depression,
migraine, attention deficit disorder, among others. The experimental design shows that even if
you tell the patient that it is placebo, it works.
Is there any
resistance from the scientific community to take placebos seriously?
Despite the fascinating promising results that have been published in major journals , there are still many doctors who think that the old way works better. After you have studied at least 5 years at a medical school plus the specialization and practical training, you are convinced that it can´t be possible to get the same results from doing a little bit of voodoo as by applying the knowledge you got from medical school. The placebo studies done on the diseases previously mentioned show that almost the same effects can be achieved by using the placebo effect, this is a shocking insight, I can´t blame them, but they need to be more open minded about other available therapeutic solutions.
«I see this anti-homeopathic waves coming and going. Sometimes it comes just when the journals do not have anything to report so they go back to writing about it.»
Some of the practices of complementary and alternative medicine have
recently become a controversial topic in Spain. At the end of last year the
Spanish government released a plan to fight against any non-evidence-based
medical practice. Among those practices homeopathy is one of the most known and
used. What is your opinion on the governmental regulation of this type of
practices?
As a historian I have to say that since the 19th
century governments have tried to ban homeopathy and it just doesn’t work.
Homeopathy has been kept alive by the patients who believe that it works for
them and if they have difficulties in getting it funded and distributed they
will find a way. It is the patient who decides what he wants to get and the
only governmental duty is to make sure that the homeopaths are trained
professionals. In India, for example, a homeopath can´t prescribe aspirin and
doctors cannot prescribe a homeopathic treatment. Each one with its own
specialty. The patient is the one to
decide to trust a homeopathic physician or a conventional doctor. I see this anti-homeopathic waves coming and
going. Sometimes it comes just when the journals do not have anything to report
so they go back to writing about it.
Do you believe that homeopathy is in some way the result of a placebo
effect?
Homeopathy is not equal to a placebo, but it achieves the best placebo effect imaginable. It is highly individualized andit does not only apply to highly diluted drugs. The father of homeopathy, Samuel Hahnemann, always said that homeopathic treatment has three pillars on which it stands: the drugs, the full trust in the doctor and his therapy and dietetics (including life style changes). Marriage, exercise and a good sexual life are all factors which contribute to improve one´s health or to recover from illness. So homeopathy is actually a combination of several factors that makes it the perfect placebo.
How do you envision the use of both
placebos and homeopathy in the future?
I hope that
due to the placebo studies we will be less confident of what we think we know.
The most important thing is to start having a pragmatic approach to healing and
to acknowledge that despite all the fantastic discoveries in biomedicine, there
are other treatments available. We shouldn’t forget that the majority of
illnesses treated by doctors, especially by general practitioners, are not
severe cases and that we should use any approach available to alleviate and
help this patients. Placebo, homeopathy and other alternative methods should
play an important role in medicine. Otherwise we will not cope with the
demographic development of people getting older and sicker, where the only
solution seems to be the use of expensive drugs that, in the long run, no
health care system can actually afford anymore.
El profesor de la UMH participa en un proyecto de investigación, en colaboración con la Universidad de Murcia, denominado Desarrollo y estudio de algoritmos para búsqueda del mejor modelo econométrico en problemas de ciencias de la salud.
Antonio Peñalver, subdirector del Grado en Ingeniería Informática en Tecnologías de la Información de la UMH, lleva ligado a la universidad más de una década, aunque fue el pasado 2018, cuando consiguió su plaza como profesor titular. Además de sus clases a alumnos de grado, la participación en proyectos de investigación es la segunda vía por la que este profesor, nacido en Orihuela (Alicante), desarrolla su carrera profesional. Actualmente lo hace en un equipo multidisciplinar formado por investigadores de la rama sanitaria, otros de estadística y matemáticas y dos de la rama de informática-él es uno de ellos- en un proyecto en el que economía y salud están íntimamente relacionados, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Los modelos econométricos predicen magnitudes económicas a partir de cambios en las variables del modelo. La subida de un tipo de interés y las modificaciones de esas variables pueden dar al traste con la economía de un país. En ciencias de la salud, la aplicación de estos modelos, pueden ayudar a una pareja a mejorar sus condiciones fértiles de cara a poder concebir un hijo. Un problema, el de la infertilidad, que afecta en España a unas 800.000 parejas. Actualmente el 3% de los bebés españoles nacen mediante reproducción asistida. Cuando finalice este proyecto, dentro de algo más de año, los profesionales de la salud podrán trabajar con una herramienta que les proporcionará datos precisos para reducir este problema. Se trata de un proyecto innovador, el primero de este tipo que se lleva a cabo en una universidad, que puede ser útil cuando sea posible su aplicación real en hospitales.
P. ¿De dónde surgió la idea del proyecto? ¿Hay algún antecedente sobre esta investigación?
R. Hay otros proyectos que aplican modelos econométricos a problemas de salud en aspectos muy puntuales, pero un algoritmo que encuentre el mejor modelo econométrico es novedoso, no se había planteado antes. Es lo que hace diferente a nuestro proyecto y lo que determinó que contáramos con la financiación necesaria.
P. En este proyecto están presentes cuatro aspectos de las ciencias de la salud, vinculados todos ellos a problemas de reproducción humana ¿Por qué los problemas de infertilidad?
R. Porque las personas que han mostrado interés en trabajar con estos modelos han sido profesionales de estas ramas. No es que los algoritmos y técnicas que presentamos y con las que trabajamos solo sirvan para estos problemas, es simplemente porque algunos miembros del equipo habían trabajado previamente en investigaciones similares y estábamos en contacto con algunos equipos de trabajo que desarrollaban sus acciones en esta temática.
P. Cualquier problema de salud latente, ¿podría beneficiarse de los avances de esta investigación?
R. La idea es que, el programa, una vez entrenado, sea capaz de encontrar el mejor modelo que explique datos de cualquier tipo y pueda aplicarse a cualquier problema relacionado con la sanidad, no solo a los relacionados con la infertilidad, claro
P. Se trata de poder ofrecer al paciente un tratamiento personalizado ¿de qué manera?
R. Pretendemos que un investigador, que tiene una base de datos de pacientes, utilice una interfaz de usuario sencilla en la que crea un proyecto. Para darle forma al mismo, sube una tabla con los datos que recoge de cada una de los pacientes, etiqueta cada una de las variables que va a tratar, e incluso puede poner condiciones al modelo, marcando algunas de ellas como obligatorias. Luego el programa recoge toda la información, hace una llamada al equipo que hace los cálculos y, dependiendo del tamaño del problema, esta decide si lo resuelve desde un computador normal o desde un supercomputador. Dependiendo de la complejidad, los resultados pueden estar listos en unas horas o pueden tardar incluso un día. Cuando el programa detecta que ya se ha hecho el trabajo, envía un correo electrónico al investigador para que los consulte y analice.
«El objetivo final es que el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar»
P. ¿Cómo es esa interfaz?
R. “Hemos creado una interfaz de uso sencillo donde pueden introducirse las variables”, usarlas, etiquetarlas y controlarlas según sus necesidades. Una herramienta para el profesional donde puede realizar pruebas. Lo que él observa es una interfaz de usuario gráfica donde puede apreciar qué consecuencias tiene introducir un determinado shock en una de las variables.
P. ¿Qué supone la introducción de este shock?
R. Muy sencillo. Queremos saber qué le sucede al paciente si se le sube la dosis de antibiótico, ese el shock, el aumento de esta variable. ¿Qué pasa entonces? ¿mejora su presión arterial?- que es otra variable- ¿desciende la temperatura?- otra variable- ¿o sigue todo como hasta ahora? Lo bueno es que se pueden hacer averiguaciones previas a cómo se comportará un cuerpo ante modificaciones en la dosis de un medicamento, por ejemplo. Comprobar cuál será la respuesta del paciente y decidir después si llevar a cabo el tratamiento. El objetivo final es que el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar.
«Esos modelos que se han utilizado tradicionalmente en economía no se le había ocurrido a nadie emplearlos también en medicina. Algo que se lleva haciendo hace más de cincuenta años en el ámbito de la economía puede aplicarse a un contexto diferente»
P. Han necesitado la colaboración de especialistas en supercomputación y de una infraestructura muy concreta ¿Cómo es trabajar con una supercomputadora?
R. Trabajamos con una supercomputadora situada en la Universidad de Murcia, en un centro específico que cuenta con esta infraestructura, aunque la parte de supercomputación es solo una parte del proyecto.En esta investigación se manejan una cantidad de variables muy altas lo cual dificulta la búsqueda del mejor modelo econométrico. Requiere una capacidad de cómputo muy alta, hasta el punto de que un ordenador normal puede no ser capaz de proporcionar una respuesta en un plazo de tiempo determinado. Ahí entra la función de la supercomputación. Al final, “esta máquina no es más que un ordenador que tiene muchos procesadores y es capaz de repartir el trabajo a realizar entre todos ellos, por eso los resultados se obtienen en menor tiempo. Es capaz de probar millones de algoritmos diferentes para encontrar el mejor modelo, la mejor solución a cada uno de los casos”.
P. ¿Qué cantidad de datos y operaciones pueden hacerse al día con ella?
R. La cantidad de operaciones que realiza uno de estos supercomputadores se mide en Mega Instrucciones por Segundo (MIPS) y depende mucho de la naturaleza de la máquina. Pero lo fundamental es el número de procesadores que tiene. Aunque, en realidad, ese aspecto para el equipo no es relevante porque nosotros no innovamos en supercomputación, simplemente lo utilizamos para que haga cálculos a la mayor velocidad posible.
P. ¿Cuál es el papel del médico o facultativo en esta cuestión?
R. Sus conocimientos son esenciales para trabajar con todas las variables. Nosotros no somos expertos en medicina y no sabemos qué modelos hay que emplear. El que debe tener una intuición sobre lo que puede afectar o no al paciente es el facultativo. El perfil del especialista al que va dirigido es el de un investigador y no tanto un facultativo de atención primaria. El objetivo final es que, el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar.
«No buscamos una patente de software con la que enriquecernos. Lo que queremos es que cualquiera que lo necesite lo pueda utilizar«
P. Todo se basa en la aplicación de modelos econométricos a problemas de salud ¿se podría concluir que son dos aspectos (economía y salud) que no están tan distanciados como pensamos?
R. Para mí, los conceptos son claramente distintos. Lo novedoso de este proyecto es que herramientas similares pueden utilizarse para problemas parecidos. Esos modelos que se han utilizado tradicionalmente en economía no se le había ocurrido a nadie emplearlos también en medicina. Algo que se lleva haciendo hace más de cincuenta años en el ámbito de la economía puede aplicarse a un contexto diferente.
P. ¿El proyecto será aplicable en hospitales con financiación privada o también los integrantes de la Seguridad Social?
R. A cualquiera que esté interesado. Como investigadores lo que nos preocupa es darle difusión al proyecto y no hemos pensado en la aplicación real en ningún centro en concreto. Obviamente, lo que queremos es que cualquiera que lo necesite lo pueda utilizar. No buscamos una patente de software con la que enriquecernos.
Aquesta frase tan contundent sobre la premsa és d’Anna Mateu, llicenciada
en Periodisme per la Universitat de València (UV), per lo qual sap del que
parla. En aquesta mateixa institució es va doctorar en Comunicació l’any 2016,
on va desenvolupar la tesi “Inicis i desenvolupament del periodisme ambiental
al País Valencià: la conscienciació sobre qüestions ambientals a través dels
gèneres d’opinió”. Gràcies a aquesta, ha rebut el Premi extraordinari de
Doctorat 2017-2018, investigació que està centrada en el començament del
periodisme ambiental al territori valencià, especialment en la dècada del 1970
al 1980.
A més, des del 2006, és la cap de redacció de
Mètode, la revista de divulgació de la ciència de la UV, on desenvolupa la
tasca de periodista especialitzada en temàtica mediambiental.
P: D’on et va néixer l’idea de desenvolupar aquesta tesi?
R: Tot va néixer arrel d’un treball
que vaig fer quan cursava la carrera de Periodisme. A tercer de carrera, en
l’assignatura de Gèneres d’Opinió havia d’entrevistar un columnista. Llavors
Martí Domínguez, el meu professor, em va dir que busques algú pròxim per a
poder entrevistar i aleshores vaig pensar en Josep Lluís Marqués, columnista
del diari Las Provincias. Marqués em
va comentar que els seus inicis en aquest gènere d’opinió foren articles en
contra del pla d’urbanització de El Saler. El tema em cridà ràpidament
l’atenció. Quan vaig finalitzar el grau, em vaig adonar que ningú havia
estudiat els inicis del periodisme ambiental en el País Valencià i aleshores jo
em vaig llançar a analitzar el desenvolupament del discurs mediambiental,
especialment als anys 70 i 80.
P: I com has vist eixa evolució? Creus que hi ha un
avançament en el tractament?
R: Crec que no. És a dir, als anys
70 hi va haver com una mena d’eclosió al territori espanyol. Van coincidir el
final de la dictadura i el naixement del moviment ecologista, que s’uniren al
moviment antifranquista veïnal que ja estava present. Aleshores tot això es va
juntar en contra de la urbanització, reclamant El saler per al poble, que es
convertí en l’eslògan de la campanya. Trobaren com una forma més encoberta o
permesa de lluitar contra el règim de Franco. Fou tal la magnitud del moviment
que el diari Las Provincias feu una
campanya mediàtica i es volcà amb ells,
donant-li una cobertura que mai s’havia vist fins a eixe moment sobre
una temàtica mediambiental.
No obstant, amb l’arribada de la
democràcia, els governs començaren a institucionalitzar la qüestió de la
protecció del medi ambient. Açò va provocar que la gent del moviment ecologista
se’n anés al polític, perdent així influència com a poder social. Això és un
dels motius pels quals al País Valencià no s’ha tornat a tindre una cobertura
mediàtica sobre algo mediambiental amb tanta magnitud, tot i que al territori
tenim grans exemples de processos d’urbanització salvatges com aquell.
P: Llavors, quines diries que són les principals conclusions
que has tret d’aquesta tesi?
R: Què la premsa realment no ha tingut en compte el medi ambient
des d’aquella primera eclosió a finals dels anys 70 i principis dels 80, i
encara que parle del País Valencià, si mirem la resta del territori espanyol
passa un poc el mateix. La premsa ha perdut el interès. Els temes estan
presents, però no trobem reflexió. En les columnes d’opinió no trobem
periodistes que parlen amb pes ni que reflexionen ni divulguen sobre medi
ambient. Ara bé, tampoc vull ser pessimista, ja que si mirem el panorama general
trobem nous espais i bons, com la revista Ballena
Blanca o ara, en À Punt trobem el programa Samaruc… És a dir, que també
hi ha al panorama comunicatiu bones iniciatives sobre informació ambiental i
periodistes ambientals, però a nivell general no és un discurs prioritari en el
camp informatiu.
“El medi ambient no és un discurs prioritari en el camp informatiu”
P: A què es deu eixe buit de qüestions ambientals en la
premsa?
R: No et sabria molt bé que dir. En
principi, per que el tema del medi ambient està vist com una qüestió menor. La
pèrdua d’aquest interès està relacionada en que la gent ho veu com algo que
depèn dels polítics i no tant d’ells. Per l’altra banda, els i les professionals
del món del periodisme no solen tindre un gran bagatge científic, pel que no li
donen tanta cobertura, ja que no és un àmbit en el que estan especialitzats. No
obstant, cal assenyalar que cada cop es troben més periodistes científics,
sobretot en la rama del medi ambient i la salut.
P: És l’aparició d’Internet i de les xarxes socials un dels
motius que ha afavorit aquest increment de periodistes mediambientals?
R: Pense que sí, ja que ofereixen
noves possibilitats i nous canals per a difondre missatges. Ara bé, crec que
les xarxes socials poden ser un element distorsionador. És a dir, jo, per
exemple, seguisc a una gran quantitat de divulgadors, mitjans i periodistes del
món de la ciència i a mi pot semblar-me que hi ha un alt tractament i una gran
cobertura de l’àmbit científic, però no té perquè ser així. No obstant, sí que
és cert que en els últims anys, més ara arrel de temes com el canvi climàtic,
encontrem més gent especialitzada en ciència.
P: Efectivament, temes com el canvi climàtic o el calfament
global ha donat lloc a una major aparició d’aquest tipus de periodisme.
R: Però hem de parar-nos a analitzar
realment el tipus de tractament que donen els periodistes a aquestes qüestions
ambientals, ja que molts cops el que fan els periodistes és agafar aquests
temes i utilitzar-los políticament. Per exemple, molts parlen de canvi climàtic
però no des d’un punt de vista ambiental, sinó polític, ja que ho utilitzen per
criticar els governs, partits… Precisament, nosaltres vam fer un estudi que parlava
d’això, de la politització del discurs sobre el canvi climàtic en la premsa
conservadora.
“Molts parlen del canvi climàtic des d’un punt de vista polític i no ambiental”
P: Vols dir que abans el periodisme estava més compromès amb
la causa mediambiental i que hui en dia té un enfocament més polític?
R: En els inicis la causa també va
ser política. M’explique. És cert que quan analitzava el discurs sobre el
procés d’urbanització de El Saler, vaig trobar columnes escrites per gent del
món científic que parlava de la importància de l’ecosistema i del bosc de la
Devesa per al manteniment de l’Albufera,
ja que esta desapareixeria sense ell. És a dir, que si es tractaven temes
ambientals. Però el discurs prioritari va ser que aquell espai era públic. Per
tant, fou més una reivindicació ciutadana que ambiental.
Ara bé, cal assenyalar que moltes
vegades van unides de la mà. El medi ambient és molt transversal, i per això el
podem trobar a diferents seccions dels mitjans de comunicació, com a economia,
societat o política. Però continua havent una mancança d’un tractament
ambiental específic.
P: Quin deuria ser
l’enfocament que els mitjans haurien de donar-li al tractament del medi
ambient?
R: Fer-lo de proximitat, com s’està
fent últimament. És a dir, cada cop veiem més que s’ha de tractar com una
qüestió propera i fer veure com t’afecta en el dia a dia. Informar que no es
tracta sols de protegir espècies en extinció a l’altra punta del món. De fet,
pel que fa al canvi climàtic, encara que ara aconseguirem aturar l’augment de
temperatura no podríem frenar els seus efectes, perquè ja els tenim presents.
Hem d’acostumar-nos ja al canvi i a les seues conseqüències, i la gent ha de
tindre clar aquest punt. Primer, fer-se la idea a conviure amb ell i, segon,
intentar que no vaja en augment. Aleshores, el periodisme ambiental ha d’anar
un poc per eixe camí, en fer-lo pràctic i molt entenedor de les seues
conseqüències.
P: Aleshores per a tu la importància del periodisme
ambiental per a la societat és…
R: Què és una qüestió de la que
necessitem estar constantment informats, ja que ens afecta en quasi tots els
àmbits del nostre dia a adia i hem de conèixer-la i entendre-la. Per això, em
sembla reconfortant veure com últimament hi ha una major tendència a tractar
temes relacionats amb el medi ambient.
P: Penses que aquest
augment en l’oferta dels mitjans està relacionat amb la major preocupació que
mostra la societat cap a aquest? O que han estat els mitjans qui han posat
l’alarma en la gent?
R: En certa manera, els mitjans de comunicació són un reflex dels
interessos del poble, pel que crec que és per una qüestió de conscienciació per
part de la societat. Encara que és una qüestió que s’autoalimenta. A més, la
gent també és més conscient per que està veient els efectes del canvi climàtic
al seu damunt: incendis, sequera, inundacions, la pluja torrencial…I,
especialment, la població jove s’està involucrant molt en aquest àmbit, punt
que s’hauria de tindre en compte.
P: Amb açò que dius que
la població més jove sembla estar més conscienciada, eres optimista de cara al
futur?
R: Realment no. Per què costa molt el canvi de vida de la
població. Inclús la gent conscienciada del problema, moltes vegades, troba
difícil prendre decisions en el seu dia a dia que lis suposen realment un
esforç, com deixar el cotxe i agafar el transport públic o intentar consumir
menys. És que és un canvi de vida total. A més, s’hauria de començar també per
la política, regulant certs aspectes de la vida que ens obligaren, en certa
manera, a fer eixos canvis. Però no veig que siga un tema central en el debat
polític actual. Aleshores jo crec que estem perdent molt de temps.
P: I que la gent, en
ocasions, sol ser egoista i pensa que ja ho farà altre…
R: Exacte. Tu mires al teu voltant i veus que la gent continua
actuant com sempre, i penses que potser no és tan greu i llavors segueixes amb
el teu model de vida. I estem un poc en eixa dinàmica. Tothom hem de fer una
mica de reflexió sobre com els nostres actes afecten el medi ambient.
Miguel Pita Domínguez (Madrid, 1976) es biólogo y doctor en Genética en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid. Polifacético y entregado a su profesión, Pita compagina su actividad docente con la investigación y la divulgación científica. Es autor de numerosas publicaciones en revistas internacionales en el campo de la citogenética molecular aplicada a la comparación de genoma, así como en estudios etológicos (comportamiento) con seres humanos y animales. Ha realizado estancias de investigación en centros de Chile, Australia y Estados Unidos e imparte de manera regular cursos y ponencias en el extranjero (Argentina, Nicaragua, Chile, México, Italia y Reino Unido). En su faceta divulgadora, destaca su libro “El ADN Dictador” (Ariel, 2017) y su colaboración cada domingo en el programa radiofónico “Tiempo de juego” (cadena COPE) con la sección “La noticia científica de la semana”.
Pregunta: En su libro “El ADN dictador” explica cómo el fin
de los seres vivos es, más allá de su propia supervivencia, conseguir la
supervivencia de su especie procurando que su ADN perdure a lo largo de las
generaciones a través de su descendencia.
Respuesta: Así es, hay un trasfondo de supervivencia como
herramienta para la reproducción. Sin embargo, es necesario matizar que en
realidad no es una finalidad sino la consecuencia de la naturaleza química del
ADN. No hay una finalidad en el sentido de que no hay un objetivo. Lo que
ocurre, por las características del material genético, es que vamos dejando
copias del mismo a lo largo de las generaciones, ni siquiera por el beneficio
de la especie, sino porque en esta extraña carrera sin objetivo el gran
beneficiado es el material genético, más que la especie y más que el individuo.
P: En un ambiente determinado, algunos individuos poseen
rasgos que les benefician en la reproducción. ¿Es éste el filtro que conlleva
la selección natural (SN) sobre el que habla en su libro?
R: Sí, es correcto. La SN resulta ser un filtro. Supongamos una
situación en la que unos individuos sí dejan copia de su material genético y
otros no: diremos que los individuos que se han reproducido se han visto
seleccionados a favor, y lo llamamos SN si es por una característica de ese
material genético y de ese individuo. Explicado de otro modo, afirmaremos que
ha habido un proceso de SN cuando el individuo que se reproduce lo consigue
porque posee un material genético que le confiere ciertos rasgos que le
benefician para reproducirse. Efectivamente, la SN es ese filtro de la
evolución, y necesitamos llamarlo como
tal para comprenderlo.
P: ¿Qué implicaciones tendría en este proceso natural, en esta carrera sin objetivo, el hecho de que el ser humano sea capaz de crear bebés “a la carta” a través de la técnica de edición genética CRISPR/Cas?; ¿cree que se pueden imponer limitaciones a tales prácticas o se trata de algo imparable?
R: El ser humano lleva mucho tiempo jugando a manipular la
evolución de numerosas maneras que hoy nos resultan totalmente naturales: hemos
manipulado los animales para que sean más nutritivos y las plantas para que
crezcan mejor, sean más resistentes y más suculentas. Además, ponemos barreras
a los efectos de la SN de muchas maneras, por ejemplo, curándonos de
enfermedades que seleccionarían en contra de determinados individuos o
simplemente llevando unas gafas. En un ambiente en el que tuviésemos que
competir cazando para sobrevivir, los que necesitamos gafas y no las llevásemos
habríamos sido peores reproductores. Es decir, intervenimos constantemente en
la evolución porque tenemos un cerebro muy desarrollado que nos permite
comprender las consecuencias de nuestras acciones. Un paso más allá, desde
luego, es seleccionar cómo van a ser los individuos que van a nacer. Yo hago
aquí una distinción entre tomar medidas para que los individuos que existen
vivan mejor evitando el sufrimiento, y otra cosa diferente es utilizar
herramientas para generar individuos a la carta con determinadas
características.
P: ¿Hay más contras que pros?
R: Es verdad que esas herramientas, cuya aplicación no es legal
hoy en día, podrían conseguir que nuestra
especie evitase nacer con determinadas enfermedades, lo cual es muy bonito, es
muy práctico y puede ser hasta una buena idea. La cuestión es que si esas
herramientas las utilizamos para seleccionar cuáles van a ser los rasgos de la
apariencia física de las futuras generaciones, cuando menos se abre un debate
moral que hay que resolver. Personalmente, no me parece muy atractivo que
seleccionemos cuál va a ser la apariencia física de las futuras generaciones,
no me interesa. Lo que debemos hacer es sentarnos y hablar sobre ello, no
solamente los científicos, sino todos, ya que son decisiones de la sociedad al
completo.
P: A lo largo de la historia de la ciencia vemos cómo la
técnica ha ido en numerosas ocasiones por delante la regulación; ¿es la edición
genética un caso más en este aspecto?
R: Sí, sin duda. Aquí la técnica va más rápido que la opinión pública y que la legislación. Todos hemos oído hablar el año pasado de la polémica utilización de CRISPR en China y del gran revuelo que levantó. Hay un debate pendiente que se está produciendo demasiado despacio. Se debe puntualizar que
esta técnica, aunque ya está funcionando, todavía no se controla tanto como
algunos científicos que la aplican creen, ni mucho menos como para hacer
extensiva su utilización. No tiene la efectividad de la que se presume.
P: ¿Hasta qué punto condiciona nuestro ADN nuestras vidas?
R: Depende en qué rasgo. El ADN para muy pocos rasgos determina
lo que va a ocurrir en nuestras vidas y para casi todos predispone en mayor o
menor medida. Nacer con una variante genética que determine la aparición de una
enfermedad condicionará nuestras vidas. También podemos nacer con
predisposición a ciertos tipos de cáncer, a ser más alto o más bajo, pero luego
entrarán en juego nuestra dieta y nuestro estilo de vida. Además, encontramos
ciertos rasgos que no tienen nada que ver con nuestra apariencia física, como
puede ser tener un determinado talento para la música o para el deporte.
Lamentablemente, nacer con esa predisposición genética no implica
necesariamente que vayas a ser un gran músico ni a conseguir una medalla en las
olimpiadas.
P: Desde el comienzo del libro llama la atención la ambigüedad
respecto al género de Ale, el personaje protagonista. ¿Qué opinión tiene sobre
la naturalización de las diferencias genéticas o fisiológicas entre hombres y
mujeres para justificar inferiores capacidades de las mujeres en ciencia?
R: Debemos tener muy claras dos cosas: una es que los hombres y
las mujeres somos distintos por naturaleza y la otra es que ninguno es superior
al otro. Los científicos tenemos esto totalmente claro. A lo largo de la
historia se han tomado muchas decisiones aberrantes en nombre de la ciencia
para justificar la desigualdad, el racismo y muchas otras formas de
segregación. Sin embargo, no hay ninguna justificación genética que haga más
válido para la ciencia a un hombre que a una mujer, ni ninguna molécula en el
cuerpo que nos haga mejores o peores científicos. Hombres y mujeres somos
diferentes en algunos aspectos anatómicos, pero ambos tenemos que ser iguales en
los derechos, en los deberes y en las oportunidades, y esto implica todos los
aspectos de la sociedad.
P: ¿Está la genética cerca de conseguir la inmortalidad
humana, de evitar las enfermedades y detener el envejecimiento celular?
R: Los resultados científicos apuntan a que sí, a que nos estamos
acercando a la “amortalidad”. Aquí se suele distinguir la “amortalidad” de la
inmortalidad porque la muerte por causas accidentales siempre estará presente,
pero es verdad que hay muchísimo esfuerzo puesto en evitar el envejecimiento y
en combatir enfermedades: la esperanza de vida en España supera los 83 años. Sin
embargo, yo no estoy plenamente convencido de que vayamos a alcanzar esta
“amortalidad”, ni mucho menos con la calidad de vida que anhelamos. Nuestro
organismo requiere una coordinación extremadamente compleja, con 30 billones de
células trabajando perfectamente orquestadas. Hemos conseguido mantener este
sistema 60 ó 70 años sin descontrolarse, lo que ya me parece fascinante. Mantenerlo
estable y ordenado 300 ó 400 años a mí me parece inverosímil.
P:¿Cuál es el mayor
reto al que se enfrenta la genética hoy en día?
R: Seguramente la edición genética. Es importante manejar a la
perfección esta herramienta porque se está utilizando con unos fines
científicos muy interesantes, pero el mayor reto está en conseguir que la
sociedad comprenda en qué consiste y que se legisle correctamente. Tenemos que
decidir si se aplica en todos los países o en ninguno. No vale con que la
prohibamos en Europa y se aplique en China o América, porque entonces la gente
con posibilidades se desplazará allí donde esté permitida. Estamos creando una
de las herramientas más poderosas de la historia y, si se usa mal, seremos
nosotros quienes carguemos con esa losa. No olvidemos lo que ocurrió con el uso
de la energía nuclear. No me gustaría que los genetistas tuviésemos que vivir
el resto de nuestros años con la cabeza agachada como los físicos nucleares tras
Hiroshima y Nagasaki.
P: ¿Acaso siguen hoy en día la ciencia y los científicos
pecando de positivismo?
R: Sí, la inmensa mayoría de los científicos son personas bien
intencionadas y en el peor de los casos pecamos un poco de inocencia. Son muy
escasos los científicos maquiavélicos o malintencionados. La mayoría de los
científicos lo que quieren es descubrir, conocer, transmitir la verdad y, si
piensan en la sociedad, es para mejorarla, nunca para empeorarla.
P: Y usted como investigador, ¿cuál es el mayor reto al que
se ha enfrentado?
R: En mi pequeño mundo los retos son menos complejos. Yo soy
profesor además de investigador. Mis mayores retos como investigador son, por
un lado, conseguir financiación en una sociedad en la que la ciencia no es
prioritaria como ocurre en la española y, por otro, compatibilizar mi tiempo
con el que dedico a la docencia y a la gestión universitaria. Así que son retos
personales y mundanos, pero afortunadamente esos son mis problemas cotidianos,
que son en el fondo problemas de privilegiado.
P: En su reciente estudio de 2019 con adolescentes tardíos se
relaciona la agresividad física con una disminución del rendimiento académico
pero con una sociabilidad positiva. ¿Están estas conductas condicionadas por el
ADN o por factores sociales?
R: La agresividad ha estado presente a lo largo de toda la
historia evolutiva de nuestra especie. El más agresivo normalmente ha tenido un
mayor éxito superviviente y reproductivo. Quizás por eso la agresividad esté
tan enraizada en nosotros. Los resultados revelan que la capacidad de modular
la agresividad es menor en los adolescentes, que muestran conductas repetitivas
en todas las sociedades. En esta época del desarrollo, el animal que llevamos
dentro es muy visible. Resulta particularmente interesante estudiar la base
biológica del comportamiento agresivo en la adolescencia para comprender que no tiene que ver exclusivamente con la
educación, sino que existe también un componente biológico que lo determina. Se
hace necesario tenerlo en cuenta aunque sea solamente para tomar las medidas
legislativas adecuadas.
P: ¿Sobre
qué está usted investigando actualmente?
R: Estamos estudiando la
implicación de algunas variantes genéticas en los perfiles de la triada oscura
de la personalidad. Analizamos cómo los individuos que son maquiavélicos,
psicópatas y narcisistas al mismo tiempo, a un nivel subclínico, no patológico,
pueden mostrar perfiles genéticos distintos de la población control.
Pretendemos encontrar el origen de ese tipo de comportamiento, teniendo en
cuenta la modulación social del mismo. Para ello, en colaboración con la facultad
de psicología de la UAM, utilizamos un modelo bien contrastado en personas
psicopáticas, es decir, nada empáticas, que muestran un perfil genético
concreto para determinados receptores de hormonas, aplicado ahora sobre la triada
oscura de la personalidad.
P: Cada
domingo podemos escucharle explicando “la noticia científica de la semana” en el
programa radiofónico “Tiempo de Juego” (cadena COPE). ¿Resulta complicado
encajar la ciencia en un contexto aparentemente ajeno a ésta como es el
futbolístico?
R: No resulta nada complicado. El equipo del programa es muy familiar y genera un ambiente muy distendido, en donde el público mayoritariamente lo que busca es entretenimiento, no necesariamente fútbol. A medida que la ciencia se complica, el investigador se distancia de la sociedad porque no es capaz de explicar de manera sencilla lo complejo. La clave para acercar la ciencia al público está en el lenguaje que se emplea y en traducir a los ciudadanos qué tiene de interesante el conocimiento científico. Para mí es una experiencia muy entretenida y una buena oportunidad de acercar la ciencia a las personas que quizás no se tropezarían con ella de otra manera y que descubren que les gusta.
P: ¿Cómo
se consigue compaginar la labor divulgadora con la de investigador y profesor?
R: Sacrificando tiempo de
otros ámbitos. Tengo la suerte de trabajar en la que es mi pasión y no me
importa renunciar a otras cuestiones por
mi trabajo, entendiendo por mi trabajo también la divulgación, a la que nadie
me obliga pero que yo hago con todo el gusto del mundo.
“La divulgación también debería ser un deber de los científicos”
El día a día de la universidad no
deja mucho tiempo para dedicar a la comunicación científica. En ese sentido, las
estancias en el extranjero son épocas muy productivas para mí porque no tengo
que solucionar los problemas cotidianos, no tengo tantos requerimientos
profesionales ni personales y de ahí saco mucho tiempo y hago grandes
inversiones en libros y en divulgación. Así escribí “El ADN dictador”, entre
fines de semana y viajes.
P: En esta
agenda tan apretada, ¿para cuándo el próximo libro?
R: Tengo un manuscrito a
medias. Durante un tiempo pensé que lo iba a publicar este verano, pero a causa
de mi forma de escribir, tan caótica y dependiente de mi escaso tiempo libre,
no sé si voy a poder seguir escribiendo al mismo ritmo en los próximos meses.
Por este motivo, he decidido posponerlo un poco. En el fondo me gusta que
escribir no sea un deber para mí, sino un placer, con lo cual si tardo siete
años en escribirlo no me va a importar lo más mínimo. Por suerte no tengo
ninguna presión para terminarlo. Creo que es algo muy positivo para mí y
probablemente también para el resultado del libro, porque hasta que no esté
convencido de que está plasmado todo lo que quiero contar, no lo publicaré. Pero
seguro que habrá próximo libro.
Avelino Vicente Montesinos és físic especialitzat en física teòrica de partícules, la rama d’aquesta disciplina que estudia els components elementals de la matèria i les interaccions entre aquests. Es va doctorar l’any 2011 a la Universitat de València amb una tesi on explora les implicacions de diversos models que expliquen la massa dels neutrins en el marc d’una teoria supersimètrica (Phenomenology of supersymmetric neutrino mass models), això és , el paper que juga la massa dels neutrins –no contemplada en el model estàndard de la física de partícules, però confirmada experimentalment pel descobriment de les oscil·lacions de neutrins- en un model teòric anomenat supersimetria, que pretén omplir els «buits» que té el model estàndard, com la esmenada massa dels neutrins, la integració al model teòric de la força gravitatòria o la existència de la matèria fosca.
Posteriorment, Avelino ha realitzat diverses estances d’investigació en països com Alemanya, Suïssa, França o Japó. Actualment és investigador post doctoral a l’Institut de Física Corpuscular (IFIC), centre mixt del Consell Superior d’Investigacions Científiques (CSIC) i la Universitat de València. Continua immers en la recerca teòrica d’un nou escenari darrere del model estàndard de la física de partícules –ja que aquesta necessita una actualització-. Tot i que els resultats de l’LHC, el gran col•lisionador i accelerador de partícules situat a l’Organització Europea per a la Investigació Nuclear (CERN), ens indiquen que la supersimetria no és la teoria que busquem (o almenys no de la forma que ha estat plantejada), junt amb altres experiments com Belle (Japó) i BaBar (EUA) sí que ha obert la possibilitat de nova física en el sector de la física de sabor, en el que Avelino ha centrat el seu treball de recerca en els últims temps. Aquesta disciplina explora les partícules elementals –els quarks, que formen els protons i els neutrons i els leptons, que constitueixen als neutrins i als electrons- dividits en tres famílies o sabors i estudia els processos que fa que aquestes partícules passen de ser d’una família a una altra.
Avelino Vicente ha publicat 45 publicacions diferents en revistes científiques d’alt impacte, rellevants en el camp de la física teòrica. A més, la divulgació del coneixement científic és una de les seues inquietuds, ja que és president de la Associació Sapiencia, una associació que té l’objectiu d’apropar la ciència a l’àrea de Sagunt, el Port de Sagunt i els voltants.
Què el va fer decantar-te per la física teòrica?
Des de sempre m’ha agradat el procés d’entendre un problema i em sembla que no hi ha problema més apassionant que la Natura. Quan un comença a aprofundir en la comprensió de les regles fonamentals i descobreix com de sorprenents són… és difícil no apassionar-se!
Què suposa per a un físic teòric haver tingut la oportunitat de treballar al CERN?
El CERN és la Meca de la física, un lloc de peregrinació al qual tots hauríem d’anar al menys una vegada a la vida. Estar al CERN és sentir-te part d’una cosa molt gran. A més d’estar en contacte amb els majors experts del món en la teua àrea de treball, et trobes pels passadissos amb gent treballant a la frontera de la ciència, el que et permet tenir un contacte de primera mà amb els seus experiments. És realment molt gratificant. D’altra banda, la gent ve i va contínuament, el que serveix per conèixer a moltes persones (de moltíssims països) interessants. El costat negatiu és precisament el mateix, la dificultat de tenir un grup d’amics constant. Com jo només vaig estar 3 mesos (a l’hivern de 2010-2011) no vaig arribar a notar-ho, però supose que les persones que estan de forma permanent han de tenir aquesta sensació.
Què s’esperava de l’LHC quan es va construir? Què va suposar el
descobriment d’un bosó que s’ajustara a les prediccions del model de Higgs?
L’LHC tenia com a objectiu principal trobar el bosó de Higgs, així que sens dubte ha complert amb ell. L’altre objectiu central, trobar senyals de nova física, s’està resistint un poc més. Així que podríem dir que el bosó de Higgs ha tingut un sabor agredolç: d’una banda trobar-lo va ser una fita sense precedents, però que totes les seues propietats siguen les predites pel Model Estàndard ens ha deixat un poc decebuts.
Creus que la inversió que ha suposat, que inicialment fou de més de 2100
milions d’euros i que des de la seua construcció acumula un cost total de 6510
milions, està justificada?
Sense cap tipus de dubte. En primer lloc, perquè aquest tipus de grans empreses són essencials per a sentir-nos humans. En segon lloc, perquè apostar per ciència bàsica és apostar per revolucions científiques. No sabem què ens depararà el futur, però segur que molts descobriments actuals sense aplicació òbvia serviran per desenvolupar tecnologies que milloraran les nostres vides. No les podem preveure, però algú trobarà la manera d’aplicar aquest coneixement. I en tercer lloc perquè ja està servint per trobar aplicacions indirectes en altres camps: desenvolupament d’imants, física mèdica, etc.
Creus que caldria fer una nova inversió en nous acceleradors de
partícules com els que ha proposat el CERN mateix (el Compact Linear Collider),
Xina (el Circular Electron Positron Collider) o Japó (l ‘International Linear
Collider?
Sí, però abans hauríem de pensar bé en quina direcció volem anar. El següent pas ha de recolzar-se en el que descobrim ara en el LHC, així que potser és un poc prompte per apostar per un camí o un altre.
La cancel·lació l’any 1993 del col·lisionador SCC per part dels Estats
Units va provocar que Europa recollirà el seu testimoni com a líder mundial en
la física d’altes energies. El projecte de l’HCL té data de caducitat, l’any
2025, i per a l’any vinent, el Consell del Cern haurà de decidir l’estrategia
Europea per a la Física de Particules que presentarà davant de la Comisió
Europea per a la seua aprovació. No obstant, Xina també té un ambiciós pla de
futur al voltant de la física d’altes energies. Creus que Europa continuarà
liderant en aquest apartat en el futur?
Crec que Europa seguirà tenint un paper protagonista en la física de
partícules, però possiblement els majors projectes en el futur pròxim es
duran a terme a Àsia. Tanmateix, no hem d’oblidar la gran presència
d’investigadors no europeus al CERN, per la qual cosa no em preocuparia
massa que el següent super-col·lisionador es faça a la Xina: la física
actual és global i tots tenim una aportació que fer.
Què hauria suposat la demostració del model supersimètric per a la
comunitat científica? Penses que seria un canvi en el paradigma científic al
mateix nivell que altres canvis històrics com la teoria de la relativitat, la
de l’evolució o el descobriment de l’oxigen?
Hauria sigut un gran pas per entendre millor el món microscòpic, però no ho situaria al mateix nivell que els que comentes, molt més revolucionaris. La supersimetria és un bonic concepte que va néixer amb una motivació purament matemàtica, del que prompte es van apreciar propietats molt interessant per a la física de partícules. En concret, el Model Estàndard pateix d’un problema conegut com «problema de la jerarquia», consistent en la dificultat per entendre que el bosó de Higgs siga tan lleuger (podria haver sigut molt més pesat). I la supersimetria és la solució més popular a l’esmentat problema. En l’actualitat, al no haver trobat rastres d’ella (de moment) ni de propostes rivals, ens estem començant a plantejar si estem entenent bé el problema de la jerarquia. També és cert que és encara prompte per descartar que l’LHC la trobe…
Però al LHC no s’ha trobat res al respecte, creus que a la comunitat hi
ha ara un model amb tant de potencial com ho era aquest abans del LHC o esteu
més bé en un punt de construir-ne un nou?
Estem vivint una època que podria anomenar «de transició», entre les expectatives i la realitat. Encara que algunes de les idees que teníem encara podrien ser possibles, algunes ja estan descartades completament. Vaig a posar-te un exemple. En el Model Estàndard algunes partícules es donen en tres còpies, a les que anomenem generacions, i alguns teòrics pensaven que podria haver més, quatre per exemple. Hui sabem amb absoluta seguretat que aquesta idea estava errada i que no poden existir més de tres generacions com les del Model Estàndard. I això es deu al fet que aquesta idea feia una predicció clara sobre certes propietats del bosó de Higgs. En no veure-les… fi de la història. No obstant això, hi ha altres idees més difícils de descartar perquè les seues prediccions no són tan directes. Amb aquestes costarà molt més tenir una conclusió convincent.
Dintre de la física del sabor, experiments recents han posat en entredit
la universalitat leptònica- és a dir, una característica que segons el Model
Estàndard explica que la interacció feble té la mateixa intensitat per a les 3
families de leptons Podria ser la violació de la universalitat leptónica una
finestra cap a la nova física?Creus que anomalies com aquestes poden portar solucions a preguntes com
«què és la materia fosca»?
Les anomalies en física de sabor són ara mateix un dels temes més «calents» en la física de partícules. No tots els dies es troben desviacions respecte a les prediccions del Model Estàndard, i això per descomptat crida molt l’atenció. De confirmar-se (amb més dades experimentals), seria sense dubte la porta d’entrada a una nova física, que encara hem d’entendre completament. I en la meua opinió, aquesta porta ens hauria de conduir a resoldre altres problemes que el Model Estàndard deixa oberts, des de la matèria fosca que has comentat fins a l’origen de la massa dels neutrinos, també desconegut. Crec que seran anys apassionants.
En 2015 Takaaki Kajita y Arthur McDonald van rebre el premi Nobel de Física per una demostració rellevant en la física del sabor: la oscil·lació de neutrins. El teu grup d’investigació, a més, es dedica principalment a l’estudi dels neutrins. Què ha suposat aquest fet per a aquesta rama de la física?
Va ser el reconeixement als pioners que van fer que a principis del segle XXI es donara un dels últims grans descobriments en la física de partícules: les oscil·lacions de neutrins. Si bé el Nobel no era necessari per convèncer-nos de la importància del descobriment, sí que ha servit per popularitzar-lo més. Ara no és tan estrany que una persona aliena al camp sàpiga el que és un neutri, i això crec que en gran mesura es deu a la visibilitat aconseguida pel Nobel.
Actualment eres investigador de l’IFIC. Quines línies de recerca estan
portant-se a terme a aquest centre mixt entre el CSIC i la Universitat de
València?
L’IFIC és un centre molt gran i no podria fer justícia a totes les línies que es duen a terme. D’una banda tenim la unitat teòrica, del que soc part, en què s’estudia física teòrica de partícules, nuclear i de astropartícules, tant en el Model Estàndard com més enllà. Hi ha investigadors treballant en temes relacionats amb el bosó de Higgs, amb la física de sabor, amb la matèria fosca, els neutrins, l’LHC o entendre les interaccions fortes que uneixen el nucli. I d’altra banda, hi ha també la unitat experimental, en la qual trobem nombrosos investigadors participant en experiments de primera línia internacional. Els hi ha a la col·laboració ATLAS del LHC, però també en experiments de física nuclear o relacionats amb els neutrins, com DUNE, NEXT o KM3NeT. També hi ha línies de recerca en altres temes, com ara física mèdica i e-Ciència. I segur que he de demanar perdó perquè m’hauré deixat moltíssimes línies interessantíssimes…
Un rànquin publicat recentment ha situat l’IFIC com a tercer centre del
món en l’estudi de la fenomenologia d’altes energies, un camp on tú has
treballat en diverses ocasions. Que es sent al treballar en un centre que
compta amb un reconeixement tan alt a nivell internacional?
Comparar sempre és difícil i no sé si ens tocava estar tercers, dècims o primers, però que se’ns tinga en compte a aquest nivell és una gran sensació. I la veritat és que l’IFIC s’ha convertit en un centre de referència mundial en la física de partícules. Comptar amb dues unitats, teòrica i experimental, genera un intercanvi que ens beneficia a tots.
Participes activament en qüestions de divulgació científica. Creus que
es fa suficient divulgació del coneixement de matèries com les matemàtiques o
la física? Creus que la societat està asabentada de l’estat de la física
actualment?
Diria que en Espanya es realitza una divulgació de la física bastant raonable. Per sort, la física sol realitzar anuncis espectaculars de tant en tant, sent l’últim el del descobriment de les ones gravitatòries(vaja passada, no?), el que fa que tinguem una certa atenció del públic. Complementat amb una tasca de divulgació cada vegada més present en els centres de recerca, i també a càrrec de divulgadors professionals, estem veient que cada vegada més gent s’interessa per la física fonamental. D’altra banda, en el cas de les matemàtiques podem trobar grans divulgadors (i divulgadores!) però en un nombre desgraciadament molt menor. I això fa que la gent conega el bosó de Higgs i els neutrins, al menys d’oïda, però no tant què és una derivada. Aleshores, sí que crec que tenim una feina a fer en este cas, popularitzar les matemàtiques i millorar la seua imatge pública.